Este verano estoy aprovechando para ver muchas series en busca de una sustituta para Castle tras su final para la próxima temporada (no nos engañemos, no voy a encontrar sustituta para Castle *llora*). Así, tras acabar Lost hace unas semanas *vuelve a llorar* (os hablo de ella aquí), me puse a la caza de series policíacas, uno de los géneros que más me entretiene, y me encontré con Quantico. Os hablo de ella un poco, sin spoilers para los posibles interesados, si seguís leyendo.
Quantico no es exactamente la típica serie del FBI en la que se pasan resolviendo un asesinato un capítulo y en el siguiente tratan otro completamente distinto. Por tanto, Quantico no es exactamente un procedimental, sino que tiene una trama que se desarrolla a lo largo de toda la temporada y que parte del hecho de que sus personajes son jóvenes que se están formando en la academia del FBI; todos con sus motivos personales para haber elegido esa profesión, todos decididos a ser los mejores y a defender a su país (el patriotismo estadounidense emana de todas partes), todos guapos, juntos y revueltos en la academia. Sin embargo, si esperáis una trama lineal a la que no haga falta prestar mucha atención, esta no es vuestra serie, porque la narrativa en Quantico consiste en mezclar el presente, en el que un terrorista está sembrando el pánico en la población y ha incriminado a una de las nuevas agentes del FBI, Alex Parrish, y el pasado: los “bonitos” días de recluta. ¿La liga entre estos dos hilos temporales? Uno de los reclutas podría ser el terrorista. Podría haber resultado una trama imponente, pero francamente, en ocasiones era incluso difícil de seguir, y aunque seguro que no tiene detalles escondidos entre escenas, me da la sensación de que en algunos aspectos tenía algunas lagunas o fallos en su estructura y que los comportamientos de sus personajes no eran lo suficientemente adultos en ocasiones.
No os voy a mentir, Quantico no es la serie de mi vida en absoluto, pero está bien para pasar un rato entretenido e incluso acabas cogiéndole cariño a algunos personajes. Sinceramente, yo me esperaba algo más trascendental, esperaba algo más al estilo de Homeland, más dura y menos superficial, pero lo cierto es que nada que ver; es, como bien dijo mi compañera Victoria hace unos meses en este artículo, una shondada. No obstante, a pesar de que por momentos los hechos son predecibles, los continuos giros de los acontecimientos no hacen más que obligarte a plantearte nuevamente si quien creías que era el culpable, el terrorista, lo es realmente, y creo que eso fue un aliciente para continuar con su visionado, y os diré que a mí me sorprendió el desenlace (igual es que soy fácilmente impresionable, no sé). Tras 22 capítulos, la trama de la temporada no termina, para mi gusto, con demasiados misterios por resolver; es más, la temporada podría ser autoconclusiva si hubieran aclarado algunos puntos más de la trama de algunos personajes. El cliffhanger (si se puede llamar así) está bien, pero se ve venir cómo va a continuar el próximo año y más si os encontráis con el póster de la segunda temporada antes de acabar la primera, como yo (no lo busquéis si la vais a ver).
Hablando con sinceridad, no espero con ganas su regreso en otoño, quién sabe si seguiré la próxima temporada. Empecé a escribir este post pensando que la serie había estado bien, pero conforme he ido reflaxionando me he dado cuenta de que tiene más defectos que aciertos y me ha servido para reafirmar mi teoría de que me va a ser muy difícil encontrar una serie que llene el vacío de Castle. ¿Vosotros habéis visto Quantico? ¿La recomendáis?
Doralicia (@Doralais)