Pocas series hay que disfrute tanto cada semana como Hannibal. Bryan Fuller merece mi eterna devoción por haber hecho una serie que reúne unos guiones impecables, llenos de inteligencia, y a un grupo de actores que son en su mayoría fantásticos. Todos están para comérselos. En este episodio, el 2x05 "Mukozuke" (no os hacéis una idea de lo que sufro para escribir el título de cada capítulo correctamente) la trama ha continuado desde donde lo dejó en el episodio anterior, y hemos descubierto por fin cuál ha sido el destino de la persona que se acercó demasiado a Hannibal. Los pelos como escarpias.
Freddie Lounds es el típico personaje que está destinado a tener una muerte horripilante. Ella es pelirroja, independiente, valiente y, a pesar de tener una cierta sensibilidad es, a rasgos generales, una arpía de cuidado. Pasa sus días rodeada de psicópatas, así que uno podría decir que es cuestión de tiempo que se la coman, y no a besos precisamente. Sin embargo, Bryan Fuller es imprevisible, y uno no habría de pensar que él va a caer en lo fácil. Muchos podrían haber pensado que el destino de Bedelia Du Maurier en el 2x02 "Sakizuki" habría sido el de morir, pero aún así, contra todo pronóstico, ella se rió sensualmente en la cara del doctor Hannibal Lecter. Por eso me agrada que un personaje como Freddie, que siempre me ha gustado, siga dando juego. Ella es, en propias palabras de Hannibal, rude, y eso mola. Ahora, por si fuera poco, va a ser la intermediaria entre Will y el mundo exterior, que le comunicará a través de su web a Hannibal todo lo que Will desee decirle.

Así es, Will tiene un fan. Nos estamos refiriendo al hombre que asesinó al alguacil de su juicio en el 2x03 "Hassun" para tratar de ayudarle. El loco ha hecho, por fin, acto de presencia, y es que él no es otro que uno de los celadores del propio centro de chiflados donde se encuentra Will. La ironía de que los cuerdos estén encerrados y los locos libres y rondándoles es algo que contiene una ironía muy ácida. Tras una charla de lo más perturbadora entre ambos (fantástica la interpretación de Jonathan Tucker, por cierto, me llamó mucho la atención) Will, deseoso de venganza, le pidió que asesinara a Hannibal y le librase del problema. Y el loco, muy fanboy él, accedió en silencio. Sin embargo, Abel Gideon lo escuchó todo por encima y decidió actuar. Una charla con Alana Bloom, alias "el afrodisíaco de los psicópatas", le bastó a ella para darse cuenta de que Hannibal estaba en peligro. Y así era. El celador fanboy le asaltó en una piscina para a continuación jugar con él de una forma macabra que no dejaba de ser algo sexy. Mads Mikkelsen estaba en bañador y yo tengo ojos, ¿vale? Bueno, total, que Alana y Jack rastrean la señal del móvil de Hannibal y le salvan a tiempo, no sin antes dejarnos una charla entre Hannibal y el celador de lo más interesante, en la que Hannibal se "decepcionaba" y se "entristecía" de que su amiguito Will hubiera mandando a un señor a asesinarle. Sin embargo, Hannibal logró salvarse por los pelos. Aún así, esta humillación no deja de ser muy oportuna. Ha sido algo que nosotros como espectadores disfrutamos internamente por el hecho de que haya asesinado a Beverly.
Y, para terminar, Will Graham solo en su habitación, comiéndose la cabeza, como siempre. El lavadero a rebosar de sangre era el simbolismo claro y perfecto que nos venía a decir que él mismo había traspasado la raya, que tenía las manos llenas de sangre. El juego entre estos dos cada vez se vuelve más macabro, extremo y peligroso. ¿Hasta dónde llegarán...?