Orange is the New Black, que ha estrenado hace poco su cuarta temporada, puede no ser una serie redonda -tiene algunas tramas bastante mejorables, todo hay que decirlo-, pero no hay duda de que aún es una serie refrescante, que combina muy bien drama y comedia, y que tiene un reparto de mujeres absolutamente fascinantes; de las más originales que hay hoy en día en televisión. Pero,¿es Orange is the New Black la única en "su especie"? Muchos conocemos Vis a Vis, el "equivalente" español... pero no todos conocen Wentworth. Y es una pena, porque probablemente esa serie sea la mejor de las tres.
[¡Artículo libre de spoilers!]A priori uno podría haber pensado que hacer una serie sobre presos o presas iba a ser una idea con bastantes limitaciones, por el hecho de que toda la acción debiera limitarse al entorno de la cárcel, pero lo cierto es que Prison Break y compañía nos han demostrado que, en realidad, este contexto es riquísimo y ofrece muchas más posibilidades que limitaciones. Hablar desde la ignorancia también podría llevarnos a deducir que todas las series sobre mujeres presas serán prácticamente lo mismo, pero lo cierto es que -y admitiendo que todas ellas comparten similitudes, naturalmente- tanto Orange is the New Black como Vis a Vis y Wentworth resultan ser asombrosamente diferentes: parten desde la misma premisa, pero cada una de ellas desarrolla con el paso de los capítulos una personalidad propia, única.
'Vis a Vis' aborda temas como la corrupción española y da voz a colectivos muy presentes en España, como los gitanos
Quizá uno de los aspectos más interesantes sea que cada una de estas series refleja la perspectiva y las problemáticas de su propio país. Así, mientras en Orange is the New Black los conflictos y los cansinos chistes raciales siempre están a la orden del día, vemos que en Wentworth esa obsesión por la raza no está presente; porque en Wentworth las presas no duermen segregadas según su raza, y una de las protagonistas, Doreen -una mujer negra-, estará sin ningún problema en un grupo mayoritariamente blanco, sin necesidad de buscar a "su gente". Resulta refrescante que Wentworth, atendiendo también a las problemáticas raciales -porque las hay, y se debe hacer crítica de ello-, no de la excesiva atención que sí da Orange is the New Black al color de piel de cada mujer. Estados Unidos tiene un pasado muy doloroso respecto a este tema, y es comprensible que Jenji Kohan quiera abordar las heridas que aún persisten, pero Wentworth es australiana y da otro enfoque muy diferente.

Orange is the New Black, por otra parte, tiene un reparto amplísimo y muy coral: esto es, al mismo tiempo, su punto más fuerte (nos ha dado flashbacks e historias brillantes), y también el más débil. En Litchfield no siempre han sabido jugar bien con el protagonismo de sus personajes, mientras que en Wentworth, al haber un número menor de personajes, se puede dar más atención a cada uno de ellos. Sus funcionarios, por otra parte, son de lo mejor que tiene Wenworth: de bastante más interés, y mejor llevados que los de Orange is the New Black.

Con este artículo tampoco quiero daros a entender que Wentworth sea "más" que Orange is the New Black: porque sí, pienso que es mejor serie, pero eso no excluye que ambas sean maravillosamente buenas y tengan sus propios pros y contras. Lo que quiero criticar es, principalmente, esa idea que identifica lo más popular como lo mejor. Mucha gente asume que Orange is the New Black es LA serie sobre mujeres presas por excelencia, pero lo cierto es que Wentworth, y también la española Vis a Vis -aún lloro de que no vaya a tener tercera temporada-, son una competencia más que digna para las mujeres de Lichfield. Viendo solo Orange is the New Black se está perdiendo la oportunidad de conocer otras perspectivas y enfoques que a nosotros, como espectadores, nos enriquecerán enormemente.
Isidro López (@Drolope)