Hace unas semanas yo misma me preguntaba si Crazy ex-girlfriend merecería la pena. Y es que, ¿qué tipo de título es ese? El mito de la ex-novia loca es tan anticuado como machista, y aún así, esta serie no es ninguna de esas dos cosas.
No voy a decir que Crazy ex-girlfriend es la serie feminista del año, porque, no nos engañemos, no lo es. Rebecca, la protagonista, es una exitosa e inteligente abogada que deja su trabajo y toda su vida en Nueva York para mudarse al pequeño pueblo donde vive su ex-novio. Su ex-novio al que no había visto desde campamentos. Rebecca es, al fin y al cabo, una ex-novia loca. Una mujer sin vida se pone en la piel de esa ex-novia loca y la trata como un ser humano complejo. Muestra

Tenemos que tener en cuenta que es una comedia de humor absurdo e hiperbólico. Exagera la personalidad de Rebecca para hacer gracia. Y lo consigue. Pero también hay que mirar más allá. Rebecca en el fondo es una feminista frustrada por una sociedad patriarcal. Ella sabe que tiene que empoderarse, tratar bien a otras mujeres y basar su felicidad en ella misma, pero saber la teoría no lo hace más fácil si la sociedad le ha convencido desde pequeña de que para ser feliz debe de tener a un hombre a su lado.

Y es que en Crazy ex-girlfriend tenemos una serie con una gran carga feminista. Que habla de empoderamiento, de sororidad y de crítica hacia la sociedad, pero desde la dificultad de llevarlos a cabo.
¿Otras cosas buenas de la serie? Creada, producida y protagonizada por mujeres, divertidísima, con una banda sonora maravillosa (escenografía y coreografías), personajes originales y veinte minutos de duración. Si todavía no os he convencido, poneos un capìtulo y seréis vosotras las que no podréis parar.
Victoria (@_TheEastWind)