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Pedro Pascal se casa con sensual murciano

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¡Exclusiva! Pedro Pascal, el atractivo chileno que nos conquistó el corazón siendo Oberyn en Game of Thrones, y que ha seguido enamorándonos como el agente Peña en Narcos, ha encontrado por fin el amor. Ha sido visto en las calles de Miami besándose con un sensual murciano... que resulta que soy yo, lol.

"Ya está bien, carajo. No se puede ocultar más nuestro amor", declaró Pedri a los medios, que no paran de atosigarnos. "Soy super bisexual, bueno, eso es reobvio acaso hay que aclararlo. ¿Qué les pasa a ustedes, pelotudos? ¿No tienen ojos en la cara?", espetó a los periodistas.

"Es un hombre muy especial", respondió Pedri cuando le preguntaron por qué decidió casarse conmigo. "¿Qué que tiene? Ay, no sé. Inteligencia, belleza, culazo. La pregunta sería... ¿qué NO tiene?", inquirió a los paparazzi para, acto seguido, meterme un morreo que me quitó el hipo.


"Dejénnos, váyanse ya, carajo. Viviremos en las mansiones que tenemos repartidas por Miami, Chile y la República Murciana", explicó Pedri, resuelto y seguro, mientras yo miraba con una sonrisa tímida a la multitud, abrumado por la atención. "Para mi maridito todo, ¿me oyen? TODO".

Así es. La vida suele ser una mierda, para qué negarlo, pero a veces nos regala estos pequeños grandes momentos de felicidad. Y yo siento que estoy viviendo mi mejor momento con Pedri. A partir de ahora el blog se llamará 'El Blog de Pedro' y pasaré a hacer promoción en exclusiva de sus trabajos. Pero podéis entenderlo, ¿no? Tengo que seguir dando a conocer su talento por el mundo.

En próximos artículos entraré en detalles sobre nuestro tórrido romance. ¡Estad atentos! Y, recordad: siempre, siempre, luchad por vuestros sueños. Luchad... por el amor. Porque el amor, al final, siempre, siempre triunfa.

Besos.


Isidro López (@Drolope)


Cómo Grace and Frankie nos ha demostrado que hay que llenar las series de señoras

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Necesitamos mujeres mayores al frente de las series. Las NECESITAMOS. Y no hablo de la abuela, madre o vecina del protagonista (que curiosamente suele ser un hombre) y que dice un par de frases estereotipadas por capítulo y se marcha. Hablo de ser protagonistas, de contar su historia. Porque las mujeres de setenta años necesitan representación y las mujeres de menos de setenta años necesitamos saber que nuestra vida no acaba cuando dejamos de ser atractivas, que cuando envejezcamos seguiremos siendo personas. Grace and Frankie hace algo que probablemente no se hiciera desde Las Chicas de Oro, que es mostrar a las mujeres mayores como seres humanos. O simplemente: mostrar a las mujeres mayores.

Esta maravillosa serie de media hora por capítulo y trece capítulos por temporada protagonizada por las diosas Jane Fonda y Lily Tomlin ha conquistado mi corazón. Y ya no solo porque sean dos mujeres de más de setenta años a cargo de una serie, lo cual es todo un logro para el feminismo en sí, sino porque me han sorprendido a mí misma lo que podía llegar a empatizar con ellas (siendo que me consideraba ya una fan de las señoras antes de empezarla). Grace y Frankie son divertidas, dramáticas, inteligentes, soñadoras, sensibles, fuertes, pero sobre todo imperfectas. Y creo que esto es lo que más me gusta, que no se idealiza a nadie en ningún momento. Son sobre todo complejas, personas.

La premisa de la serie ya es complicada de por sí: dos hombres casados confiesan a sus mujeres que son gays y que han estado engañándolas durante veinte años con el que pensaban que simplemente era su mejor amigo (otro gran logro de Grace and Frankie, personajes LGTB con más de setenta años). Estas dos señoras se sienten terriblemente doloridas y solo pueden comprenderse mutuamente. La dificultad se incrementa teniendo en cuenta que Grace y Frankie son personas completamente contrarias: Grace, la empresaria, la elegante, la perfeccionista, la dramática; y Frankie la hippy, la libre, la tolerante, la excéntrica. Cada una con sus rarezas, sus enfados, sus puntos débiles. ¿Cómo podrían estas dos personas convivir? ¿Y más importante, como podrían llegar a quererse? 


Pero la serie no va solo sobre su relación (la cual es preciosa y evoluciona cada capítulo hasta convertirse en algo tan especial pocas veces visto en la televisión), también va sobre sus sentimientos hacia sus maridos. ¿Cómo podrán llegar a perdonarles después de veinte años de mentiras? Y de verdad que es comprensible que se sientan disgustadas, pero también es comprensible que a sus maridos les diera miedo salir del armario con esa edad delante de sus mujeres y sus hijos, podían perderlo todo, y si lo acaban haciendo, es porque se quieren y quieren vivir su vida sin tener que fingir más.

Y es que a los setenta años la vida continúa, es una lección que no deja de darnos esta serie. Nunca es tarde para cumplir tus sueños. En el caso de sus maridos y en el caso de las propias Grace y Frankie. De la noche a la mañana pueden desmoronarse todos los planes que tenían para su futuro, y entonces inventan un futuro nuevo. Tendrán que redescubrirse a ellas mismas y averiguar qué tipo de vida quieren llevar. ¿Os imagináis lo difícil que tiene que ser empezar de cero a esa edad? Y es difícil para ellas pero poco a poco lo consiguen y descubren que nunca antes se habían sido tan felices.

Grace and Frankie es una serie compleja, llena de emociones y de risas y de amistad y de amor y de fuerza que nos demostrará que las mujeres mayores pueden ser divertidas y abiertas de mente e incluso personas. Seamos honestas, ¿cuántas series habíais visto antes que hablaran con total libertad del placer sexual de mujeres de setenta años?  ¿O por lo menos de sus sentimientos y relaciones amorosas?

¡Viva la sororidad! ¡Vivan las señoras! ¡Vivan Grace y Frankie!



Victoria (@_TheEastWind)

Por qué Glee es el mayor fenómeno de nuestra generación

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¡Hola, amigos! Qué poquito nos queda para terminar este año de una santísima vez y comenzar algo nuevo. Estas fiestas son especiales porque nos reunimos con la familia, comemos más de la cuenta o vivimos momentos inolvidables (ya sean malos o buenos), pero para mí estas fiestas son aún más especiales por un simple motivo: fue en unas navidades cuando Glee, la serie de la que voy a hablar hoy, llegó a mi vida y la puso patas arriba. ¡Comencemos!

Hace cinco años, en una tarde fría y navideña de diciembre, yo, con mis 15 años de entonces, decidí comenzar a ver Glee. Hasta ese momento, yo solo había oído hablar de esa serie por amigos, o por los anuncios que ponían en Neox promocionando la serie. A raíz de una de las mejores performances de la serie, tomé la decisión de verla. Total, no perdía nada por echarle un vistazo. Y así comenzó todo.

Hoy en día, la gente califica Glee como un esperpento, una serie que destaca más por sus errores que por sus aciertos, o incluso porque es “demasiado gay”. Sí, es un esperpento. Sí, la serie ha tenido más errores que aciertos (sobre todo en sus últimas temporadas). Y sí, puede ser demasiado gay, pero ¿es eso de verdad un problema? Madre mía, que frágil es la masculinidad.



Toda esa gente que hoy crítica la serie parece que no se da cuenta de muchos otros factores: fue calificada en su día como “una de las mejores series de la temporada” por 'Los Angeles Times' o, por ejemplo, Maureen Ryan, del 'Chicago Tribune', decía que “Glee tiene muchas cosas positivas, pero su principal baza es que es diferente”. En el 'Washington Post', Hank Stuever decía que “no había podido parar de sonreír mientras veía los primeros episodios de Glee”. No creo que personas inteligentes y con cierto nivel cultural se dejen llevar por una serie mala.

Pero después de esta retahíla de nombres que seguramente os importen un bledo, vamos a lo verdaderamente importante: Glee habló por primera vez de los verdaderos temores de un adolescente. Más allá de covers de Madonna o Whitney Houston, lo que hace de Glee una serie única es su capacidad de retratar la vida de un adolescente como ninguna otra lo ha conseguido. Es una serie que rompe con todo tipo de barreras. Trata temas como la búsqueda de la sexualidad, las relaciones amorosas en la adolescencia, el bullying que hoy en día sigue sucediendo y la discriminación, además de temas como el suicidio, la falta de oportunidades, el no encajar en ningún lado y el luchar por tus sueños. Creo que ninguna serie juvenil ha podido tratar mejor estos temas como Glee.

En algún momento, cualquier espectador de la serie se ha podido sentir identificado con el acoso que sufrió Kurt, con los problemas domésticos de Quinn, con la aceptación sexual de Santana o con los sueños inquebrantables de Rachel, sin importar la edad, el género o la sexualidad. Esto hace que Glee sea algo más que una mamarrachada: Glee es una serie de temática social al nivel de The Wire u Orange is the New Black. Además, nunca hay que olvidar que es una serie con un total de cuatro premios Emmy, otros cuatro Globos de Oro (entre ellos a los fantásticos Jane Lynch y Chris Colfer, interpretando a la entrenadora Sue y a Kurt Hummel, respectivamente), y una larga lista de galardones que la consolidan como una de las series con más éxito de los últimos diez años.

Pero tampoco hay que olvidarse de que la serie de Ryan Murphy sigue estando de actualidad, aunque sea por las polémicas que han surgido alrededor del rodaje o de los actores principales, entre ellas la muerte por sobredosis de Cory Monteith, que interpretaba a Finn Hudson durante las primeras cuatro temporadas de la serie; algo que dolió a todos los fans de la serie y que supuso el principio del fin del fenómeno que era Glee.

Pero las polémicas no acaban ahí: se rumoreaba que Lea Michele, con unos aires de grandeza y de superioridad mayores que los de su personaje en la serie, Rachel Berry, tenía peleas constantes con Naya Rivera, actriz que interpretaba a Santana. Al parecer, a la señorita Michele se le había subido el ego y no podía soportar que otra actriz acaparase su preciado foco. Como pueden observar, el salseo está más que servido.

Además, los continuos arrestos a Mark Salling (Puck) por posesión de pornografía infantil, los problemas maritales de Rivera y arrestos por conducción temeraria, escándalos sexuales como el de Dean Geyer (Brody), el odio de Ryan Murphy hacia Dianna Agron (Quinn) o los rumores sobre su sospechosa relación con Darren Criss (Blaine) han hecho que todos estemos deseando que se produzca una serie de televisión sobre el rodaje de la serie y los conflictos internos que seguramente todavía quedan por descubrir.

A pesar de todo esto, Glee no deja de ser una serie que se encuentra incrustada en el imaginario colectivo de la juventud actual. Cualquier chico o chica de 20 años sabe qué es Glee, la haya visto o no la haya visto. El granizado dejó de tener un solo uso: ahora servía para tirárselo a la gente a la cara. La serie no solo fue un cambio en la vida de todo adolescente, también fue un cambio para mí.

Glee llegó a mi vida cuando yo no estaba pasando por un buen momento. Para un chico como el que era yo entonces, tímido, acomplejado, que tenía miedo de hablar más de la cuenta, el descubrimiento de una serie como esta fue todo un plot twist. Una serie en la cual poder sentirme identificado, encontrarme a mí mismo, descubrir quién era de verdad y qué quería ser en el futuro. Todo eso me lo ha dado Glee, porque de eso va Glee.

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Glee trata sobre ese chico acomplejado que no encaja en ningún lado, sobre esa chica que quiere llegar a lo más alto a pesar de no tener seguridad en sí misma, sobre ese chico que no sabe qué le gusta y qué no le gusta, o sobre la libertad de poder ser lo que quieras sin importar lo que piensen los demás. Esta serie hizo que muchos nos pudiésemos identificar de verdad con unos personajes que hasta entonces no habíamos visto, hizo que creyésemos en que todo iba a salir bien y que teníamos un futuro más allá del instituto. Glee nos hizo ver que quedaba un futuro por el que luchar.

Sí, este artículo parece escrito por un David quinceañero, enamorado perdidamente a partes iguales de Blaine Anderson y Quinn Fabray, pero en realidad no me importa. Glee es una serie que ha marcado un antes y un después en mi vida, y no me arrepiento de decirlo. Y citando a Alaska, solo puedo decir que “yo soy así, y así seguiré. Nunca cambiaré”.

12 personajes que han hecho mi 2017 un poco más bonito

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El final del 2017 está a la vuelta de la esquina, así que regreso con la segunda edición de "12 personajes que han hecho mi año más bonito". La primera edición podéis encontrarla aquí. Este 2017 no ha estado para mí ni de lejos tan lleno de series como el anterior, en el que hubo muchísima variedad y en el que descubrí series por un tubo que van a quedarse en mi corazón por siempre, pero creo que seré capaz de elegir 12 personajes de este año que me han hecho vibrar o que me han emocionado. En resumen: 12 personajes que me han dado alegría en la vida aunque muchos de ellos también me hayan hecho sufrir. Haciendo balance, éstos son mis 12 personajes del 2017. ¿Cuáles son los vuestros?

12. Vanessa Ives - Penny Dreadful
Aunque, en general, Penny Dreadful no me gustó demasiado, el personaje de Vanessa Ives, supongo que por la interpretación impecable de Eva Green, me pareció fantástico. Un personaje completísimo, lleno de matices y de muchas sombras, del que podías esperar tan pronto una sonrisa como una mirada del demonio. Era un personaje fuerte, pero a la vez vulnerable y esos contrastes hacen que me parezca un personaje digno de esta lista.

11. Ben Wyatt - Parks and Recreation
Es un cuqui. Lo adoro. Ben es boyfriend material como nadie. Aunque a su llegada a la serie podía parecer un poco soso, me parece lo más encantador del mundo. Con sus pies en la tierra, es capaz de poner un poco de orden en medio del caos que es el departamento de Parques y Zonas Recreativas de Pawnee. Le tengo que agradecer muchas sonrisas en mi cara este año.


10. Malcolm Reynolds - Firefly
Firefly me cautivó como bien os conté aquí, a pesar de que no soy muy dada a ese tipo de historias. La carita de bebé de Nathan Fillion ayudó mucho, pero Malcolm es mucho más que una cara guapa: es leal, justo y siempre piensa en el bien de todos sus amigos, y todo eso lo hace merecedor de un puesto aquí.


9. Jane Doe - Blindspot
Jane fue uno de los grandes descubrimientos de mi 2016. Blindspot lo fue. Adicta me volví y sufrí durante toda la temporada con ella y con el futuro de la serie. Me da la vida que sea tan badass pero que a la vez sea capaz de cuidar de quien quiere hasta el punto de sacrificarse (de la manera que haga falta) por ellos. Jane se hace querer.


8. Regina Mills - Once Upon a Time
Da igual que sea la Evil Queen, Roni o Regina, Lana Parrilla tiene que estar por norma en esta lista, ya que no incluirla podría ser considerado delito. Cierto es que Once Upon a Time me ha decepcionado en muchos sentidos este año, pero Regina siempre ha sido un pilar fundamental de la serie y lo continúa siendo sin importar qué ocurra. 

7. Sarah Manning - Orphan Black
Las sestras se despidieron de nosotros este año, y aunque tendría que utilizar un puesto de esta lista para cada una, porque lo merecen, creo que Sarah requiere de una mención especial por haber sido el nexo de unión entre todas ellas, por haber luchado como la que más para salvar a su familia, y por ser una guerrera que ha vencido y ha hecho justicia. 

6. Stella Gibson - The Fall
Stella Gibson, gran mujer, fuerte, importantísimo icono feminista. Qué personaje tan fantástico. The Fall me atrapó a principios de año (y en el blog somos muy fans) y gran parte de la culpa la tuvo Gillian Anderson y su genial interpretación. Confieso que jamás había visto antes a la actriz en ningún trabajo pero que tras esta serie me uno a su club de fans para siempre.

5. Emily Byrne - Absentia
Podemos dudar de Emily Byrne, porque al fin y al cabo es lo que pretende Absentia, pero no podíamos dudar que Stana Katic iba a estar en mi lista un año más. Me ha hecho tan feliz volver a verla y comprobar que es capaz de comerse la pantalla y darnos un nuevo y complejo personaje con el que empatizar... Emily es fuerte, luchadora e ingeniosa y eso es todo lo que busco en un personaje femenino.

4. Patterson - Blindspot
Mi nerd favorita tiene un lugar enorme en mi corazón. Adoro que en Blindspot hayan creado un personaje que pueda ser conmovedor y divertido a partes iguales, que sea fuerte y a la vez lleve a sus espaldas el peso de todo el daño que los guionistas le hacen sin quejarse, continuando la batalla, demostrando que una mujer puede hacer lo mismo que hace un hombre, o incluso más. Su inteligencia e ingenio la hacen estar en los primeros puestos de la lista.

2 y 3. Claire y Jamie Fraser - Outlander
Conocí a estos dos tortolitos a principios de año y ya quiero Outlander tanto como se quieren ellos dos. Claire y Jamie han sido mi OTP del año, son mágicos (podéis votarles en los premios del blog, no sé a qué esperáis). Sus aventuras y su épica historia de amor a través de los siglos me tienen en vilo, y su excesiva belleza me hace plantearme cómo es posible que seamos individuos de la misma especie, pero todos esos son motivos por los que están en lo más alto de mi lista. Además, sólo hay que ver lo implicados que están Sam Heughan y Caitriona Balfe en la serie. Maravillosos.

1. Leslie Knope - Parks and Recreation
La presidenta del positivismo y el buen rollo se ha ganado el primer puesto de mi lista por sacarme una sonrisa cada vez que le doy a reproducir a un capítulo. Leslie Knope es un ejemplo a seguir en cuanto a estilo de vida, viendo siempre el lado bueno de las cosas, buscando fuerzas en momentos complicados y sabiendo salir adelante contra todo pronóstico. Deberíamos ser todos un poquito más como Leslie.

Hasta aquí mi recopilatorio del 2017. Ha sido difícil, pero lo he conseguido. ¿Coincidís en algo conmigo? ¿Cuáles son vuestros personajes del año? Os invito a que los compartáis con nosotros, para empezar el 2018 hablando de cosas bonitas. ¡Feliz año nuevo! ¡Os esperamos aquí en 2018!


Doralicia (@Doralais)

16 personajes que han hecho un poco más bonito el 2017

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¡Hola, amigos! Lo primero de todo, feliz fin de año y prospero año a todos los que estáis leyendo esto y espero que todos aguantéis esas comidas y cenas familiares en las que solo se sabe preguntar lo típico del "¿tienes novia?" o en las que nos equivocamos con los cuartos a la hora de tomar las uvas. Y para despedirnos de este (asqueroso) 2017, hoy os traigo a los mejores personajes de este año, los que mejor me han caído y los que me han enamorado en estos últimos 12 meses. Aviso, puede haber spoilers. ¡Comenzamos!

A lo largo de este año hemos vivido momentos para el recuerdo: el City of Stars de Amaia y Alfred, la victoria de Portugal en Eurovision o ese momentazo en los Oscar cuando Warren Beaty dijo que la ganadora a mejor película era La La Land en vez de Moonlight (esto sigue doliendo, y mucho). Pero sin duda, este año ha estado marcado por los estrenos de series tan maravillosas y exitosas como Big Little Lies o Feud, además de temporadas tan magníficas de series que ya conocemos de sobra como la quinta de Orange is the New Black o la segunda de Stranger Things.

Por todo eso, hoy voy a hablar de los que han sido los 16 personajes que más me han enamorado en este 2017. Hay tanto personajes nuevos, de series de estreno, como personajes de series con recorrido, que por x o por y se han convertido en unos grandes personajes, gracias a su evolución a lo largo del año. Me ha costado HORRORES hacer esta lista. Ha sido un gran año de series para mí y eso ha hecho que me sea durísimo realizar una lista como esta. Pero bueno, no me voy a andar más por los cerros de Úbeda, así que vamos a ello.

Sasha Williams (The Walking Dead)


Aunque The Walking Dead no está en su mejor momento ahora mismo, no podemos dejar este año sin reconocer a su mejor personaje este año. Sasha siempre se ha mantenido en la sombra, sin mucho protagonista, y mayormente sufriendo más que Geno en una gala de Operación Triunfo 2011 (sí, hay gente que ha visto esa edición). Pero en la séptima temporada, hemos ido descubriendo a una Sasha completamente nueva, que daría su vida por sus compañeros y que deja atrás sus miedos y traumas pasados, para enfrentarse a un futuro sin esperanza. En este momento, en el que la serie está viviendo una de sus peores temporadas, Sasha me parece lo más potable de este año.

Bonus: aquí tengo que poner a la señorita Maggie Greene, que aunque siempre ha sido un gran personaje que nos ha regalado momentazos, gracias a esta temporada hemos podido ver a una Maggie completamente distinta y renovada. Un punto a su favor.

Diane Evans (Twin Peaks)


Ninguno de nosotros sabía qué esperarse de la nueva temporada de Twin Peaks tras 26 años de su final. Entre los personajes que nos encontramos en esta nueva temporada, no podía destacar a otro que no fuera la señorita Diane Evans, interpretada por la siempre extraordinaria Laura Dern (que menudo añito para la Dern, se ha marcado unos papelazos de la hostia). El personaje de Diane siempre había sido una incógnita para los fans de Twin Peaks, pero en este revival hemos podido descubrir como es la eterna confesora del agente Cooper. Su peluca rubia, sus vestimentas estrafalarias y su buen cigarro en la mano en cada fotograma de la serie, como si fuera Mariví Bilbao en un capítulo de Aquí no hay quien viva, la han convertido ya en un icono. Si algún día hay una nueva temporada de la serie, ella no puede faltar.

Bonus: Dale Cooper y cualquiera de sus doppelgangers, en concreto Doggie, el clon de Cooper que está casado con Naomi Watts. Su famoso "HELLOOOOOOOO" ya se ha convertido en un meme que utilizar en cualquier conversación.

David Fisher (Six Feet Under)


Sin duda, la serie de Alan Ball se ha convertido en la gran revelación del 2017 para mí. Me ha sido complicadísimo elegir solo a uno de los personajes de Six Feet Under para incluirlo en esta lista, pero finalmente me he decantado por David, el hermano mediano de la familia. Su personaje es, seguramente, uno de los que más ha influido en la comunidad LGTB de la historia de la televisión. Además, la evolución que tiene desde los primeros episodios hasta ese final que tanto me hizo llorar allá por agosto me parece impresionante. Tiene varios capítulos que podrían estar en mi top de mejores capítulos que he visto en mi vida. Icónico e innovador.

Bonus: aquí incluyo a la maravillosa Claire Fisher. Fue la gran protagonista de los últimos episodios de la serie y se ha convertido en uno de mis personajes favoritos de todas las series que he visto. Coño, es una adolescente drogadicta y amargada. Justo lo que necesitaba.

Nora Durst (The Leftovers)


The Leftovers fue también uno de los descubrimientos de este año para mi persona. Cuando la comencé, me pareció una mamarrachada, pero según pasaban los capítulos, descubrí una serie que no era una mamarrachada: era una obra maestra de la televisión. Completamente infravalorada, dentro del show encontramos al personaje de Nora, una mujer que perdió a toda su familia el 14 de octubre. Es en la tercera y última temporada cuando vemos que, debajo de esa capa de mujer dura, fuerte y segura de si misma, hay una persona herida, rota y con un trauma con una catedral de grande. Esos últimos 15 minutos del final de la serie son oro e historia de la televisión mundial. Todavía se me pone la piel de gallina con esta mujer. D I O S A.

Bonus: la jefa del Remanente Culpable, Patti. Un personaje complejo, con profundidad, y que da gusto verla en pantalla. Seguramente sea el personaje más representativo de la serie, no podemos dudarlo. 

Olenna Tyrell (Game of Thrones)


Sí, lo sé. Olenna siempre ha sido un personaje sin filtros, extraordinario, que gusta a todo el mundo. Pero es en esos pequeños momentos de la séptima temporada cuando la matriarca de los Tyrell se ha vuelvo a postular como uno de los mejores personajes de Game of Thrones. Entre esos momentos, hay que destacar esa brillante escena final del 7x03, en la que Olenna nos vuelve a demostrar que tiene dos huevos como dos castillos y que fácilmente ella podría haber ganado el juego de tronos si lo hubiese querido. Esta señora se va, y por la puerta grande.

Bonus: Theon Greyjoy ha tenido un arco de transformación y una evolución impresionante a lo largo de la serie, pero en esta temporada hemos visto en serio al Theon que todos esperábamos ver: un tío con valentía, decidido a salvar a su hermana.

Steve Harrington (Stranger Things)


Una de las cosas buenas que nos ha dado esta segunda temporada de Stranger Things, aparte de menos protagonismo para Eleven (GRACIAS), es el cambio del personaje de Steve. En la primera temporada, era un capullo. Así, sin vaselina ni nada. Era un gilipollas integral. Estábamos deseando que le pasase algo malo. En esta segunda temporada, a raíz de todo lo acontecido en la primera y de su amistad con Dustin, hemos podido descubrir a un Steve que no habíamos visto: un chico luchador, que quiere a Nancy y que haría lo que fuera por ayudar y proteger a los chavales. Sin duda, Steve ha sido el gran descubrimiento de este otoño.

Bonus: me jode mucho tener que relegar a este puesto a Max, porque ella podría ocupar sin ninguna dificultad el puesto de Steve. Ha sido la gran incorporación de la temporada y un gran apoyo para los chicos. Esperamos ver más de ella en futuras temporadas (y a su hermano también, no vamos a mentir).

Alex Drake (Pretty Little Liars)


A ver chicos, vamos a admitirlo: todos amamos a Alex Drake. Sí, nos parece una decisión horrorosa por parte de los guionistas de Pretty Little Liars y todos nos sentimos un poco defraudados con la gran revelación final de la serie, pero no podemos decir que la hermana gemela malvada de Spencer no nos parece maravillosa y mucho más carismática que el 90% del reparto principal de la serie. Ese humor ácido, esas ansias de venganza y ese buen acento británico la hacen un gran personaje. Si nos la hubiesen planteado mejor y si la hubiésemos conocido mucho antes, posiblemente Alex Drake podría estar entre los mejores villanos de la historia de la televisión. Pero claro, si las cosas no se hacen bien, no se hacen bien.

Bonus: podría haber metido a cualquier personaje del reparto de PLL aquí, ya que ninguna ha llegado a destacar más en mi opinión a lo largo de la última tanda de capítulos, pero me quedo con Jenna porque nos ha demostrado que no era tan mala al final. Fíjate, y nosotros pensando que la ciega estaba detrás de todo. Si es que no hay más ciego que el que no quiere ver (sorry not sorry)

Celeste Wright (Big Little Lies)


Todos sabemos que Nicole Kidman es maravillosa en todo lo que hace, pero es que su papel en Big Little Lies me parece lo mejor que le ha podido suceder al mundo de la televisión en el 2017. Todos esperábamos un personaje como el de ella, que se sobrepone a todos los malo que le ocurre y a todos los inconvenientes que le trae su vida. Podría haber puesto a cualquiera de los personaje de la serie aquí, pero sin duda alguna, Celeste es la clave de la serie. 

Bonus: el personaje de Reese Witherspoon, Madeleine, es el mejor alivio cómico que una serie como esta puede tener, y me da realmente mucha pena que nadie se haya parado a pensar en lo bien que hace su papel, sin llegar a destacar demasiado.

Dom Basaluzzo (Looking)


Parece ser que yo era el único por ver la serie protagonizada por Jonathan Groff, hasta que allá por agosto decidí empezar de una vez. No es una gran serie ni será recordada, pero entre sus personajes tengo que destacar el de Dom. Es un sugar daddy de toda la vida, pero también es el personaje con más cabeza y más racional de todos los de la serie. Tiene dos dedos de frente a la hora de tomar decisiones y siempre es el que cuida de Patrick y Agustin (también es porque es 10 años mayor, no no vamos a engañar). Y además es guapo. ¿Qué más podemos pedir? NADA.

Bonus: solo voy a decir una cosa: #TeamKevin.

Octavia Blake (The 100)


Los 100 ha sido una de mis grandes revelaciones en este año. Siempre había oído hablar de esta serie, pero no fue hasta abril de este año cuando decidí finalmente comenzarla. Y desde el primer momento en el que apareció en la serie, con todo su coño moreno, me enamoré de Octavia Blake. Una tía luchadora, con dos huevos, preparada para enfrentarse a cualquier situación, y lo mejor de todo: sin miedo a nada (como la canción de Alex Ubago, sí). Todavía me queda por terminar la cuarta temporada, pero de momento puedo decir que Octavia es mi personaje favorito, sin duda alguna.

Bonus: Raven, la novia de Finn, es toda una luchadora como Octavia, y creo que es el personaje que más ha sufrido de toda la serie. Pobrecita, este puesto se lo merecía.

Stephanie Edwards (Grey's Anatomy)


Edwards siempre había sido un personaje que no levantaba pasiones entre los fans. Le pasaba algo parecido a lo de Sasha: siempre estaba eclipsado por otras tramas y/o personajes más interesantes. Pero a lo largo de la decimotercera temporada de Grey's Anatomy, hemos ido descubriendo a una Edwards que no habíamos visto, con inseguridades y sin saber como reaccionar ante ciertas situaciones. Hemos visto a una Edwards humanizada, algo que yo llevaba esperando desde hacía mucho tiempo. Que penita que justo cuando nos empezamos a enamorar de ella, se nos vaya. Una pena. 

Bonus: aquí tengo que poner, a partes iguales, a los hermanos DeLuca y a Megan Hunt. Están siendo los personajes revelación de esta nueva temporada, dejándonos momentazos únicos y unas ganas tremenda de saber más de ellos. 

William H. Hill (This is Us)


This is Us se ha llevado todo en los premios de televisión del 2017, desde los Globos de Oro hasta los Emmy. Pero si algo hay que destacar de esta serie, a parte de su guion, son los actores. Entre ellos, el magnífico Sterling K. Brown o su padre en la serie, Ron Cephas Jones, el que ha sido el personaje revelación para mí de esta serie. Un personaje con una profundidad impresionante, culto, con una vida de película y que lo único que quiere es recuperar el tiempo perdido con su hijo biológico y la familia de este. Además, todos los fans de la serie nos acordamos de ese Memphis, que tantas lágrimas nos sacó. Como nos hizo llorar, el cabronazo.

Bonus: cuando comenzó la serie, Rebeca me parecía más un personaje secundario. Sin embargo, gracias a la genial interpretación de Mandy Moore y a su trama, Rebeca se ha convertido en uno de mis personajes favoritos.

Laurel Castillo (How to Get Away with Murder)


Este ha sido el año en el que la señorita Laurel Castillo ha explotado todo su potencial como personaje: ha llorado, ha luchado, ha sufrido como nadie con todas las cosas horribles que le han sucedido en esta temporada. No se ha dejado influenciar por las opiniones de otros personajes (y tampoco por su padre, que mira, menudo cabronazo, todo hay que decirlo). La muerte de Wes le ha cambiado la vida para mal, pero ella no ha permitido que el fallecimiento de su pareja caiga en el olvido. Laurel Castillo ha madurado este año, y ojalá ver más de ella (sí, por favor).

Bonus: llevamos viendo como Asher ha pegado un giro de 180º según pasaban las temporadas de la serie, y su relación con Micaela ha llegado a un punto en el que todos les amamos. Gracias por tanto.

Olivia Baker (13 Reasons Why)


De entre todos los personajes que hemos descubierto en una de las series revelación del año como es 13 Reasons Why, tengo que destacar al único personaje que no aparece en el libro original. La decisión de contar la historia de los padres de Hannah Baker es uno de los grandes puntos a favor de la serie. La siempre grandiosa Kate Walsh interpreta a la madre de Hannah, una mujer que ha sufrido un gran trauma tras el suicidio de su hija, y que está decidida a llegar hasta el fondo de lo que le ocurrió a su hija.

Bonus: aquí he decidido incluir al personaje más complejo de todos los de la serie: Jess, el personaje con más conflicto y más interesante de todos los protagonistas de la serie.

Wolfgang (Sense8)


Seamos claros: Wolfgang es el buenorro de Sense8. No es ni Lito, ni Will, es Wolfgang. Este alemán nos ha impresionado a todos, ya sea por su belleza (que es mucha), por su físico (que no me voy a parar en señalar, porque si no no terminamos) o por su historia y personalidad, la cual es muy interesante. Wolfgang nos ha demostrado que, debajo de esos abdominales, hay una persona que también lo ha pasado mal en su vida, y que se gana la vida como puede. Es un ser maravilloso y ojalá poder cuidarle cada día de mi vida.

Bonus: vamos a volver a ser claros: si no llega a ser por Nomi, los sensates habrían muerto en los primeros tres/cuatro episodios. Además, solo por lo que ha tenido que correr y huir de todo el mundo, se merece estar en este puesto.

Taystee (Orange is the New Black)


El final de la cuarta temporada de Orange is the New Black nos dejó a todos con el culo torcido y con los ojos llorosos por Poussey, pero hubo otra persona que sufrió más su perdida: Taystee. Ha sido el personaje con el que más nos hemos sentido identificados y emocionado en esta quinta temporada. Ella fue quien empezó todo el revuelo por Poussey, ella fue quien luchó para que todas las presas tuvieran unas condiciones mejores, ella ha sido la verdadera protagonista de esta temporada. Y, por favor, no me lo pongáis en duda.

Bonus: en esta categoría me lo han puesto muy dificil todos los personajes. Stratman, Linda, Dayanara o las siempre graciosas Maritza y Flaca podrían haber estado en este bonus, pero me ha sido imposible elegir a uno de ellos.

Bueno, esto ha sido todo por hoy. Espero que os haya entretenido y gustado este repaso a lo mejor del año. Como podéis ver, hemos tenido de todo, y aunque estoy seguro de que muchos no estáis de acuerdo con esta lista, no podemos negar de que este ha sido un año lleno de momentos inolvidables y de personajes que van a perdurar en nuestra memoria por mucho tiempo. ¡Feliz año nuevo a todos!


Crítica del 11x01 "My Struggle III" de The X Files: Chris Carter vuelve a arruinarnos la vida

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11x01 "My Struggle III" de 'The X Files'

Ya expliqué en este artículo hace unos meses lo mucho que le debemos a The X Files. Sobran los motivos para encumbrar la mítica serie de Chris Carter por lo que fue, pero ahora cabe preguntarse qué es ahora. ¿Ha sabido adaptarse bien a los nuevos tiempos? Su décima temporada, salvando los estupendos tercer y cuarto episodios, no fue especialmente memorable ni inteligente. Y ahora, llegados a la onceava (¿la última de Gillian Anderson?),"My Struggle III" trata de reconducir una trama torpe y apresurada por el buen camino... lográndolo solo a medias.

¡Spoilers del episodio!

11x01 "My Struggle III" de 'The X Files', gif de Scully
Lo verdaderamente paranormal de The X Files es lo bien que le sientan los años a Gillian... lo cual ayuda a reforzar la famosa teoría de que Scully es inmortal.

El final de la décima temporada, visto en retrospectiva, se siente como un gran desastre que se le fue de las manos a Chris Carter y compañía. Es por eso que resulta lógico que la única forma que hayan tenido de resolverlo sea convirtiéndolo en un sueño de Scully. ¿Es una jugada cutre? Cutre no: lamentable. Pero debemos hacer un esfuerzo y perdonarles, porque "My Struggle III" se siente como un reinicio en toda regla que busca asentar las bases de un nuevo arco de temporada, esperemos, más consistente y mucho mejor llevado. La voz en narración de Mulder a lo largo del episodio nos explicará con máximo detalle, como si fuéramos tontitos, todo lo que está pasando y qué está en juego.

Echo en falta la X Files más sutil de los 90'. "My Struggle III" tiene muchos puntos mejorables como episodio, y uno de ellos es, en mi opinión, que nos suelta la información demasiado en la cara... quizá para atraer nuevos espectadores, o para reenganchar a los que no recordaban tramas pasadas, pero lo cierto es que plantea todas las cuestiones con claridad demasiado cristalina. Esas constantes alusiones a que Mulder es hijo del Fumador, como si se nos hubiera olvidado, hacen que se pierda parte del encanto de una trama que antes se llevaba de forma mucho más enigmática. Pero lo peor de "My Struggle III" son los recursos tan básicos de acción que se usan para mantener la atención, como las interminables persecuciones en coche que terminaban siendo bastante tediosas, dando al episodio un ritmo que pretendía ser "adrenalítico" pero que al final rozaba el sopor.

11x01 "My Struggle III" de 'The X Files' gif11x01 "My Struggle III" de 'The X Files' gif
11x01 "My Struggle III" de 'The X Files' gif11x01 "My Struggle III" de 'The X Files' gif
Otra de las cosas que le encanta a Chris Carter es que Scully se lleve más palos que una estera vieja. Aunque mini punto por esa conexión tan "molona" entre ella y su hijo.

Pero no todo es negativo, y es que hay cosas que sí han funcionado bien en "My Struggle III". El comienzo tan jugoso, homenaje a la gran trayectoria del Fumador, era una inquietante y poderosísima oda a los mejores tiempos de la serie. El capítulo, además, ha dado por fin la atención merecida al personajazo de Walter Skinner, que la temporada pasada estuvo completamente dejado de lado. Y lo que es mejor: hemos tenido muchas escenas con Mulder y Scully juntos, luchando por salvarse el uno al otro... lo cual constituye, al final del día, la auténtica esencia de The X Files. Todo eso ha estado muy bien, aunque el episodio al final resulte de todo menos épico.

Siento que ha sido, como decía, bastante básico. Quizá porque quería ser un reinicio, quizá porque quería dejar las cosas muy claras, pero lo cierto es que se han pasao. ¿Nos han contado algo nuevo realmente? ¿Hemos avanzado? Yo me he quedado igual, si os soy sincero. Bueno, miento. No igual... asqueado. Porque la tan comentada revelación de que el Fumador es el padre biológico del hijo de Scully es la peor mierda que se le ha ocurrido a Chris Carter en su puta vida. Y ni siquiera si luego resultase ser mentira podría perdonarle semejante repugnancia innecesaria. Ya sabíamos que William está en peligro y le quiere encontrar hasta la vecina del 5º... ¿qué necesidad había de retorcer así la trama? ¿De destrozar lo más puro y bonito que había logrado The X Files? NINGUNA.

Chris Carter merece como nunca recibir esta llamada de TODOS los fans. Con la nenita de los pelos incluida.

Por tanto: bien, The X Files, por rescatar personajes icónicos, ahondar en un villano tan fascinante como el Fumador y enfrentar a Mulder y Scully al mayor reto de sus vidas, que no es otro que salvarse el uno al otro (mucho más importante que salvar al mundo) y encontrar a su hijo. ¿Me oyes, Chris? SU hijo, de ellos. ¿Lo peor? Que no es un comienzo de temporada bueno. Sí prometedor, sí con puntos correctos a destacar, pero poco memorable en sí mismo. Creo que The X Files puede, y debe, ser mucho más inteligente y estimulante que esta carta de presentación de temporada tan básica que nos ha dejado como regalo de despedida... lo impensable. Lo peor. EL asco. Pero habrá que seguir atentos y no fiarnos de nada... porque en "believe", como adelanta la intro, se esconde la mentira, y The X Files se debe guardar varios as bajo la manga.

¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿Tenéis esperanzas en lo que queda de temporada? Yo, sinceramente, no sé que esperar... estoy emocionado, pero también tengo miedito.

PD: Esto de destrozar al personaje de Reyes convirtiéndola en la lameculos profesional del Fumador... ya podría terminarse, ¿no? Asumo que Reyes también tiene un as sobre la manga, pero verla así tanto tiempo ya empieza a cansar.

Yo ya no sé, Scully.


Isidro López (@Drolope)

Vosotros habéis hablado: ¡aquí están los ganadores!

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Ahora que la ceremonia de los Globos de Oro ha terminado y todos los que la Academia consideró dignos tienen su estatuilla, ha llegado el momento de que aquí en El Blog de las Series Americanas hagamos nuestra propia ceremonia.

Como seguramente sepáis, aquí los nominados de cada una de las doce categorías fueron propuestos por nuestros redactores, pero habéis sido vosotros con vuestros votos quienes habéis elegido a los ganadores.

Durante estos días ha habido algunas categorías en las que el primer puesto ha estado muy disputado y otras en las que ya desde las primeras horas de encuesta había un claro favorito, aunque lo cierto es que en general el voto ha estado bastante dividido.

Ahora, el redactor que propuso a cada uno de los ganadores le dedicará unas palabras a cada uno de ellos.

Sin más dilación, comienza ¡la entrega de los Premios El Blog de las Series Americanas!

Mejor Serie de Drama: Outlander, por Doralicia


Outlander se ha marcado una apasionante tercera temporada y no es extraño que se haya llevado todo nuestro amor en estos premios para coronarse como mejor serie de drama. Todos queremos a Jamie y Claire, su preciosa relación y sus maravillosas aventuras a través de los siglos. Esa combinación de magia, historia, pelirrojos, bellos paisajes y música escocesa enamoran, y no es para menos, porque Outlander ha sabido mantener la calidad a lo largo de sus tres temporadas. Personalmente, ha sido mi serie del 2017, porque me atraparon desde la primera intro del primer capítulo hasta el último episodio emitido hace unas semanas. A la espera nos quedamos, celebrando esta victoria, de su cuarta -y seguro que igual de maravillosa- temporada.

Mejor Actriz Serie de Drama: Elisabeth Moss (The Handmaid's Tale), por Victoria


Elisabeth Moss, la eterna ganadora de este año, ¿y cómo no íbamos a votarla? Si es capaz de emocionarnos con un simple gesto, una simple expresión facial, una simple palabra. Este premio es para Elisabeth Moss, por su encanto, su carisma, su arte, por traernos con tanto sentimiento y realismo una magnífica historia feminista como es The Handmaid's Tale, pero también es para todas las mujeres maravillosas que han llenado nuestras pantallas este 2017.

Mejor Serie de Comedia: Orange is the New Black, por David


Todos sabemos que Orange is the New Black ha tenido sus altos y sus bajos, pero tenemos que reconocer que este año se ha marcado una temporada de la hostia. El hecho de dejar a las presas hacer en una libertad desmedida y de basar la trama de esta tanda de capítulos en el motín parecía que no iba a llegar a buen puerto al principio, pero los guionistas han sabido reinventarse y se han marcado, si no la mejor, una de las mejores temporadas de la serie. Nos ha dejado capítulos, personajes y momentos para el recuerdo, y un final con el que te muerdes las uñas hasta más no poder.

Mejor Actriz Serie de Comedia: Emmy Rossum (Shameless), por Victoria


¡Por fin un premio para Emmy Rossum! Claro que sí, lleva siete años llevando más de la mitad del peso de Shameless y no se había llevado ni un solo premio por su impresionante trabajo, mientras W. H. Macy es nominado cada año (por un papel menor en cantidad y, en mi opinión, en importancia). Hasta ahora, claro, este premio del Blog de las Series Americanas va para ti, Emmy. Nosotras sí te valoramos.

Mejor Serie Limitada: Big Little Lies, por Irene


Sin duda alguna, Big Little Lies fue una de las series que me dio la vida durante 2017. Tiene uno de los mejores pilotos que he visto: te pone en situación, te atrapa poco a poco al conocer a este elenco de mujeres maravillosas y te deja con ganas de conocerlas más y más. Todo esto rociado por una banda sonora que me parece excelente, desde su intro hasta el último segundo del último episodio. Big Little Lies cogió personajes aparentemente clichés para, desde sus entrañas, destruirlos por completo y mostrarnos mujeres reales, complejas, humanas.

Mejor Actriz Serie Limitada: Nicole Kidman (Big Little Lies), por Irene


El año 2017 se convirtió en el año de Nicole Kidman. Su Celeste Wright nos enseñó que las rubias altas con maridos más jóvenes e hijos gemelos, que aparentemente tienen todo, no son felices, sino amargamente desdichadas. Gracias a ella pudimos adentrarnos en una relación tóxica donde el maltrato era el pan de cada día y lo mucho que cuesta salir de ese infierno. Sin embargo, con apoyo y mucha valentía se puede salir de aquel pozo de los horrores en el que se convirtió su casa. Celeste es una superviviente y Nicole nos ha vuelto a demostrar que brilla y mucho.


Personaje Más Querido: Sansa Stark (Game of Thrones), por Victoria


¡Viva la reina del norte! Los misóginos lo negarán, pero hoy tenemos el placer de entregar este premio al mejor personaje de Game Of Thrones. Una mujer constantemente maltratada, violada, vendida, y que ha sobrevivido una y otra vez, demostrándonos que es la más inteligente de todo Westeros y que ninguno de sus agresores puede con ella. ¡En este blog te queremos y te apoyamos, Sansa Stark!

Personaje Más Odiado: Jon Nieve (Game of Thrones), por David


La séptima temporada de Game of Thrones ha sido un flop en toda regla. Tramas sin sentido, decisiones sin ninguna lógica y personajes imbéciles han sido el pan de cada capítulo de esta temporada, pero entre todos los personajes que han hecho cosas estúpidas, tengo que destacar a Jon Nieve. Nos ha vuelto a demostrar que no sabe dirigir y que solo sabe tomar decisiones ilógicas, sin nada de razón. Su gilipollez a la hora de luchar contra los caminantes, su (asquerosa) relación con Daenerys y su complejo de héroe que me dan ganas de vomitar han hecho que Jon sea el peor personaje de este año. Viserion merecía más, y es todo por tu culpa.

Mejor Pareja: Claire y Jamie (Outlander), por Irene


Claire y Jamie son dos personajes que, individualmente, son fantásticos pero, si los juntas, ay, si los juntas, ¡son fuego! Su amor traspasa la barrera del tiempo, permanece en la distancia y a los fans de la serie nos encanta porque nosotros vivimos su relación a flor de piel. Se quieren, se respetan, se desean y se apoyan, y así lo han hecho también en esta tercera temporada, la cual ha sido la del reencuentro. Tras dudas, inseguridades y algunos secretos, sus caminos se vuelven a unir para seguir creciendo como pareja y continuar con las aventuras que parecen encontrarse por medio.

Mejor BROTP/SISTP: Steve y Dustin (Stranger Things), por David


Stranger Things nos ha dado tres cosas nuevas en los nuevos capítulos que estrenó el pasado mes de octubre: la entrada del personaje de Max, la evolución de Steve y la relación de este con uno de los niños, Dustin. Son dos personajes que se ayudan en lo que pueden, que son como hermanos, que luchan el uno al lado del otro y que se dan consejos mutuamente para cualquier problema que tengan. Nunca pensamos que estos dos personajes, en un principio sin nada en común y completamente diferentes, iban a formar parte de la mejor amistad que ha habido en el 2017. Bravo chicos, espero que esto no sea pasajero y en la tercera temporada podamos ver más peinados de Dustin y más bromas.

Mejor Polvo: Jamie Fraser (Outlander), por Doralicia


Es innegable que Jamie Fraser está como un tren, no importa el momento, el lugar ni el cristal con el que lo miremos; prueba de ello es que haya quedado el primero en su categoría. Pero el guapísimo pelirrojo que es Sam Heughan no lo es todo para que podamos decir que Jamie tiene un polvazo impresionante, Jamie no es solo físico, también es un maravilloso personaje que nos enamora y que cualquiera de nosotros lo querríamos como marido. ¡Larga vida a Jamie Fraser!

Peor Temporada: The Walking Dead, por Isidro


Ya os contábamos hace un tiempo el despropósito que había sido la octava temporada de The Walking Dead, y parece que estáis de acuerdo con nosotros. ¿Se trata del principio del fin de una de las series más exitosas de la Historia? Las audiencias, antes tan extraordinarias, ahora huyen en estampida de una narración torpe y desestructurada que no se sostiene por ninguna parte. Como fan de The Walking Dead me duele decirlo, pero hay que hacer frente a la verdad... y la verdad es que merece como ninguna este premio.

Y vosotros, soberana audiencia, ¿estáis de acuerdo con los resultados de los premios? Animaos a dejar un comentario al respecto.

P.D: mención especial a nuestro compañero Vrahos. Ninguna de sus opciones ha salido ganadora pero nos ha escrito una introducción estupenda.

El equipo de El Blog de las Series Americanas (@ElBlogdelasSA)

Blindspot necesita ponerse las pilas, o podemos esperar lo peor

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Blindspot ha estado estas últimas semanas de parón invernal y este viernes volvió después de las vacaciones. Pero yo no vengo a hablaros del nuevo capítulo únicamente, sino también de todo aquello que ocurrió antes de las fiestas y que tenía todavía en el tintero. En la primera tanda de episodios de la temporada ha pasado de todo. La temporada empezó por todo lo alto y tuvo unos primeros capítulos muy reveladores e interesantes. Sin embargo, el global de la temporada me está pareciendo un poco pobre, y el final de temporada de invierno terminó con una noticia poco halagüeña para Kurt y Jane. ¿De que os hablaré? De los capítulos 3x04 al 3x09. ¿Preparados?

Esta serie de capítulos ha tenido una línea general bastante clara, entre las zancadillas que Roman le está poniendo a su hermana, y la desconfianza entre sí de los miembros del equipo, y ha ido desde lo cursi pero cuqui del vídeo de la boda del 3x04 "Gunplay Ricochet", a la acción más pura y dura pasando por revelaciones impactantes y chistes ingeniosos y enseñanzas de la vida de Rich Dotcom al nivel de Once Upon a Time



Por un lado, hemos visto cómo Roman ha ido construyendo sus planes alrededor del mundo (hasta en Barcelona, señores, y no me avisaron), mientras manipula a todas y cada una de las personas con las que se va encontrando por el camino: desde Blake, la muchacha rica a la que conoce en la subasta y de la que, no quiero adelantarme, pero creo que va a acabar quedándose prendado y va a ser el motivo de su cambio de comportamiento, hasta el propio Kurt, al que lleva por el camino de la amargura e incluso le pide que mate a Hirst. Todo esto, no nos lo perdamos, porque nos han descubierto que Hirst fue quien mató a Stuart. Eso no me lo esperaba, la verdad, porque confiaba en ella y me caía bien. La idea que han planteado es que Stuart descifró el tatuaje con el que estaba obsesionado y que tanto le dijeron que dejara de lado, y descubrió que éste tenía conexión con el cuadro del autorretrato de Van Gogh, y como, claro, es un leal empleado, se lo cuenta a Hirst, porque el chaval vio a Hirst con el hombre al que le faltaba una oreja y quiso avisarla por si tuviera algo que ver con los tatuajes y estuviera en peligro. Sin embargo, lo que Stuart no sabía era que el verdadero peligro era Hirst, que lo asesina a sangre fría y que luego le quiere echar las culpas del asesinato a Patterson (¿no sabe con quién se enfrenta, o qué?), en un 3x08 "City folk under wraps" que fue muy interesante. En este capítulo se puso a prueba la confianza entre los diferentes miembros del equipo, incluso de Rich Dotcom, que con su ingenio fue prácticamente el cerebro de la misión de salvar a Patterson, y demostró su lealtad al FBI y a los que ahora son sus compañeros, aunque estos habían estado trabajando a sus espaldas en una poco inteligente oficina extraoficial en casa de Jane y Weller. Patterson y Rich, los mejores personajes de la serie, no me cansaré de decirlo. Sinceramente, bajo mi punto de vista, Hirst no parece tan mala por sí sola, sino que estaba actuando como un peón más del juego de un villano máximo: el padre de Blake, del cual tendremos que esperar para ver qué trama exactamente. Con Hirst entre rejas, tenían otros temas que resolver, temas como que Kurt deje de mentir.


Porque, sí, todo esto fue emocionante y desconcertante pero, para mí, una de las revelaciones más chocantes fue la de que Jane tiene una hija de 18 añazos a la que dio en adopción cuando era una adolescente por pura decisión de Shepherd. Y no sólo eso, sino que Kurt la conoció cuando viajaba buscando a Jane, en Berlín, ese lugar donde algo tan horrible ocurrió que Kurt se somete a lo que Roman quiera para que Jane no se entere. La chiquilla, Avery, también buscaba a Jane después de quedarse huérfana (a saber si también con otras intenciones). Pero si llegados a este punto pensábamos que no podían llegar a hacer más estupideces ocultándose cosas, Kurt se guarda durante cinco capítulos (CIN-CO, desde el 3x04 "Gunplay ricochet" hasta el 3x08 "City Folk Under Wraps"), mientras Jane tiene un debate interno sobre si buscar a su hija, el secreto de que él mató a Avery, y sólo se lo cuenta para que Roman no lo extorsione más, no porque piense que Jane debe saberlo. ¿QUÉ ME ESTÁIS CONTANDO SEÑORES GUIONISTAS? A ver, estoy enfadada porque estoy harta de que en las series muestren como algo normal las mentiras, como algo cotidiano y perdonable, pero mantengamos la calma, porque como nos muestran al final del 3x09 "Hot burning flames" la muerte de Avery no es real, como predije desde el minuto uno en el que Kurt hizo esa confesión. Era imposible que Kurt hubiera matado a la chica intencionalmente, y era más lógico pensar que ella hubiera muerto porque es tan testaruda como su madre por accidente, o que, como ha ocurrido, Kurt la creyera muerta. Además, si hubiera muerto ¿qué ganaría Roman con todo el jueguecito sobre lo de Berlín?



Como decía, la temporada, por ahora, ha seguido unas tramas bastante completas, y los capítulos por separado dejan con la boca abierta. No obstante, a pesar de eso, no sé si es porque están resolviendo misterios demasiado rápido o porque tratan de forma superficial temas muy profundos como el hecho de que Jane tenga una hija y no se acuerde, me está pareciendo una temporada un poco floja, con poco fuelle. Vale, esto no es la consulta de un psicólogo, ni podemos esperar que hagan las reflexiones filosóficas que sí hacen en otras series, pero creo que podrían haber ido un poco más allá de mostrarnos a Jane dudando como nunca y a Kurt consolándola porque en el fondo es un mentiroso de cuidado. Encuentro completamente lógico que Jane se vaya, y que lo mande a tomar por saco en una situación así, aunque me duele que le hagan este tipo de cosas a mi OTP; porque lo más molesto de todo es que Kurt no tuvo el valor de decírselo por voluntad propia, sino porque ya estaba agobiado de los jueguecitos de Roman. Sin embargo, aunque esté enfadada en ese aspecto, también confío en que cuando todo se aclare, Kurt y Jane puedan volver a tener su vida juntos y sigan resolviendo tatuajes y desactivando bombas juntos. 

No sé, creo que en general se tienen que poner las pilas o cambiar su estrategia, porque tienen muchas carencias que, como no solucionen pronto, les van a pasar factura a final de temporada y se van a llevar de premio una cancelación. ¿Qué os han parecido estos capítulos a vosotros? ¿Cómo os parece que están llevando la temporada?

No, soy Doralais, pero yo me quedo a que me leas lo que quieras. ♥
P.D. También podrían haberse ahorrado la trama horrorosa que no quiero que suceda de que a Zapata le gusta Reade porque QUÉ PEREZA; prefiero que sigan adelante con esa misteriosa camaradería entre Zapata y Keaton.


Doralicia (@Doralais)

Crítica Del 1x01 "Pilot" De The Resident: I'm Going To Need A Doctor

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Si de entre todas las series que se van a estrenar en 2018 tuviese que elegir la que más hype me produce, diría sin dudarlo The Resident. El drama médico de la cadena FOX tiene una pinta estupenda y, además, cuenta con un ingrediente para atraer mi total atención: Matt Czuchry. ¿Queréis saber lo que opino del piloto? No os demoréis y seguid leyendo.

Una de las primeras cosas que deja entrever este primer episodio es que tenemos tres claros bloques: el Dr. Randolph Bell (Bruce Greenwood; Kingsman: The Golden Circle), un reputado cirujano que es la cara del Chastain Park Memorial Hospital en Atlanta, concentrado en todo lo que es la parte más businessde la medicina que de salvar vidas; el Dr. Conrad Hawkins (Matt Czuchry; The Good Wife), un residente veterano que utiliza métodos poco convencionales para salvar vidas, además de preocuparse por sus pacientes; y el Dr. Devon Pravesh (Manish Dayal; Halt And Catch Fire, Agents Of S.H.I.E.L.D.), residente de primer año y pupilo de Conrad, quien le va a meter la caña que Harvard y Yale no pudo.

But first, let me take a selfie
El episodio empieza fuerte y con varias cosas que me han dejado ojiplática: ¿quién coño mete un iPhone en un quirófano? ¿Y un iPad?¿Qué pasó con eso de “espacio esterilizado”? Para fliparlo ya desde el primer minuto. Pero, claro, vivimos en el mundo de la tecnología, del “si no has hecho una foto no ha pasado”, así que, por supuesto, tenemos que hacernos una foto de nuestra primera vez en el quirófano con el Dr. Bell. Así, con dos ovarios bien puestos. De ahí, esta apendicetomía, aparentemente sencilla y de lo más común que se hace en los hospitales, pasa a ser un escenario lleno de (t)errores. El Dr. Bell está en sus horas más bajas médicamente hablando. Un temblor en la mano izquierda–mal rollo– hace que pierda la concentracióny, con un movimiento que hace el paciente en la mesa, el cual se está despertando por un posible mal cálculo de la cantidad de anestesia administrada, el bisturí termina cortando una de las arterias principales, formando un sindiós precioso y digno de una película de terror. La cagada es tal que el paciente muere desangrado y la gente flipando–yo estoy rezando para no perder el apéndice con este señor–. Para arreglar el estropicio, el equipo médico se convierte en una especie de mafia en la que se van a cubrir los unos a los otros y “vamos a hacer como que tenía una enfermedad cardíaca no descubierta y la ha palmado por eso”. ¡Toma ya! Tú di que sí, por qué no, ¿verdad? La madre que me parió…

Estos dos están hasta el moño de Conrad
Dejando por un momento al Dr. Bell de lado –que tiene tela–, uno de sus admiradores, que no es otro que Devon, se encuentra con que su supervisor, Conrad, tiene una personalidad difícil. “Nunca me equivoco. Haz siempre lo que te diga. No admito preguntas”, vamos, el muchacho es una alegría –para la vista al menos sí porque, SEÑOR, QUÉ GUAPO ESTÁS MATT–. La verdad es que eso de estar viendo a un grupo de muchachas cómo hacen terapia física y que lo primero que te pregunten es si te van las caucásicas, las afroamericanas o los hombres, me parece un poco patinazo, qué queréis que os diga. Al menos ha tenido en cuenta que pueda ser gay pero, ¿y bisexual? Sin embargo, no es la primera pregunta que le haría a mi pupilo. Digamos que Conrad lo que quiere es sacarse la chorra de la peor manera posible –y aunque quiera mucho a Matt Czuchry, el personaje tiene sus cositas–. La primera impresión es tan mala para Devon que va directo a una enfermera, en este caso se trata de Nic Nevin (Emily VanCamp; Revenge), y le pide un cambio urgente, dado que no le soporta. Ésta, que ya conoce a Conrad, le dice que se calme, que calle y que aprenda, que le acaba de tocar la lotería, básicamente. Como ya he vaticinado antes, los métodos de Conrad son poco convencionales: empuja muchísimo a Devon, le invita de manera agresiva a que se lance y tome la iniciativa, que se ocupe de ciertas decisiones y de algún paciente. Para el primer día diría que es un poco hardcore, además de que el “método amor duro” puede ir bien o terriblemente mal según la persona a la que se lo apliques –he tenido profesores en el instituto que lo han aplicado y he visto ambos resultados, desde alumnos que se crecen a alumnos que se hunden, así que CUIDADO–. Entiendo que la medicina que se enseña en la facultad con la que se ve en un hospital no tiene nada que ver –no es lo mismo leerlo que enfrentarte a ello–, pero tampoco creo que lanzar a un chaval que acaba de llegar al ruedo para vérselas con casos y situaciones estresantes sea lo mejor. Devon se enfrenta en este episodio a dos situaciones límite: una adolescente drogadicta que se desploma en el suelo, quedando sin pulso y a la que le realiza la Respiración Cardiopulmonar durante 26 minutos hasta que vuelve a latirle el corazón –consecuencia: nula actividad cerebral, por lo que va a estar postrada en una cama por el resto de su vida–; y una mujer joven enferma de cáncer, habitual del hospital, que sufre un desplome de sus constantes vitales y a la cual él mismo realiza la intervención necesaria para sacarla de esa situación –Conrad llama al momento “su desflorecimiento”. Mirad mis ojos en blanco ante esto, por Dios santo–. Tras un primer día movidito, Conrad manda a Devon a casa y el otro no puede decir más que “Lo he superado” a su novia. ¡Qué mono! Hijo mío, la que te espera.

De Wakanda a Atlanta hay un paso
Volviendo al Dr. Bell–voy a dejar a Conrad para el final–, éste presenta la máquina quirúrgica, Titian, una revolución para el mundo de la medicina y, en particular, para el hospital–me recuerda a la máquina Da Vinci de Grey’s Anatomy. Por cierto, en la referencia a la serie me maté yo–. Gracias a la presentación conocemos a la Dra. Mina Okafor (Shaunette Renée Wilson, Billions, Black Panther), una residente nigeriana de cirugía buenísima pero que nadie quiere porque tiene poco tacto con los pacientes. Es efectiva, precisa, centrada en su labor, pero en lo de darle las noticias a los familiares de los pacientes sigue esa tendencia “robótica”. Personalmente me encanta; tenemos otro tipo de mujer, lejos de la esperada actitud cercana, casi de madre, que socialmente se nos ha pedido. Mina es como una especie de versión femenina de Gregory House, una Cristina Yang afroamericana, seca pero directa a lo que va, sin darle rodeos a las cosas. Es cierto que es “raro” ver a un doctor que no tenga ese “tacto” con los familiares, pero es que en esta serie no te va a crear un “mundo de luz y de color” donde todos los pacientes se salvan y todos los doctores son supercercanos y te cogen de la mano cuando las cosas van mal. NO. The Resident lo que intenta contar es la realidad de la medicina, que no todo sale bien, que hay veces que hay que utilizar el método más extraño para sacar adelante a un paciente–esto me lo creo menos, sinceramente, porque existen los protocolos–, que los doctores tienen diferentes personalidades y métodos de trabajo y que un hospital es, en definitiva, un negocio. Hay un par de cosas relacionadas con la Dra. Okafor que me llaman bastante la atención. La primera es esa escena entre el Dr. Bell y su amigo, al cual, gracias a sus donaciones, hay una nueva ala dedicada a los pacientes de cáncer. Sólo hay que verle la cara y los resoplidos que pega cuando le dicen que su cirujana es una mujer joven nigeriana. El racismo se respira en el ambiente, la hostia que le debería caer a ese señor, que además está en una habitación VIP, como si ya no nos hubiésemos enterado de que es un “blanquito forrado”, también. El paciente, a quien le van a operar con la máquina Titian y que sólo sabe manejar Mina, pide que le cambian de cirujano –no vaya a ser que le “contagien” eso de ser afroamericano o algo– y que lo opere su amigo. La segunda cosa es la conversación entre el Dr. Bell y la Dra. Okafor. Mina le suelta verdades como puños, pero es él quien tira por lo personal para chantajearla: o me dejas hacer la operación o te vuelves a Nigeria porque necesitas una carta de recomendación para quedarte en el país y no pienso dártela si no me dejas salirme con la mía. Vamos, que si ya me caía mal, ahora me cae el triple de peor. Para añadir un poco más de leña al fuego, Conrad ha conseguido que se transmita por streamingla operación, lo cual no le hace mucha gracia a Randolph pero acaba tragando porque es publicidad para el hospital. Sin embargo, es cuando está viendo la operación, que parece ir sobre ruedas, cuando Conrad sospecha y va al quirófano, en el que ve que el Dr. Bell no es quien está realizando la operación, sino Okaforplot twist que me estaba viendo venir–. Lo más alucinante de todo este asunto es que parte de los doctores y todo el equipo de enfermeros saben que el Dr. Bell es el Doctor Muerte– o como lo llaman en la propia serie, HODAD (Hands Of Death And Destruction) – y no hacen una mierda. El miedo a su poder, a las repercusiones, es tan grande que se callan todos, lo cual me parece una terrible vergüenza.

BOOM, PREGNANT!
El papel de Conrad no es solamente el de ser el mentor de Devon, sino también la mosca cojonera de Randolph y con toda la razón del mundo. Cuando Nic le cuenta que su paciente, el que iba a ser operado de apendicitis, ha muerto, no duda un segundo en ir a enfrentarse a Bell, al que encuentra ingiriendo pastillas para controlar sus temblores. Se nota a la legua que aquí va a haber gresca pero que es, sinceramente, tiene que haberla porque esto no se puede permitir. Lo interesante va a ser cómo va a intentar “derrocar” a este gigante. El personaje de Matt Czuchry me gusta por cómo se preocupa por el paciente, por esos métodos poco convencionalespero efectivos–aunque el crédito se lo lleve otro y eso me jode–, aunque sí es cierto que su trato con Devon no me termina de convencer–veremos cómo va siendo en los siguientes episodios– y algunas frases me hagan rechinar los dientes. Su personalidad tampoco ayuda, o al menos lo que hemos visto. A pesar de que el caso de la niña de cáncer le tocó de manera muy personal, ya que murió por un error suyo que ocultaron, sigue siendo arrogante, chulo, autoritario, incansable, presiona a la gente, pero es bueno en su trabajo. ¿Razón suficiente para perdonarle todo lo demás? Difícil, pero espero ver cierta evolución y para eso es necesario un poco de paciencia. Como fan que soy de Matt, me gusta verle en este personaje, lejos de Cary Agos y Logan Huntzberger aunque con ciertos tintes de los mismos. Conrad es realista, Cary, idealista; Conrad y Logan comparten esa chulería, pero no creo que venga del mismo sitio - ¿Conrad porque realmente tiene experiencia y Logan porque era un niño rico? Aunque no sabemos de dónde viene el primero –. Además, Matt lleva el peso de la serie, por lo que se ha podido ver; es la pieza central que une a los personajes y me alegra muchísimo ver eso. Matt evolucionó mucho como actor en The Good Wife, demostró con creces que podía ofrecer muchísimo durante su etapa en la Fiscalía del Estado o su trama en la sexta temporada. Tiene una oportunidad de oro y no creo que la desaproveche. Además, lo vemos ejerciendo otra profesión, médico, lo cual le hace alejarse todavía más de la serie de CBS y delrevival de las Gilmore.

No me he desmayado 250 veces
haciendo este gif ni nada, ¿eh?
Si os parecía que había “demasiada” medicina, el punto de equilibrio llega con la relación “ahora sí, ahora no” de Conrad con Nic. Sinceramente, de Nic sólo sabemos que es enfermera, que puede realizar algunos procedimientos médicos y que asiste a los doctores, que tuvo una relación con Conrad, al cual defiende, y que está buscando pareja a través de una app. Me parece insuficiente, pero como es un piloto y sirve de presentación, esperaré. De todas formas, estos dos me han regalado el momentazo del episodio, Matt quitándose la camisetay revelando varias cosas: una, ¡qué bien te ha sentado el cambio de serie!; dos, ¡le han puesto tatuajes y OMG!; tres, necesito tener una escena como esta en cada episodio para levantarme el ánimo; y cuatro, ¿habéis visto qué cuerpo? Ains, Señor, lo que voy a disfrutar esta serie. También, la escena final es potente y con un giro oscuro que me mola bastante. Conrad va a la habitación de la adolescente con muerte cerebral para apagar las máquinas que la mantienen viva y así terminar con su situación. Pero, de repente, Nic aparece por allí pillándole con las manos en la masa y decide volver a encenderlas. Cuando leí cómo vendían The Resident, decían que querían no sólo enseñar la cruda realidad hospitalaria, sino adentrarse en las cuestiones morales de las decisiones médicas, qué está bien y qué está mal. Esa última escena nos introduce de lleno en eso: cuando no hay futura mejoría, ¿es preferible esperar un milagro, aferrarse a la esperanza, o arrancar la tirita, decirles adiós a nuestros seres queridos, aunque duela?

En general, ha sido un buen piloto que me ha ganado. Me gusta que quiera ser más cruda, que no quiera vendernos lo mismo de siempre y que tenga ese equilibrio. The Resident no es Grey’s Anatomy, no es House, pero sí que me recuerda en cierta forma a ER, aunque no es la nueva ER. Lo que he visto tiene potencial, está muy bien hecha –no me parece una serie de FOX, honestamente–, y espero con ganas su segundo episodio. Tengo ganas de conocer a estos personajes, descubrir más cosas de ellos y el hype se sigue manteniendo. Además, esta semana habrá nuevo episodio –el lunes en EEUU, el martes para el resto del mundo–. Para quien no lo sepa, le informo que realmente la serie se va a emitir los lunes allí; lo del domingo fue para aprovechar el tirón del partido de rugby.

Por ahora esto es todo de mi parte, pero os animo a que, si vas a ver el piloto o a lo habéis visto, me comentéis qué os ha parecido. Por el momento, a la crítica americana le está gustando bastante, pero siempre es interesantísimo leer/escuchar lo que tiene que decir el público.

¡Hasta dentro de unos días con la segunda review!

P.D: lo de la app en la que puedes valorar y comentar lo que te parecen los doctores me ha dejado en el suelo. Por cierto, el Dr. Bell creando valoraciones falsas. Menudo hijo de puta.

P.D.D: el momento en el que Conrad diagnostica el lupus me ha hecho soltar un “No es lupus. Nunca es lupus” y me lo he tomado todo como referencia a House.

P.D.D.D: aquí tenéis el podcast de TVLine con Michael Ausiello en el que Matt y Emily hablan sobre la serie, cómo se prepararon para interpretar a sus personajes, etc.


Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x02 "Independence Day" De The Resident: Welcome To The Dark Side, Conrad

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The Resident decidió unirse a los estrenos dobles –que parece que están de moda– y aquí os traigo mis percepciones sobre el segundo episodio. ¿Habrá mejorado o empeorado respecto a su piloto? No esperéis más y seguid leyendo.

Menudo peligro tiene este
señor con un bisturí
Si ya en el primer episodio nos presentaron al que va a ser el villano de la serie, en este segundo no han hecho más que remarcarlo. El Dr. Bell se encuentra tan tranquilamente cazando con su compañera, la Dra. Lane Hunter, quien es una oncóloga de renombre; un congresistay un lobista–parece un chiste, pero no–, cuando al congresista le da un infarto y dispara por error en el culo del lobista. ¡Nada mejor que unos perdigones en el culo por la mañana! Por supuesto, esto ya es una cagada tremenda, pues para la publicidad del hospital va como el culo–¿habéis visto lo que he hecho ahí, no? No me lo tengáis en cuenta–. Tanto Randolph como Lane están más preocupados, en un primer momento, por la imagen del hospital que por la salud de los pacientesporque, no lo olvidemos, amigos, que aquí Randolph “mano temblorosa” Bell le va más ser el poster boy del lugar y hacer negocios con la vida de la gente en juego que otra cosa. Como bien dice aquí el amigo, “la narrativa se puede cambiar si los salvamos”, así que es ahí cuando la medicina entra más en juego que los negocios. ¿O no? Ya hemos visto en más de un drama médico el drama–valga la redundancia– que suele ser UNOS, la Unidad de Trasplantes de EEUU, con sus prioridades y cómo éstas afectan a los pacientes. Aquí hemos tenido otra batalla en la que Bell y Conrad han chocado por un corazón para sus pacientes. Mientras que el paciente de Conrad, Micah, ya lo tenía asignado, ha sido Randolph quien se lo ha robado en el último momentoplot twist de manual, para qué negarlo –. El cabreo del Dr. Hawkins ha sido fino y no me extraña nada. Parece que este hospital es el Lejano Oeste y aquí te roban lo que les da la gana. “Hombre, es que es un congresista, está peor, tiene mayor prioridad. ¿Te he dicho que es un congresista y BLANCO? No podemos dejar morir a un CONGRESISTA BLANCO antes que a un profesorucho afroamericano”. Lo veis, ¿no? El tema racial en esta serie está a flor de piel y me alegro bastante, porque no me extrañaría nada que esto funcionase así de verdad. A partir de aquí viene un revuelo de sucesos tremendo que me ha sido imposible despegar los ojos de la pantalla. Centrándonos en Bell, el jefe de cardiología–que es un señor afroamericano, que conste– le dice que hay que hacer una esplenectomía antes del trasplante y que si la puede hacer él. A Bell le tiembla el pulso –hoy estoy fina, ¿eh?– y decide que sea Mina quien le asista, al menos para compartir/dejarle el desastre a ella o que haga la operación, pero él se lleve todos los halagos. Mina le manda a la mierda–menuda reina es esta mujer, la estoy queriendo muy fuerte– y le dice clarito que, como la ha sobornado, no va a ayudarle en la vida. Bell se queda con cara de gilipollas –de lo que es realmente– y sin muchas salidas dado que, de repente, parece que los análisis del congresista muestran que el corazón que le habían robado no sería una buena opción. Así que la única salida que tendría por el momento es hablar con la madre de la adolescente que se quedó sin actividad cerebral del anterior episodio para que firme la orden y así pueda donar los órganos. De esta manera, el corazón “robado” volvería a su primer nuevo dueño, Micah, el paciente de Conrad, y el corazón de la chica iría para el congresista.

El lado oscuro te sienta bien, cariño
Por parte de Conrad, este se encuentra dando una charla en el “día de las profesiones” sobre cómo es ser médico –si hubiera venido a mi clase, fijo que me tendría que hacer un boca a boca porque caería desplomada al suelo por su belleza– cuando Micah, profesor y su paciente, empieza a sudar y tener problemas respiratorios–vamos, lo que me pasa a mí cada vez que veo a Matt Czuchry–. Conrad, que es el MacGyver médico, se monta un estetoscopio con lo primer que pilla –este chico sirve tanto para un roto como para un descosido– y ve que el trasplante de Micah tiene que acelerarse. Como ya he adelantado antes, parece que todo va bien hasta que Bell se interpone y le quita el corazón para ayudar al congresista –estoy de los pacientes VIP hasta el papo, así os lo digo. ¡Y sólo llevamos dos episodios!–. Después de ver que el Dr. Bell es un capullo –como si esto fuesen noticias nuevas–, Conrad ve que la única posibilidad de que tanto él como Randolph ganen–o sus pacientes, mejor dicho– es con los órganos de la adolescente en muerte cerebral. El momento en el que Mina dice que si va a ella a hablar con la madre y todos sueltan un “no” al unísono me ha parecido sencillo pero maravilloso. Esta situación–cómo los doctores intentan convencer a un familiar afligido para que done los órganos de su familiar– es algo que hemos visto millones de veces, pero aquí me aporta un cariz nuevo y es el que comentaba Nic en el episodio piloto: “un hospital es un negocio”. Una persona que puede donar todos sus órganos se convierte en una especie de mercadillo, una “granja”, como dice la Dr. Okafor; se le despoja de toda humanidad porque ahí no hay un ser humano, es un cuerpo al que se le mantiene “vivo” de manera artificial. Esta posibilidad queda rechazada por Bell y decide seguir con su plan. Una de las cosas más interesantes de Conrad–aparte de sus métodos poco convencionales– es ese cariz oscuro que adopta en ciertos momentos para intentar salvar a sus pacientes. Toda la escena del cambio de las muestras de sangre me parece fascinante, desde cómo se camela a la mujer al cargo del departamento a cómo cambia las etiquetas y devuelve las muestras como si nada. Éticamente todo es horrible, obviamente, pero no puedo decir que no me sorprenda. Conrad es un tío que lucha por sus pacientes–como comenté en la review anterior–, que son su prioridad y quiere lo mejor para ellos, y si para eso se tiene que pasar las normas por el forro, se las pasa. Tras hablar con la madre de la paciente en muerte cerebral y que acceda a donar los órganos, el Dr. Bell habla con Conrad o, más bien, le caza, porque ha descubierto toda la jugada. En cuanto Bell saca el tema de que Hawkins podría no ejercer la medicina de nuevo si sale esto a la luz, vemos cómo Conrad también saca al manipulador que lleva dentro e intenta suavizar la situación. Sin embargo, se encuentra con un último impedimento, el chantaje de Randolph: yo no digo nada si tú convences a la Dr. Okafor de que opere conmigo. Finalmente accede y podemos ver cómo Mina no asiste realmente a Bell, sino que realiza la operación bajo su supervisión.

Devon, a ti no te quieren bien
¿Y qué ha estado haciendo el Devon durante todo el episodio? ¡Enfrentándose al Independence Day! Suena tan apocalíptico como la película de 1996 pero, en vez de aliens intentándose cargar a la raza humana, tenemos un total de veinte pacientes para él solo a su cargo. Sinceramente, no me creo que, en ningún momento, un residente de primer año, que no olvidemos que es un pipiolo que acaba de salir de la facultad, tenga en sus primeras semanas una experiencia como esta. Pero, bueno, sigámosle el juego a la serie. Devon se tiene que armar de paciencia y seguridad para enfrentarse a este marrón que le ha dejado Conrad. El chaval lo hace bastante bien y le salva la vida al lobista–que lo habíamos dejado un poco olvidado porque, claro, no es un paciente VIP ni un congresista blanco–. También se pone firme con el paciente que no hace más que comer y al que le tienen que amputar el pie–si tenéis algún amigo que le mole la “vida sedentaria”, ponerle la escena del dedo del pie. Ya veréis cómo se empieza a mover–. Vamos viendo a lo largo de todo el episodio cómo Devon pasa de ser un residente asustado a un residente con más confianza en sí mismo, tanto que se enfrenta a Conrad. Al decirle que no siempre tiene razón, que se ha saltado sus normas, que no es “su sombra” y que si está equivocado va a ser el primero en decírselo, a Hawkins se le ilumina la cara y parece un padre orgulloso–ya tienen algo en común: ¡a tomar por culo las normas!–. Conrad ha conseguido que Devon capte el mensaje que ya le lanzaba en el anterior episodio: este trabajo es duro, no todo el mundo puede hacerlo, pero si tienes en mente el objetivo principal, entonces será más fácil dentro de las circunstancias en las que estés.

Ganazas de conocerla mejor
En la review anterior me quejé de que hubiese tan pocos personajes femeninos –Nic, de la cual no sabíamos casi nada, y Mina–, así que en este episodio lo han mejorado un poco –tampoco tiremos cohetes– al introducir a la Dra. Lane Hunter, una oncóloga de renombre y por la que Devon parece sentir fascinación. La Dra. Hunter ha dado señales de que no es trigo limpio y que hace cosas “raras”. El alta que le da a Lily, la paciente de cáncer que conocimos anteriormente, no sólo le ha parecido extrañísimo a Nic, sino también a mí –y seguramente que a muchos de vosotros–. ¿A qué juega la doctora Hunter? Es algo que tendremos que descubrir en próximos episodios. Sobre esto, me gusta que una doctora tenga esa parte de “villana”, podríamos decir. Es algo que no suelo ver en los dramas médicos y me interesa bastante.

♥ Cuquis ♥
Por último, seguimos viendo cosillas sobre la relación entre Nic y Conrad. A pesar de no estar juntos, son un apoyo el uno para el otro y así lo ha sido en los momentos difíciles para él, como cuando tiene que darle a Micah la mala noticia. Podríamos decir que ella es la brújula moral de él. Tocará ver si también él le devuelve los gestos a ella. El final del episodio me ha gustado bastante, la química entre Emily y Matt existe, me la creo y me hace apostar por ellos –ojalá ser Emily VanCamp para tocar a este señor–. Sin embargo, no voy a negar que Conrad tiene algunos gestos bastante tóxicos, como decirle a Nic lo que tiene que beber cuando llega al bar –aunque quiera animarla a beber una copa para despejarse, ella tiene que ser la elija qué coño le apetece–. Espero que en la evolución de Hawkins –porque tendrá que haber evolución–, este tipo de gestos vayan desapareciendo. El problema es que luego lo compensa con algunos gestos cuquis y me confunde muchísimo más.

En general, tanto el piloto como este segundo episodio se me han pasado volando –¿de verdad que duran 43 minutos? Porque me parece menos– y me tiene bastante interesada en lo que pueda pasar en las siguientes entregas. Creo que el doble estreno ha sido un acierto, pues vemos una continuación respecto al piloto y no perdemos el hilo por completo de una semana a otra. Además, ayuda a que vayamos entrando en la dinámica de la serie y en el tono que tiene. Por ahora, los temas que tratan me parecen interesantes y el cómo lo hace también, lo que me anima mucho a seguir con la serie.
Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Me gustaría saber qué os está pareciendo, si os convence o no lo que estáis viendo.

¡Hasta la próxima semana!

P.D: ¡Tenemos intro! ¡Yay!
P.D.D: El paciente recién operado de corazón viendo porno. LOL. O el momento pedo con Irving.
P.D.D: ¿Una pizza de pepperoni con piña? ¡¿Pero por qué, Devon, POR QUÉ?!
P.D.D.D: Irving, el decir que eres médico para ligar está muy visto, tío. No me seas patético, gracias.


Irene Galindo (@MissSkarsgard) 

Grey's Anatomy vulve más poderosa que nunca

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¿Quién esperaba que una serie sobre los líos amorosos de los médicos pudiera dar para tanto? Yo no, ¡desde luego! Incluso me quejaba porque parecía eterna, como hice en este artículo. Ahora, a mitad de su catorceava temporada, Grey's Anatomy me ha hecho tragarme todas mis palabras y me ha demostrado que es capaz de reinventarse. Y no solo han podido reavivar una serie que parecía que ya no daba para más, sino de hacer llegar a sus ocho millones de espectadores temas muy necesarios.
¡Spoilers!

Si crees que algo es imposible, Shonda te demuestra lo contrario, parece que este va a ser el lema de la temporada. Empezando por Jo, el personaje que más irrelevante me ha parecido durante años, convertida en alguien que realmente me importa. Su marido vuelve, su maltratador, y ella solo demuestra fortaleza. Se olvida de todo el dolor que siente por dentro y lo transforma en sororidad hacia su nueva prometida. Juntas, salen de ese infierno y recordándose a sí mismas que no son ni tontas, ni débiles, ni locas, ni malas feministas, son unas mujeres a las que un hombre ha intentado destruir y ellas no le han dejado. Teniendo en cuenta que Grey`s Anatomy es una serie dirigida en su mayoría a publico femenino, no solo me parece importante el hecho de que lo haya tratado, sino la forma. Salir es posible, no ser una víctima es posible, luchar es posible.

Otra gran elección que ha contribuido a este resurgir es Casey, el primer personaje trans de la serie. Justo cuando pensábamos que los internos solo estaban ahí para morir o para cumplir órdenes,llega Casey y salva a todo el hospital gracias a su inteligencia y a sus dotes de hacker, que más tarde revela que adquirió cambiando el género en su licencia. La incorporación de este personaje es un gran avance, sobre todo en estos momentos, en los que Trump permite a ciertos médicos no tratar a pacientes trans, es importante que una serie haga a ocho millones de espectadores empatizar y entender que las personas trans son personas.


La verdad es que Grey's Anatomy siempre ha sido una serie llena de diversidad, pero en esta nueva temporada han hablado por fin sobre el racismo de una manera mucho más firme y sincera que nunca antes. Y es que si la policía estadounidense asesina a cientos de personas negras cada año visibilizarlo es lo menos que se puede hacer. Me atrevería a decir que la charla que Miranda y Ben le dan a Tuck ha sido de los momentos más dolorosos de la serie (y mirad que esta serie ha tenido momentos dolorosos) y también de los más necesarios. Porque hace falta decirlo, hace falta decir que los niños negros no se sienten a salvo en sus propios barrios ni siquiera delante de sus casas, que tienen que tener extremo cuidado para no acabar asesinados por absolutamente ningún motivo. Hace falta hacer llegar a la gente que esto es una realidad.


Y por último, Grey's Anatomy nos ha bendecido esta semana normalizando la masturbación. Otro de los personajes maravillosos que esta serie nos ha dado últimamente, Carina Deluca (no como el irrelevante de su hermano), ha explicado que la sexualidad no tiene nada de malo a un adolescente extremamente religioso (como son la mayoría de personas en ese país). Carina ha dado visibilidad desde el primer momento que llegó a la sexualidad femenina demostrando una y otra vez que no tenemos nada de lo que avergonzárnos. Esperemos tener muchos más momentos como este y los anteriores en lo que queda de temorada: Grey's Anatomy, you're doing amazing, sweetie.


¿Y a vosotros qué tal os ha parecido? ¿Os ha dejado este regreso tan impresionados como a mí?

Crítica Del 1x03 "Comrades In Arms" De The Resident: No Documents, No Money, No Cure

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Después de una prueba de fuego como es la doble premiere de una serie, The Resident va cogiendo poco a poco su tono, al mismo tiempo que no pierde de vista la actualidad del país. Si queréis saber más, no dudéis en seguir leyendo.

Si el Dr. Bell no hace acto de presencia
no se queda tranquilo
Una de las premisas del drama médico de FOX era mostrarnos que, en el fondo, un hospital es una empresa donde la guita importa bastante y los pacientes no tanto, cuando debería de ser al revés. En este tercer episodio lo hemos visto en Barb Olsen, una señora que pregona que cuanto más se cobre a los pacientes por pruebas médicas–aunque sean innecesarias–, mucho mejor. Porque, claro, no es suficiente con que sangres en una cama de hospital, sino que también lo haga tu cuenta corriente. Barb es LO PEOR y lo que más me gusta es que los trabajadores del Chastain la tienen entre ceja y ceja, murmurando a sus espaldas e intentando meterle algún gol, como Nic, quien al final la ha dejado KO. Esta señora ha sido la mayor mosca cojonera de todo este episodio y eso que ha habido varios candidatos. Louisa Rodríguez es una chica que trabaja de voluntaria transportando a los pacientes de un sitio a otro y que sueña con convertirse en doctora en un futuro no muy lejano –lleva desde hace diez años allí, así que la ilusión es fuerte–. El “problema” es que Louisa es una dreamer, una muchacha cuyos padres vinieron de El Salvador con ella buscando una vida mejor y Estados Unidos es el único país que conoce. Su situación como inmigrante indocumentada no le permite tener un seguro médico, un gran detalle que ahora mismo necesitaría como agua de mayo, pues le acaban de detectar un sarcoma en los tejidos blandos. Barb, que se preocupa más por llenar las arcas que de otra cosa, no para de decir que no traten a Louisa porque no lo puede pagar y entonces el hospital se tendrá que hacer cargo de todo. Si va bien, todo quedará en medio millón de dólares –algo que parece que sí están dispuestos a pagar–; si va mal, dos millones –aquí es cuando ya se llevan las manos a la cabeza–. No entiendo muy bien la reacción de las personas al cargo: si te duelen dos millones, ¿por qué no te duele medio millón? Ya sé que es menos, pero me dolerían ambas cosas. Conrad, Devon y Nic, que quieren muchísimo a Louisa porque forma parte de la familia del Chastain, no pararán hasta conseguir que Rodríguez pase por el quirófano al ver que tiene un sangrado interno. Esto significa, una vez más, rozar el límite de la legalidad –o saltarse las normas directamente–. La situación se complica cuando alguien llama a los de Inmigración y Conrad y Devon se plantan ante las puertas para no dejarles pasar. Un gesto bastante atrevido y que les podía haber puesto en la puta calle, seamos sinceros. Pero Nic los salva de un despido casi inminenteal avisarles de que han llevado a Louisa al quirófano deprisa y corriendo. La Dr. Okafor será quien realice la intervención, aunque no es su especialización, y el Dr. Jude Silva, amigo de Conrad y nueva incorporación –¿temporal?–, quien supervise. El final de Louisa es feliz, dentro de lo que cabe. Le han quitado el sarcoma, pero tendrá que hacer una rehabilitación larga, por lo cual el hospital tendrá que pagar, finalmente, los dos millones de dólares. He flipado muchísimo con el momento en el que Bell le pide a Louisa que se ponga a andar recién operada. ¡¿Perdona?! Sin palabras.

El efecto le va a durar poco, creo yo
Haciendo un repaso por los personajes, el Dr. Bell ha estado más tranquilito en este episodio, dedicándose más a la parte del business que ejerciendo la medicina, algo por lo que le estoy muy agradecida. Lo que sí hemos visto es que está intentando encontrar alguna solución para sus temblores–o los de “su amigo del golf”– y, por el momento, parece que la benzodiazepina está funcionando –ejemplos de benzodiazepina que nos suenen: el Xanax y el Valium, que el nombre técnico puede sonar un poco raro–. El siguiente paso sería la cirugía y ahí sí que despertaría todas las alarmas. Si buscáis un poco sobre la benzodiazepina, algunos de los efectos que puede tener es la dependencia y adicción. Si tenemos en cuenta la desesperación de Randolph y que es posible que llegue a tomar estas pastillas como si fuesen caramelos, no andaría mal encaminada si digo que el Dr. Bell podría convertirse en un adicto y que el problema se agrandaría todavía más. Por ahora, puede pasearse por el hospital mostrando una cara amable ante los pacientes cuando realmente lo que no quiere es gastarse un duro en ellos.

Las camisetas ajustadas de Conrad ♥
Si ya en el piloto nos dejaron caer a través de una foto que Conrad tenía un pasado militar, ahora hemos podido rascar un poco más en ello gracias a la presencia de Jude, amigo y camarada de Hawkins en Afganistán. Para Jude, la vida en Chicago es aburrida–lo más emocionante ha sido transportar a un paciente en la parte de atrás de una camioneta– y, por ello, está pensando en alistarse otra vez en el ejército. En la otra cara de la moneda está Conrad, que prefiere quedarse aquí ya que, a pesar de que no haya una tensión constante ante el temor de que te disparen o saltes por los aires por una bomba, sí que hay mucho trabajo que hacer. A Conrad le gusta más trabajar contra el sistema que con el sistema, y esta última forma sería el ejército, ¿no? Además, sus métodos a lo MacGyver en plena ciudad es algo que sí que le da cierta emoción. Pero Jude no sólo anima a Conrad a pensar sobre lo que tiene ahora mismo en Atlanta, sino que también podría estar dando señales de un ¿posible triángulo amoroso?Jude invita a Nic a ir a un concierto de los Alabama Shakes y dice que no es una cita pero, ¿con cuántos tíos nos hemos topado en las series que dicen que no es una cita y luego sí que lo es? No tengo dedos de las manos ni de los pies para contarlos. También le pregunta a Conrad sobre lo que va a hacer con Nic, a lo que éste responde que ella es una mujer por la que va a luchar. ¿Estamos ante la antesala de una competición por ver quién la tiene más grande? No voy a negar que me da un poco de pereza, que el premio a Mr. Testosterona está muy visto, pero hay que inventarse el drama por alguna parte, así que me da que puede ser por aquí.

Me gusta cuando mis niños se llevan bien
En cuanto a Devon, ha sido extraño, pero me ha gustado mucho, que haya estado en la misma sintonía que Conrad. Se le ve más seguro de sí mismo después del Independence Day, un poco más autoritario y qué mejor que coincidir con el espíritu del residente que te supervisa en vez de estar de morros con él. No creo que esto dure demasiado; ya le dijo Pravesh a Hawkins que si veía que estaba equivocado se lo iba a decir, así que me espero más enfrentamientos en próximos episodios.

Este momento es un ASCAZO
Durante el caso de Louisa, hemos podido conocer a una nueva integrante del hospital, Claire Thrope (Merrin Dungey; Big Little Lies, Conviction), quien es la directora y, cómo no, otra que se une al club de Me Importa Más La Pasta Que Los Pacientes y que lleva por bandera el “No podemos salvar a todo el mundo”. Me parece una excusa de mierda. Es resignarse y, aunque te drene las energías y cueste mucho sudor de tu frente, creo que todo profesional médico debería dar el 200% para salvar a sus pacientes, no rendirse. Son personas que tienen derecho a que alguien procure por su salud, que les ayuden a recuperarse, pero para aquellos que ven que es mucho más prolífico el negocio y toda la mafia que hay detrás que la vocación y todas recompensas que pueda traer, eso ni se tiene en cuenta. El momento en el que se pone en contacto con los directores de otros dos hospitales para quitarse a Louisa de encima con pacientes y dinero de por medio, como si fuesen cromos, ha sido el colmo de los colmos. Vamos, que Thrope va a ser otro personaje que nos va a caer mal o peor, sobre todo a los de Urgencias, que los va a tener mal pagados y con poco staff.

En general, el episodio me ha gustado bastante al mezclar lo que son los asuntos hospitalarios con las cuestiones político-económicas que lo rodean. La política de los hospitales da auténtico pavor, te cobran hasta por respirar, y si además fomentan que se practiquen pruebas innecesarias para que los pacientes paguen más, es simplemente indignante. Igual de indignante es la actitud de los médicos TOP del Chastain, que se nota que están consagrados y sólo miran por la nómina que reciben a final de mes. Este puede ser el caso de la Dra. Lane Hunter, quien ha intentado, a través de su fundación, que se paguen los tratamientos médicos de Louisa y le han dado un rotundo no. No me creo ni por un segundo que lo haya luchado con uñas y dientes, simplemente le han dicho que no y se ha conformado. De todas formas, ha quedado bien delante de Conrad. Por cierto, tengo muchísimas ganas de que a éste se le rompa el corazón con Hunter y vea de verdad quién es, que es lo que está intuyendo Nic en estos momentos. Por otro lado, hay una cosa que no he entendido muy bien: la carrera que organiza Mina con sus pacientes, ¿tenía que ser gracioso? Porque, si lo pensamos bien, es de bastante mal gusto. Son personas que se ve que, si hacen un esfuerzo, se pueden quedar en el sitio, pero les pone a hacer una carrera y a sobreesforzarse hasta que casi se caen al suelo. Quiero creer que esto es como muestra de su enfado ante todo lo que dice Barb en este episodio, pero me da más la impresión de que ha sido un patinazo tremendo.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. Vuestro feedback me permite saber si soy muy subjetiva –que lo soy– o si realmente coincidimos en algo.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Irving quiere montar un coro y, aunque el nombre me mola, sería una terrible idea. Eso sí, las canciones de Wicked son bienvenidas.
P.D.D: El momento de Devon diciéndole a Mina “¿Estoy loco o supuestamente no deberíamos estar en esto juntos?” sobre el tema de Louisa y que es una inmigrante es algo que llevo esperando desde el piloto, para seros sinceros.
P.D.D.D: Matt Czuchry con barro por todos los sitios. Dios, ¿qué he hecho yo para merecer TANTO?
P.D.D.D.D: La vuelta de Lily al hospital de manera urgente me lo veía venir desde el episodio anterior.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x04 "Identity Crisis" De The Resident: Love Has No Age, Death Either

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La semana pasada, The Resident optó por ponerse un poco más política de lo que habitualmente nos ha estado mostrando, pero eso, en este episodio, ha cambiado y ha optado por tirar más por los sentimientos. Si queréis saber qué ha pasado, no dudéis en seguir leyendo.

♥ PRECIOSO ♥
En el anterior episodio vimos cómo el Dr. Bell estaba empezando atomar benzodiacepinas para controlar los temblores de su mano izquierda. Pues bien, esta semana hemos visto que invierte esa temporal mejoría–y digo “temporal” porque me huelo que, en cuanto el cuerpo se acostumbre al medicamento, volverán esos temblores– en jugar al golf y hacer apuestas con los colegas. Ay, la dolce vita del doctor encumbrado. ¡Qué asco me da! Sin embargo, no va a pasar mucho tiempo sin entrar en el quirófano y meterle el miedo en el cuerpo a los que saben que el Doctor Muerte puede liarla muy parda. La posible nueva víctima es Shirley Harris, una señora entrada en la tercera edad que ha sido diagnosticada con un cáncer de vesícula biliar. Shirley nos ha hecho ver que las personas mayores viven la llamada “segunda juventud”, ya que tiene un novio, el director de Chilton de Gilmore Girls–sí, ha habido dos personas de Gilmore Girls en una misma escena y AY–. Los planes de esta pareja de tortolitos se truncan con esta mala noticia, que nos lleva a una operación con sus riesgos–ella tiene anemia, lo cual no es aconsejable operar, por lo que tengo entendido; y está en una edad avanzada, lo que aumenta el riesgo de no soportar la operación–. Ante esto, Shirley se pone el mundo por montera y le pide a Howie que se case con ella, lo que desbarata sus propios planes dado que era él quien quería declararse primero –sé que usted es un poco antiguo, Howard, pero estamos en el siglo XXI. Una mujer puede pedirle matrimonio a un hombre, no me joda usted–. Tras pasarse Devon varias horas lidiando con Medicare y obtener el visto bueno–menudo alivio y qué momento más bueno para lo simple que es la broma–, éste pilla a la pareja saliendo por patas porque quiere casarse en un sitio en especial. Al final, Devon hace los sueños realidad de la pareja y monta en la capilla una boda sencilla, rodeada de maquetas de aviones y con Irving oficiando la ceremonia–este señor hace de todo: te cura una herida, te canta, te casa…–. Doctor Muerte, en este caso, termina no liándola parda –aunque ha estado a punto, para ser honestos– y ya todo el mundo ha podido respirar un poco más tranquilo. Como ya he dicho, lo del Dr. Bell lo veo abocado a una drogadicción de manual –si es que no me sorprenden con otra cosa– y a que va a ir de mal en peor. Por ahora se le ve muy confiado, un poco chulo, pero ya veréis el revés que se va a llevar.

"Es normal". Ay, Irving, que
has flipado un poco
Una que se puede llevar otro revés como siga así es la Dra. Okafor. Sería una gilipollez negar que Mina es una gran cirujana y sólo es residente de cuarto año. Sin embargo, su temeridad y exceso de confianza pueden llevarle a que tenga algún problema algún día. Esta vez, la que debe de ser su supervisora, o la persona a la que estaba al cargo, ha decidido “ponerla en el banquillo” tras saltarse todos los protocolos juntos a Conrad y realizar una traqueotomía sin ningún tipo de supervisión. Ella se lo toma bien, algo que incluso le resulta extraño a Irving, pero, como ella misma dice, prefiere no decir nada para “poder operar mañana”. Posteriormente, cuando Conrad se entera de que el Dr. Bell va a volver a meterse en el quirófano, insta a Mina a meterse de por medio y que le asista, lo que significa que ella haría la mayor parte de la operación. Randolph termina rechazando la idea por completo y le regala una perla: “Se te ha subido el ego” –le dijo la sartén al cazo, amigos y amigas–. Si en el futuro del Dr. Bell veo una drogadicción, en el de la Dra. Okafor veo una hostia contra la pared, o séase, un paciente muerto en la mesa de operaciones por exceso de confianza e imprudencia. Me inclino hacia esto para que haya un cambio en Mina, pero esto puede tener dos efectos: que se venga abajo y pierda toda la confianza–pasamos de ir de grandes cantidades a ínfimas–, o que salga reforzada de ello al aprender del error que ha cometido. Esto es lo típico que vemos en todos los dramas médicos, pero, como digo, nos pueden sorprender.

Quiero darle un abrazo fuerte
En este episodio, he visto a Conrad tocado, honestamente, y me lo he creído de veras. ¿Os acordáis de aquel tío chulo que “nunca se equivoca”? Aquí no le he visto tanto y me alegro. También es cierto que tiene mucho que ver con el John Doe–o en su casa conocido como Erik– que es clasificado incorrectamente por la enfermera y que termina con el chaval, que venía por un golpe en la cabeza al tener un accidente con el monopatín, muerto. Menuda cagada TODO desde su llegada, colegas. Entiendo que cuando hay un accidente con múltiples víctimas Urgencias se convierte en un caos, no sabes qué hacer, tienes que pensar rápido y, cuando es tu primer día, todo se te hace terriblemente grande, pero, coño, un golpe en la cabeza, como le dice Conrad, es prioridad y más vale pasarse de cuidadoso a que no, como ha sido en este caso. No estaba admitido ni identificado, su clasificación era errónea, y, luego, miran su carné de identidad y no se dan cuenta de que NO es él porque la chica tapa la fotografía. ¡Pero vamos a ver! ¡¿Para qué está la fotografía?! ¡Que no la ponen por poner! Señor mío… De todas formas, me ha parecido bien lo que le han dicho Irving y Devon a Conrad para que no machacase a la enfermera. Ha sido un error tremendo, pero es mejor invertir las energías en el resto de pacientes. Toda esta serie de catastróficas desdichas ha terminado con un padre pasando por un trauma innecesario al comunicarle que su hijo había muerto cuando ni siquiera estaba todavía en el hospital. Diría que esto podría denunciarse, pero, a lo mejor, al ver el señor que, finalmente, salvaron a su hijo con la traqueotomía de urgencia que le realizó Mina, le llevó a no ir por ese camino. Este error garrafal ha hecho que Conrad tenga cierto cargo de conciencia y que no pudiese sacarse a la familia del chico de la cabeza. Menos mal que la vuelta de la enfermera que normalmente suele estar ahí ha traído cierta paz a Hawkins, aunque no para la madre de Erik, al encontrar su teléfono y llamarla.

Nic en modo Jessica Jones
Llevamos un par de episodios en los que Nic y nosotros llevamos oliéndonos que algo pasa con la Dra. Hunter y su clínica. Con la llegada de Lily al Chastain, Nic está dispuesta a descubrir qué esconde el dichoso lugar. Tras ver que no tienen el historial de la paciente y que la clínica parece haberlo mandado pero no –a mí me ha sonado todo más a una mentira para ganar tiempo o algo así–, la enfermera se persona allí para cogerlo en mano, dado que el email no es un método que usen para enviar este tipo de información y el fax parece “no funcionar”. Al ver una puerta que se queda abierta, Nic decide echar un vistazo y lo que contempla es una sala donde una docena de personas están recibiendo su dosis de quimioterapia. Nevin es lista y toma una fotografía para luego investigar un poco más, como qué hay en las bolsas que les están administrando. Todo el ambiente de la clínica parece más propio de una mafia que de otra cosa –las mafias se llevan mucho en esta serie: que si la clínica, que si el departamento de enfermeros compinchado con el Dr. Bell para taparle las cagadas– y da mal rollo, como lo de no comprobar que están todos los papeles en el propio lugar. La verdad es que es una de las tramas que más me llama la atención, y esas conversaciones pasivo-agresivas entre Nevin y Hunter no hacen más que añadir más leña a mi curiosidad.

En general, el episodio no ha estado nada mal, aunque sí es cierto que veníamos del anterior donde la carga política, económica y de actualidad era apabullante. Esta semana ha ido, como decía al principio, más tirando a los sentimientos y poniéndonos un poco blanditos –a lo mejor es porque San Valentín está cerca–. Esto no sólo lo hemos visto con Shirley y Howie, sino también con Devon y su novia, Priya, al proponerle que se tomen unos días libres. Mi pregunta es: ¿un residente de primer año se puede coger días libres? Hombre, si estás enfermo lo entiendo, ¿pero para irte por ahí? No sé, a lo mejor es que tengo la sensación de que la carrera como médico te esclaviza un poco y lo de tomarte días libres cuando estás como residente me parece una utopía. Por lo demás, me gusta que, por el momento, la serie haya ido por el lado más crítico hasta ahora –que seguro que volverá– y que esta semana haya tirado por otros derroteros, más centrados en el paciente, aunque todavía con el rabillo del ojo puesto en que esto, desgraciadamente, es un negocio. Creo que todas las semanas ese nivel de intensidad puede terminar quemando a uno, así que este episodio ha venido bien.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Os ha gustado? ¿Os ha horrorizado? El apartado de comentarios es vuestro.

¡Hasta la próxima semana!

P.D: Necesito más primeros planos de Matt Czuchry. No tengo nunca suficientes. Es más, me pones un episodio sólo de primeros planos de él y me hacéis muy feliz.
P.D.D: El verdadero Ian nos ha dado un susto tremendo con sus niveles bajos de calcio durante la operación. La tensión me ha subido como la espuma.
P.D.D.D: El momento en el que Irving abraza a la enfermera Hundley me ha parecido maravilloso. Creo que me ha representado en cierta forma.
P.D.D.D.D: ¡Hoy es mi quinto aniversario en el blog! Qué mejor que celebrarlo con mi marido Matt, ¿no? ¡Y con vosotros!



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica de Btooom!: Una Hunger Games cutre con bombas y tetas

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No me suelen gustar los animes. Pero, como en todo en la vida, hay excepciones. Death Note, Attack on Titan, Psycho-Pass, Another, Monster Mirrai Nikki son solo algunos de los que me ayudaron a derribar mis "prejuicios" hacia este mundo y comprobar de primera mano que los animes pueden tener tanta calidad artística como cualquier producto de personas de "carne y hueso". Comencé Btooom! alentado por la recomendación de mi ex –lo sé, culpa mía por hacerle caso–, para terminar descubriendo que este anime no es una de esas preciosas excepciones: es un truño moruño más, otra oportunidad perdida, una nueva justificación para tachar a los animes de machistas y ridículos.

Rajemos sobre Btooom!:

"Una teta encima de mí madre mía oioioioioioi"

¿Han visto los japoneses alguna vez TETAS en su vida? La forma en que tienden a representar a las mujeres me produce más terror que excitación. En Btooom! conoceremos a Himiko, una rubia de ojos azules en un mundo de japoneses que tiene las tetas grandes. Muy grandes. Excepcionalmente grandes. ¿Hemos hablado ya de lo grandes que son? Sus tetas son el epicentro de las conversaciones con sus amigas, con hombres, e incluso el objetivo mismo de los repugnantes planos del anime, que aprovechará cualquier momento para enfocarlas con un mal gusto excepcional, el cual alcanzará su momento cumbre de Decadencia™ en ese insoportable momento en que una bomba le rebote en una de sus tetas, y se ceben con ese instante una y otra vez.


Sin palabras.

Himiko no es muy lista. Su personaje está definido por su relación con los hombres: el quién es ella viene determinado por cómo se siente respecto a ellos, que va desde el miedo y la desconfianza inicial hasta la aceptación final de que #NotAllMen cuando se enamore de Ryōta, el insulso protagonista genérico que no puede faltar en todo anime. Y este, además, es un capullo. Su evolución a lo largo del anime le llevará a comprender que no puede ser tan cretino y que tiene que tratar a las mujeres como si fuesen personas sin ser un machote como su amigo del instituto. No sé si esta historia emocionó a Spielberg, pero madre mía, os digo que a mí no.

Btooom! es, al final del día, una gran idea mal ejecutada. Me encantan las historias que concentran a un grupo de personajes en un sitio determinado y les fuerzan a enfrentarse a situaciones extremas, sacando a la luz su peor y su mejor cara –o su auténtico yo, si lo preferís–. Este anime, sin embargo, a pesar de tener momentos de gran oscuridad e incluso algún amago de genialidad, resulta demasiado insípido y poco atrevido. Los personajes que deberían ser entrañables, como Taira, están mal construidos y son más cargantes y ridículos que otra cosa. La pareja protagonista tiene un romance poco creíble lleno de momentos bochornosos al más puro estilo de "oh, me quedo asombrado por tus grandes tetas y te levanto la falda cuando estás inconsciente". ¿Me explicáis la cutrez de esto?


Lo más gracioso de todo es que solo tiene una temporada de doce episodios que termina de forma inconclusa. ¿Para cuándo será, os preguntaréis, la segunda temporada? Pues probablemente para nunca. Y ni falta que hace. Si queréis ver un anime que cuente una buena historia de supervivencia, compleja, emocionante y entretenida a rabiar, con un trazado mucho más consistente de personajes, os recomiendo Mirai Nikki. O incluso Another si preferís una historia más densa y lúgubre. Pero Btooom! es una historia que nada aportará a vuestra existencia. Así que see you later, Mari Carmen.


Isidro López (@Drolope)

La Peste es una serie estupenda, pero se queda a medio gas

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'La Peste' de Movistar+

Tras haber visionado los seis episodios que conforman la primera temporada de La Peste, he estado reflexionando mucho sobre lo que ha significado para mí esta ambiciosa producción de Movistar+. Los críticos la ponen por las nubes, y no es para menos: se trata de un viaje a la Sevilla de finales del siglo XVI que, a pesar de todos los peros, te atrapa en ese mundo fascinante que sentimos lejano pero, al mismo tiempo, tan cercano. Y solo por esa hazaña, por ese inmenso trabajo de ambientación, La Peste ya merece las buenas críticas. Sin embargo, como decía, los peros son muchos... y terminan por deslucir un conjunto que, aunque memorable, se queda a medio gas.

He disfrutado La Peste. Mucho, en ocasiones. Creo que es de justicia aclarar eso antes de empezar a rajar. Que Movistar+ se atreva a hacer series así, tan complejas y cuidadas, recreando de esa forma tan magnífica la Ciudad de Oro del siglo XVI, es de aplaudir. Podríamos hablar, desde luego, del buen puñado de fallos que han cometido en esa recreación histórica especialmente en la forma anacrónica de hablar de los personajes, demasiado moderna, pero tampoco vamos a hacer un dramis de ello: el trabajo es más que notable, y enseña de forma atractiva esta parte tan importante de nuestra Historia al espectador medio que no tenga conocimientos sobre ella. Por todo eso, chapó, chapó y mil veces chapó.

'La Peste' de Movistar+
Ya hemos dado mucho la vara con que la ambientación es increíble, pero leñe... hay que decirlo. Casi podías sentir que tú mismo estabas en esa Sevilla del 1597.

Creo que todos estamos de acuerdo en que la gran apuesta de Movistar+ logra una estética inmensa, pero he leído en contra de La Peste que, a pesar de esa realidad indiscutible, tiene "demasiada ambientación para tan poca trama". A este respecto me gustaría compartiros esta reflexión en Twitter de Alex Rodrigo, un director de series españolas como Vis a Vis y La Casa de Papel, que se pregunta a qué llamamos trama. Y no es una cuestión para nada baladí. ¿Solo la acción y un ritmo "trepidante" son sinónimos de trama? ¿De buena trama?La Peste te cuenta muchas cosas; la trama esta ahí. De hecho, ambientación y trama no van desligadas: a través de la ambientación, La Peste te habla de la forma en que esas gentes convivían con la muerte a diario, de la miseria, de sus creencias, de sus mentalidades. Te está hablando todo el tiempo, pero no siempre con palabras.

Mi problema con La Peste no va en ese sentido. Mi problema es que creo que La Peste no ha sido todo lo arriesgada que debería haber sido. Ese protagonista, si bien interpretado acertadamente por Pablo Molinero –su apasionado monólogo sobre Dios y cómo está "en todas partes" valió oro–, resulta demasiado genérico. El hombre de mediana edad áspero pero con principios que sentimos haber visto mil veces ya. Un Quijote insulso con su Sancho Panza, con Valerio, que no resultaban especialmente estimulantes, ni como pareja ni por separado. Su juego de detectives era la excusa para mostrar la Sevilla de la época, pero en ocasiones su trama resultaba tediosa y no sabía mantener bien el peso de la serie, probablemente por esa falta de química entre ambos.

Las mujeres de la serie: el gran diamante en bruto


'La Peste' de Movistar+

En realidad son los secundarios quienes más me han llamado la atención. Una viuda rica, Teresa Pinelo, y la fascinación que despertaba en ella una prostituta, Eugenia, han sido una de las relaciones más interesantes (hermosísima la escena en que ambas lloran en el carruaje) pero, incomprensiblemente, más dejadas de lado en pos de la pareja de bros protagonista de turno. Incluso la historia de Leandra, novia de Valerio, pedía a gritos más minutos en pantalla para saber de esa bajada absoluta a los infiernos. Siento que La Peste, quizá por tratar de ser más comercial, ha apostado por dos protagonistas demasiado arquetípicos en lugar de ahondar profundamente en las capas más bajas de la sociedad –prostitutas, esclavos negros–, lo que le habría dado mucho más sabor a la historia al haber dado voz a quienes nunca la tienen.

El personaje de Paco León, por otra parte (¿el tercer protagonista?) sí que me ha resultado interesante y muy bien interpretado; siempre jugando en la sombra para mantener el poder, adelantándose a todos los acontecimientos. Un personaje con chispa, mucho más atractivo que sus dos co-protagonistas; a la altura, en definitiva, de lo que una serie tan ambiciosa como La Peste requería. O, al menos, de lo que yo esperaba: personajes complejos, con más matices. Y, sobre todo, un desarrollo más concienzudo de las mujeres, que nunca reciben el tiempo merecido.

'La Peste' de Movistar+
Paco León es una bendición. Antes, ahora y siempre.

Patricia López Arnaiz hace un gran trabajo como la viuda Teresa, sin duda, pero quizá hubiera sido preferible conocerla mejor y verla jugando más en las sombras, como el personaje de Paco León, en lugar de volverla tan "brava" y poco astuta solo para darnos enfrentamientos feministas que generaban escenas no del todo sutiles ni poderosas. ¿O la narrativa para demostrar la "fuerza" de una mujer siempre tiene que pasar por hacer que sufra una agresión sexual? Y me diréis: es una serie histórica, están siendo realistas. Tal, pascual. Pero perdonad que os rebata... porque ellos son quienes eligen las historias que quieren contar. Y han contado esta historia, por cierto, con una mirada muy heterosexual masculina, cebándose con el desnudo femenino desde la misma presentación del protagonista, que aparece tirándose a una prostituta... para que veamos que es bien macho (?).

La Peste, a pesar de todo, me parece una serie estupenda. Con escenas ásperas y duras, pero también de gran sensibilidad, y un elenco de actores de gran nivel. Como entusiasta de las series, pero también de la Historia, tengo que reiterarme en que la he disfrutado muchísimo. ¡Como un enano, de verdad que sí! Pero me quedo con una sensación agridulce, porque creo que debería haber sido mucho más transgresora con una narrativa que resultaba poco original, especialmente por todo lo que explicaba sobre la pareja protagonista. Pero la segunda temporada, ya confirmada, nos deja la promesa de seguir creciendo más y más... y ahí estaré yo para continuar con la aventura.

¿Qué os ha parecido a vosotros? Me encantaría saber lo que pensáis.


Isidro López (@Drolope)


Todo lo que está mal con Altered Carbon

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Netflix ha estrenado recientemente Altered Carbon, su nueva serie de ciencia-ficción que prometía ser de lo más intensita y descubrirnos un mundo futurista complejo y fascinante. ¿Y lo ha hecho? Pues... a medias. La serie está bien. No voy a decir que sea mala, porque hay que ser comedido y proporcionado con las críticas en esta vida, y lo cierto es que Altered Carbon tiene puntos de interés que merece la pena comentar. Pero no menos cierto es que lo nuevo de Netflix peca de algo que es incluso peor que ser mala... y es que te deja indiferente.

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Ni fu ni fa.

No sé qué opinaréis vosotros, pero yo estoy realmente cansado del arquetipo de protagonista que presenta Altered Carbon. Parece que este tipo de historias siempre tengan que requerir de un hombre blanco atormentado de mediana edad, muy macizo aunque de eso no me quejo, que vive permanentemente con el ceño fruncido y ha perdido un gran amor. Y él, por supuesto, es especial. MUY especial. El único en el universo de su condición. Altered Carbon nos está restregando en la cara a cada minuto lo increíble que es, lo épica que es la historia. Pero yo, por un protagonista que es un cliché andante, mil veces visto, no puedo sentir demasiado interés. 

Este es el mediocre punto de partida de Altered Carbon. Pero se podría perdonar; yo entiendo que Netflix no vive del amor al arte, y que toda serie quiere tener éxito y llegar al mayor número de espectadores posible. Y como parece que hay consenso internacional para que todos y todas podamos sentirnos identificados con el blanco hetero con actitudes super masculinas de siempre, pues no hay problema. Se acepta al protagonista insulso, y a otra cosa. Pero yo no perdono, porque el conjunto de la serie no es lo suficientemente potente ni interesante como para mantenerte enganchado.

Al menos hay buenas vistas.

Altered Carbon, como decía, tiene puntos que merece la pena aplaudir. Plantea un mundo denso y atractivo en el que los seres humanos han logrado vencer a la muerte, y los más ricos se han convertido en seres literalmente inmortales. La ambientación, aunque demasiado fría para mi gusto, te sumerge bien en este futuro perturbador. El problema, por desgracia, es que no logra ser lo suficientemente atractivo. La serie se esfuerza todo el tiempo por ser solemne y grandilocuente, pero lo que presenta no es ni tan complejo ni tan novedoso, por lo que termina resultando tediosa. Los diálogos adolecen de falta de ingenio y necesitarían muchísimo más humor para aliviar la carga excesiva de pomposidad.

Y aun así y con todo, Altered Carbon sigue sin ser mala serie. Tiene buen elenco, acción y la chispa suficiente como para resultar aceptablemente entretenida. Pero nada más. No es transgresora, polémica, audaz ni particularmente interesante. No me deja con ganas de seguir el siguiente episodio, por más que lo intente. Y quizá eso sea hoy en día, con tantas apuestas rompedoras y fascinantes, lo peor que le pueda pasar a una serie... no generar impacto ni dejar huella. Ni para bien, ni para mal. 


Isidro López (@Drolope)

Lo que no me ha gustado de la tercera temporada de Outlander

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Los que me hayáis leído alguna vez sabéis que me deshago en halagos a Outlander. Se trata de una de mis series favoritas, y es que tiene una sensibilidad y una inteligencia que me llevan a emocionarme con ella como lo hago con pocas. Pero no es oro todo lo que reluce, y lo cierto es que la tercera temporada, aunque estupenda y muy completa a rasgos generales, ha flojeado en algunos aspectos. Ahora que ya ha pasado un tiempo y puedo pensar las cosas de manera más fría, creo que es interesante echar la vista atrás –y, de paso, hacer tiempo hasta que regrese– y analizar la temporada en conjunto. Porque ya sabemos lo que ha funcionado muy bien... pero, ¿qué ha ido no tan bien?

La cuestión de los celos



Se trata de un punto que ya comenté en laúltima crítica, pues me ha chirriado bastante la forma en que han tratado la cuestión de los celos a lo largo de toda la temporada. Primero jugaron con el gran "secreto" que tenía Jamie –haberse casado con otra mujer– de manera, en mi opinión, bastante innecesaria. Pero es que la cosa no quedó ahí. Hubo 'pequeñas' explosiones de celos en numerosos momentos, como cuando Jamie acusó (así, tal cual, acusó) a Claire de haberse re-enamorado de Frank durante sus veinte años separados, a lo que ella tuvo que justificarse diciendo que "se preocupaba mucho por él, y le amó, pero eso fue antes de conocerle".

Claire, por otra parte, también ha sentido esos celos. Los sintió incluso de Lord John Grey; ello quedó patente en la fiesta en Jamaica con esas miraditas que le lanzaba, como ya os comenté. Y lo cierto es que jugar con estas chiquilladas a estas alturas me parece que no aporta nada a la historia. Y lo que es más: es una concepción un tanto tóxica del amor. Jamie y Claire son, según la metáfora de Outlander, como esa pareja de pajarillos que mueren de pena al perder a su pareja. ¿Pero no habría sido más sano desear que tu gran amor fuera feliz esos veinte años, e incluso se enamorase de nuevo?

Con esto no estoy diciendo que ellos no deban sentir inseguridades, pues nada hay más humano que eso, pero la narrativa ha terminado romantizando esos celos, pintándolos como algo connatural al épico amor de Jaime y Claire, que muestran como el "verdadero". El irrepetible. Y creo que no hacía falta incidir tanto en que su amor había sido el único durante todas esas décadas para demostrar su autenticidad; y mucho menos todos esos ataques infantiles de celos que nos tuvimos que comer con papitas fritas.

Falta de desarrollo en secundarios



Este es uno de los aspectos que más me molesta de Outlander. Aunque quizá "molesta" sea una palabra demasiado grande para describir lo que siento. El universo de personajes de Outlander es extenso y riquísimo; tanto que, incluso siendo Claire y Jamie el eje central de la historia, muchos grandes momentos de la serie han tenido lugar con ellos separados. Ahora me viene a la cabeza, por ejemplo, el estupendo episodio del juicio a las brujas, que tuvo como protagonistas a Claire y Geillis. Esos momentos íntimos entre Jamie y John Grey, e incluso algunas bellísimas escenas entre Claire y Brianna, demuestran que Outlander va más allá de la relación de Claire y Jamie.

Y, sin embargo, a veces me sabe a poco. A veces me gustaría saber más de ese universo de secundarios. Saber más de Roger y Brianna, de Fergus, de Ian y Marsali, y de Geillis. Sobre todo de Geillis. La que ha sido la gran "villana sorpresa" de la temporada, aunque ha jugado un papel muy interesante (Lotte Verbeek es una actriz inmensa), sigue siendo demasiado enigmática. Siento que nos falta mucho por saber de ella para terminar de comprender sus motivaciones. Y, aunque las escenas de Jaime y Claire son la cosa más preciosa del mundo, a veces me gustaría que nos diesen un poquito más de los demás.

Narrativa del "white savior"



Sobre esta cuestión me hizo reflexionar muchoeste artículo al que os recomiendo que echéis un vistazo si os manejáis con el inglés. Al llegar a Jamaica, Claire se horroriza con los tormentos del mercado de esclavos negros que hay en el puerto. Tanto, que estalla y comienza a increpar a los esclavistas –ya sabemos cómo es Claire–, y Jamie debe comprar a uno de los esclavos para calmar los ánimos. Lo cierto es que esta trama, aunque pueda parecer crítica y denunciar el racismo, es en realidad un tanto autocomplaciente para los blancos y se inserta dentro de una narrativa del "white savior" e incluso del #NotAllWhites.

¿Outlander le dio voz a ese hombre? ¿Tuvo protagonismo más allá de ser "el negro que salvan Claire y Jamie"? Esto se enmarca dentro de un problema mayor que ya comentaba en el punto anterior, y es que Outlander no da escenas suficientes a los secundarios, pero lo cierto es que la historia se sintió demasiado a medio gas. Los blancos estupendos que salvan a un negro. Esto está bien, no lo niego, pero no resulta demasiado transgresor. Tal vez hubiera sido más interesante hacer hincapié en ese personaje negro, conocerle. La historia ha sido contada a través de ojos de blancos. Y ello, aunque sea comprensible –pues los protagonistas son blancos, esto es de cajón–, no lo hace menos criticable, pues te acerca a la realidad de la esclavitud desde un enfoque demasiado externo.


El cliché de "la ex loca"


Esto ya lo comenté en su momento en mis críticas de la serie, pero no está de más recordarlo y ahondar en ello. La propia Diana Gabaldon, autora de las novelas en que se inspira la serie, afirmó no estar satisfecha con lo que la serie había hecho con Laoghaire (léase, ya sabéis, Liiri). En los libros ella es una chiquilla que se enamora de Jamie... y ya está. Pero en la serie se convierte en una zumbada que va por ahí pegando tiros. Esto es un problema porque la han convertido en el cliché misógino de "la ex loca". Y ni siquiera han profundizado bien en su dolor, en sus motivaciones, en su trastorno. Vino, pegó un tiro, y con las mismas se fue. Pero qué menos que escribir a un personaje en condiciones y no reducirla a un simple esteriotipo, ¿no?


Sucesos inverosímiles o cogidos con pinzas


Yo a Outlander le perdono cosas, porque la quiero mucho... pero a veces uno se cansa de hacer la vista gorda. Cuestiones como el momento "espejo" de la playa (logro que retrocedáis porque os llega el reflejito de un cristal estando el barco ya a leguas), que el barco que secuestró a Ian llegase al islote en el preciso mismo momento que él y, sobre todo, lo sucedido en los últimos minutos del episodio final, le resta mucha credibilidad a la historia.

Puedo aceptar que haya magia y viajes en el tiempo, pero que Jamie encontrase a Claire en el océano en medio de una tormenta, sobreviviesen ambos y luego la reanimase en la playa de Georgia horas después del naufragio... pues mira, me cuesta. La escena de la playa fue hermosísima, no digo que no, pero no me gusta cuando siento que una serie está forzando las cosas para llevarlas a un punto determinado y estas no fluyen de manera, digamos, más natural, más inteligente. Llamadme titismiquis, pero uno es como es.

Y estas son, en general, las pegas que le pongo a la tercera temporada de Outlander. No son, como veis, demasiado graves, ni afectan en exceso al conjunto de una temporada que me ha parecido excepcionalmente buena. Pero sí son, como decía, aspectos que pienso que Outlander debería pulir de cara a su siguiente temporada. Porque es una serie maravillosa... pero incluso las series maravillosas tienen puntos mejorables.

¿Qué opináis vosotras y vosotros? Me encantaría saber qué pensáis y debatir juntos para sobrellevar mejor la espera hasta la cuarta temporada. ¡Nos leemos!

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PD: No puedo dejar de mencionar y recomendar a las fans que llevan este simpático podcast de Outlander, @Podcastoutlande, porque ha sido escuchándolas como me ha venido la inspiración para escribir estas líneas. No tiene desperdicio oírlas hablar del "batvestido" de Claire... ¡más majas que un sol!


Isidro López (@Drolope)

Crítica del 8x09 "Honor" de The Walking Dead: El punto álgido de la temporada

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8x09 "Honor" de 'The Walking Dead'

Ya hemos comentado muchas veces en el blog el truño moruño que está siendo la octava temporada de The Walking Dead. Incluso sus fans más acérrimos, entre los que yo me incluyo, tuvimos que admitirlo. Es por eso que me alegra decir que "Honor", estreno de la segunda mitad de la temporada, redime en parte lo visto anteriormente. Sigue habiendo muchísimas cosas mal planteadas en la narrativa de The Walking Dead, y yo sigo sin emocionarme como antes, pero a pesar de todo "Honor" marca el punto álgido de la temporada pues, aunque sin ser tan épico como debiera, deja algunas potentes escenas para el recuerdo.

¡Spoilers a partir de aquí!

8x09 "Honor" de 'The Walking Dead' gif
8x09 "Honor" de 'The Walking Dead' gif
8x09 "Honor" de 'The Walking Dead' gif
A llorar se ha dicho.

He estado reflexionando mucho sobre lo que The Walking Dead ha querido contar con este episodio. Y lo cierto es que, de primeras, debo decir que me sentí algo desconcertado: porque me ha gustado, pero no tanto como esperaba. Muertes como las de Lori, Hershel, Lizzie, Glenn, Beth, Andrea –sigo sin perdonarles por haberla matado, que conste– e incluso la de Tyreese fueron más espectaculares, sorprendentes y emotivas; eso me hace plantearme cómo es posible que la de alguien de la trascendencia de Caaarrrrl, habiendo tenido todo un episodio para despedirlo, haya podido resultar menos épica. 

Al final concluyo que el gran problema es precisamente que no han dedicado todo el capítulo a despedirlo, pues han intercalado las escenas de nuestro Caaarrrrl con otras de guerra –más tiros a gente random–, que eran un coitus interruptus constante y te sacaban completamente de esa intimidad y emotividad que se generaba entre Rick, Michonne y el pequeño Grimes. La trama de la guerra ha sido dispersa, llena de personajes desdibujados y mal desarrollados, y estar molestando con ella en un episodio de este calibre no era pertinente. Si incluso Tyreese tuvo un episodio dedicado en entero a su persona... ¿no merecía Caaarrrrl lo mismo?


A pesar de todo, me ha gustado de "Honor" que sirviera como punto de conexión con toda la serie. Ha resultado emocionante hacer este viaje teñido de nostalgia a sus mismos inicios; comienzos en los que Caaarrrrl fue realmente quien impulsó a Rick a luchar y a convertirse en quien es ahora. Porque el trabajo de un padre, más que proteger a un hijo, es quererle, como bien le recordó Caaarrrrl en una escena cargada de pena, pero también de mucha belleza. En ese sentido "Honor" cumple, porque la actuación de Chandler Riggs resultaba convincente y muy potente, suficiente para mantener el peso del episodio... al contrario que la de Lennie James: su Morgan, si soy honesto con vosotros, me aburre mortalmente.

Uno de los principales problemas que encuentro en "Honor", a pesar de la fuerza de esas escenas en familia, es que no me acaba de convencer la historia. Me parece innecesaria. Caaarrrrl era un personaje interesante, y duele perderlo en una temporada en que la mayoría están siendo absolutamente insípidos. Y aunque entiendo lo que quieren contar con él, esa llamada de atención a Rick –"las cosas se pueden hacer de otra manera"–, no me acaba de parecer que compense perder a un personaje así para volver a jugar con la enésima vuelta de tuerca a la personalidad de Rick, que parece estar atrapado en un ciclo no especialmente estimulante de "soy bueno, ahora malo, luego bueno otra vez"...

Del elenco original de la serie solo quedan "Los Tres Fantásticos" sin contar a truño-Morgan... ¿recordáis estos tiempos? ¿Lo guapo que estaba Rick más aseado?

La octava temporada habría sido excelente si hubieran dado buenas tramas a los personajes en lugar de tenerlos "pululando" con historias sin demasiado interés. El gran problema ahora mismo de The Walking Dead es que sobran personajes: ya no emociona ver a Carol, por mucho que me parezca la mejor de la serie, pegando tiros con una facilidad pasmosa a una docena de extras por episodio. Ya nada me emociona realmente desde la muerte de Glenn y Abraham. Y la muerte de nuestro Caaarrrrl, aunque brilla con luz propia, queda deslucida por seguir inserta en una narrativa torpe, mal hilada, que no logra hacernos conectar con los personajes y plantea ideas poco o nada transgresoras, muy repetitivas para estas alturas de la serie. No es ni lo suficientemente oscura, ni lo suficientemente tierna: el fenómeno Negan ha quedado en nada.

Pero también tengo que ser justo con "Honor": ha sido una bonita despedida para uno de los personajes clave de la serie. No épica, ni espectacular, pero sí tierna y memorable. El episodio es, al menos, bastante mejor que los anteriores, lo cual ya es de agradecer. Y, aunque plantea algunas ideas que encuentro en exceso "happy-flowers" (¿ser amigos incluso de Negan... en serio?), podría servir como punto de inflexión para acabar con esta mierdi-guerra y pasar de una vez a otros arcos argumentales que puedan recuperar la buena The Walking Dead. La que yo sé que puede ser, y que espero que vuelva a ser.

8x09 "Honor" de 'The Walking Dead', despedida de Carl
Nunca te olvidaremos, Caaaaaarrlrlrghrhrgr.


Isidro López (@Drolope)

Segunda Temporada De Jessica Jones: Facing Her Origins May Make Her Lose Her Shit

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La primera temporada de Jessica Jones nos dejó con muy buen sabor de boca. Teníamos a una mujer liderando una serie de Marvel-Netflix con una personalidad que, generalmente, siempre habíamos visto atribuida a los hombres: rehúsa de sus superpoderes, se emborracha, es borde como ella sola pero que, al mismo tiempo, es independiente, compleja y poco a poco va evolucionando ante nuestros ojos. Aquí una servidora ha podido ver los primeros cinco episodios de su segunda temporada y os cuento lo que me han parecido. ¡Sin spoilers!

Ese tío es un grano en el culo
y ella una diosa
Desde que conocemos a Jessica, esta mujer huraña, con la botella de whiskey en la mano, la chupa de cuero siempre puesta y superamiga de Trish –el sismance es palpable–, la hemos visto luchar contra sus demonios. El primero fue Kilgrave, interpretado por un David Tennant inmenso, carismático como él solo y que suponía un gran villano para Jones. En esta segunda temporada, el demonio procede desde incluso antes de su etapa con el Purple Man: el origen de sus superpoderes. Jones sufrió un accidente de coche donde sus padres y su hermano murieron, pero ella sobrevivió y, desde aquel momento, tiene estas nuevas habilidades como la superfuerza o los supersaltos. La detective privado ha preferido durante toda su vida no lidiar con todo aquello pues no lo ha superado, pero ahora se ve más que obligada a hacerlo. ¿Por qué? Un día, buscando nuevos clientes y casos que resolver, se topa con un tipo que dice que tiene superpoderes y que hay alguien que le persigue y le quiere matar. Todo esto le lleva a que, con ayuda de Trish, vaya investigando quién se encargó de ella en el hospital. Por lo que sabemos desde la pasada temporada, se trata de una empresa llamada IGH, la cual parece que no sólo experimentó con Jessica, sino también con más gente. Ahora hay que descubrir quién está asesinando a gente con habilidades, si personas relacionadas con IGH u otras víctimas de sus experimentos que quieren vengarse por lo que han sufrido.

¿Trish repartiendo puñetazos? HELL YES!
Estos cinco primeros episodios no sólo nos muestran dónde está Jessica en este momento, centrada en conseguir clientes con la ayuda de Malcom, quien se encuentra desintoxicado y bastante animado con su nuevo puesto de secretario en Alias Investigations, sino también el resto de su círculo. Trishha seguido con su vida después de la relación tan rana que le salió con Simpson. Quiere cambiar el curso de su programa radiofónico, Trish Talk, que pase de ser un programa sobre el ocio a algo mucho más serio, como tratar el asunto de los superhéroes que se han topado con su nueva realidad sin quererlo ni beberlo, como en el caso de su amiga Jessica. Walker quiere investigar todo lo relacionado con IGH, pero su amiga no está de acuerdo. Sin embargo, también será un aliciente para que, al final, Jones se enfrente a su pasado. Jessica y Trish van a trabajar codo con codo y es una de las cosas que más me han gustado de estos cinco episodios. Ves lo mucho que se quieren y se apoyan, ya sea con un abrazo, unas palabras de aliento o pagando la fianza para sacarte de la cárcel, y, al mismo tiempo, las puedes ver yendo a algún lugar de apariencia peligrosa a buscar alguna pista para seguir con su investigación. En una de sus salidas, se empieza a cocer algo que puede ser muy interesante, pero también peligroso, para Trish. Tengo curiosidad por dónde van a ir los tiros con ello.

Jeri sigue siendo fabulosa
Por otra parte, en la primera temporada, Jeri Hogarth se nos presentó como socia principal de un gran bufete de abogados, lesbiana y con las ideas muy claras. Es ambiciosa, muy trabajadora, fría y le gusta el poder –por si no lo sabíais, originalmente el personaje era un hombre y lo cambiaron a una mujer, lo cual se agradece–. En esta segunda temporada vamos a poder conectar un poco más con ella. Una noticia inesperada le hace replantearse su presente y su futuro, estudiando nuevas vías por las que ir. No quiero deciros nada más porque creo que es importante dejar el misterio y que vayáis descubriendo todo por vosotros mismos.

La pasada temporada, los vecinos de Jessica se convirtieron en un recurso cómico para aliviar la tensión y el drama del momento. Mientras que en ésa tuvimos a una pareja de hermanos que podía ser un poco desquiciante y bastante random, en esta segunda temporada contamos con un padre y su hijo pequeño latinos que, en un primer momento, no van a ser muy fans de Jessica y sus superpoderes. Esto se irá desarrollando paulatinamente. En estos primeros cinco episodios no se ve gran cosa, pero se puede intuir por dónde puede ir.

¿Kilgrave?
Una de las cosas que se ha dicho sobre esta segunda tanda de trece episodios de Jessica Jones es que iba a aparecer Kilgrave. Puedo deciros que, en estos cinco, no ha aparecido todavía, pero si han dicho que estará, me lo espero en los restantes. De lo que me he dado cuenta es que estos cinco episodios están dirigidos –y, mayoritamente, también escritos– por mujeres. Melissa Rosenberg, showrunner de la serie, confirmó que todos están dirigidos por mujeres, algo que hay que celebrar, dado que no suele ser muy habitual. Y digo que hay que celebrar porque hay que apoyar que las historias con mujeres al frente sean contadas, rodadas y producidas por mujeres; estamos hartas de que se cuenten nuestras historias desde una perspectiva masculina que no nos representa. Este último dato tiene incluso más sentido si recordamos que la segunda temporada de Jessica Jones se estrena el día 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.

Sobre estos cinco episodios, el ritmo me parece un poco lento, pero la historia está bien llevada, tanto que me vi los cinco episodios de una sentada porque te iba metiendo progresivamente en la trama. Los episodios de una hora me suelen costar, pero, en este caso, se me pasaron bastante rápido entre las pinceladas de acción, la relación Jessica-Trish y Jessica-Malcom, la nueva situación de Jeri, el asesino misterioso y algunas frasazas cortantes y momentazos de las dos amigas. Os recomendaría que revisionaseis la primera temporada o leyeseis qué pasó para tener todo un poco más fresco y que así no os perdáis.

Cada vez falta menos para su estreno. ¿Tenéis ganas de volver a ver a Jessica Jones?



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x05 "None The Wiser" De The Resident: Chaos And Blame At The Chastain

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Tras tres semanas de parón por los Juegos Olímpicos de invierno, The Resident ha vuelto con un episodio lleno de catástrofes, gente lavándose las manos –tanto de manera literal como metafórica– y unas cuantas semillas que pueden germinar en algo interesante. Si queréis saber qué me ha parecido todo esto, no dudéis en seguir leyendo.

"Todos los focos hacia mi persona"
El episodio comienza con Mina en nuestro foco de atención al ser una de las ponentes en uno de estos eventos que se montan sobre mortalidad y morbidez, para así que todo el mundo aprenda de los errores y llevar a cabo un mejor trabajo. Al parecer, alguien ha sido la víctima de un error médico garrafal que podía haberse evitado. Para ir viendo quién será el desafortunado, nos vamos a 12 horas antes de todo lo ocurrido y nos presentan a tres pacientes muy diferentes. Por un lado, tenemos a un chico joven, Ed, con su pareja que tiene un testículo atrofiado y tienen que quitárselo–a él no le hace mucha gracia; el comentario de ella es maravilloso–. Poco a poco, vemos cómo con la ayuda de su pareja el chico se toma la noticia un poco mejor y ve la cara más amable de toda la situación. Por otro lado, tenemos a una madre, Christine, con su hijo, quien no quiere quedarse más tiempo en el hospital por temor a que la echen de su trabajo. El hijo insiste porque ve que su madre no se encuentra bien y no quiere que le pase nada mal. Finalmente le diagnostican un aneurisma aórtico abdominal que pueden romperse en cualquier momento y hacer que se desangre internamente. Por último, está York, uno de los pacientes habituales del Chastain y uno de los más queridos. Creo que la razón queda bastante clara: York tiene la costumbre de meterse cosas por el ano y luego ir de visita al hospital a que se las extraigan. Hasta Irving tiene una base de imágenes con todas las ocurrencias de York. Aunque esto parezca mentira, es totalmente real –un familiar mío médico me lo comentó hace tiempo y yo me quedé con la mandíbula en el suelo–. Da la sensación de que la manera en la que los médicos hablan sobre York puede resultar un poco irrespetuosa pero, os hago la siguiente pregunta: ¿de verdad creéis que los médicos no hablarán así entre ellos sobre sus pacientes y las excentricidades que hacen? Dicho esto, la pesadilla que se ha dado en este episodio comienza cuando el Dr. Bell le pide a Bradley, uno de los residentes random que nos encontramos por el hospital, que le asista durante una operación que tiene después en el día. El fallo garrafal está en que Bradley acaba de terminar un turno de treinta horas y que se cae de sueño por las esquinas. Nic se lo comenta a Bell, pero este pasa de ello como de comer mierda, que va mucho con su estilo. Ante esto y la atónita mirada –aunque tampoco le parece ya extraño– de Conrad, tanto él como Nic se movilizan al ver que Randolph va a operar tanto a Christina como a Ed y no quieren perder a ninguno de los dos. Esto nos lleva a un concurso para ver quién la tiene más larga entre Conrad y Jude, quien parece salir victorioso en este primer asalto. El Dr. Silva operará a Christine pero Bell tendrá otra operación, la de York, ya que la extracción de la botella de sirope por parte del Dr. Pravesh no fue tan exitosa y se dejó la corona que lleva la botella dentro. En este episodio, en vez de ver una operación, vemos cuatro –había que paliar las que no habíamos visto durante el parón–.

A Mina no le da la vida
A excepción de uno de los pacientes que se quedan en la mesa de operaciones y que no es ninguno en los que nos han presentado tan detalladamente, la peor parada de todo este percal ha sido Mina. Si Randolph no hubiese metido a Bradley en el quirófano, este se hubiese ido a su casa a descansar –que es lo que tenía que haber hecho– y no se hubiese desmayado llevándose con él medio intestino. Pero, claro, por sus santos huevos que tiene que hacerse lo que él diga poniendo en peligro a los pacientes. También, si Randolph aceptase de una puta vez que no está en condiciones para operar y se retirase, Mina no tendría que estar haciendo de niñera o realizando las operaciones que el Dr. Bell haría si estuviese en óptimas condiciones. Mina lo ha hecho lo mejor que ha podido, ha dado todo de sí para que los tres pacientes sobrevivieran si tenemos en cuenta las estadísticas preocupantes de Bell que los doctores y parte de los enfermeros ven, pero los mandamases parece que no. Sí que es cierto que la Dra. Okafor ha cometido un error muy grave al extirparle el testículo bueno a Ed–lo cual es denunciable y ya veríais el puro que le caería al hospital, con o sin disculpas de por medio–, pero si tenemos en cuenta en caos que había, que todo saliese finalmente bien sería más una fantasía que una realidad. A pesar de todo, la concatenación de escenas en los quirófanos me ha parecido trepidante, lo he pasado mal y, al mismo tiempo, no podía despegar los ojos de la pantalla. Me ha parecido maravilloso y creo que en The Resident saben jugar muy bien con los ritmos de la narración. De vuelta al evento con el que abríamos este episodio, me ha gustado mucho que Mina reconozca que es responsable de lo que ha pasado, porque ese error es suyo, aunque me duela, y creo que ser consciente de lo que ha hecho mal la convierte en una mejor doctora que el Dr. Bell, a pesar de que éste tenga muchos más años de experiencia. Hay que ser muy valiente para cargar con esa responsabilidad, algo que no lo ha sido en absoluto Randolph. Esto se puede ver muy bien en su rifirrafe con la Dra. Leonard. El tipo de va por las ramas con todo el tema de Mozart y Haydn para, simplemente, excusarse. Estoy de acuerdo en que Mina no estaba preparada, pero para esa cantidad de presión, no para el procedimiento, pues no solamente estaba realizando su operación, sino otras dos más ella sola, lo que me parece demasiado para una residente sea del año que sea.

Con estos mareos se le
va a atragantar la pastilla
Siguiendo con el Dr. Bell y, profundizando un poco más en él, hemos visto que las pastillas están mostrando sus efectos secundarios, como los mareos. Esto es totalmente inaceptable en cualquier cirujano. No está en condiciones de realizar su labor, él lo sabe y no se baja de la burra. Esto conlleva que se vaya llevando a gente por delante, como Mina, quien ha lidiado con toda la catástrofe de las operaciones concadenadas. Si ya es un peligro una sola operación en manos de este señor, como para darle más de una al mismo tiempo. Terrible. Una de las cosas buenas de ese rifirrafe del que he hablado antes con la Dra. Leonard es que esta ya se está oliendo que algo no está bien. Esto la convierte en la segunda víctima y peor parada que Mina. Mientras que Okafor va a seguir en el hospital, Leonard no. “Cuando un doctor cuestiona las prácticas de este hospital y de sus médicos, como lo que está haciendo la Dra. Leonard, tiene un efecto perjudicial”, dice Bell. Con ese “Considéralo hecho” de parte de Claire Thrope tengo suficiente para ver, una vez más, que todo esto es una mafia de mucho cuidado. Por un comentario anterior, diría que Claire no sabe nada de lo que pasa con Randolph, es más, creerá que sus estadísticas son gajes del oficio o una mala racha. Pero, el día que lo sepa, me inclino más por que va a taparle y, si realmente le invita a irse, hacerlo de una manera natural, como si a Bell le acabase de caer una lotería pirándose, que por echarle directamente dejándolo en evidencia delante de todo el mundo.

Ese gesto me ha hecho
rechinar los dientes muchísimo
Otra que parece llevar su propia mafia es la Dra. Hunter. Tras su visita a la clínica de ésta, Nic le comenta sus averiguaciones a Conrad. Las altas dosis de quimio son bastante preocupantes, algo que no le llama la atención en absoluto a Hawkins, quien se dedica a darle un ejemplo a Nic de que el protocolo tan personalizado de Hunter es lo que ha mantenido vivo a un tío al que sólo le daban tres meses de vida. La preocupación viene a raíz de Lily, quien se encuentra peor de lo que la vimos en el anterior episodio. Esto lleva a Nic a preguntarle si no ha considerado una segunda opinión, cosa que Lily rechaza. Sin embargo, los últimos movimientos de la enfermera no han pasado desapercibidos para Lane. La conversación, o mejor dicho speech, que tiene con Nic me ha parecido asqueroso, aunque comprensible porque, quién no quiere proteger su guita, ¿verdad? El trato condescendiente al ponerle las manos en los hombros por casi me hace potar y esa promesa de joderle la carrera como enfermera me ha parecido de mafia absoluta. No voy a negar que las conversaciones tan con el cuchillo afilado me dan un poco la vida, pero estoy con Nic en que aquí hay gato encerrado y que hay que averiguarlo cuanto antes. ¿Realmente es que “cuanta más quimio, más pasta” o hay alguna otra razón por la cual las dosis sean tan sumamente altas? Tengo curiosidad.

Padre vs hijo. FIGHT!
Por quien también tengo curiosidad es por los nuevos detalles que hemos conocido de Conrad. Mientras que en su vida profesional no ha habido mucho movimiento, sí que lo ha habido en la personal. Gracias a su conversación con Nic hemos sabido que sus padres se separaron, su padre “le mantuvo separado de su madre”–esto me ha parecido muy fuerte–, que ésta murió y que odia a su padre. Matt, hijo mío, ¿por qué todos tus padres ficticios son lo peor? Lo que no sabemos es de dónde viene ese odio. La palabra “odio” en sí me parece muy fuerte y que sientas eso por tu progenitor, para mí, significa que esa persona te ha hecho algo muy gordo. ¡No puedo esperar a que nos lo digan! Una cosa que me ha dejado sorprendida es esa revelación al final del episodio. Mientras que, por un lado, tenemos a Conrad viendo cómo Jude y Nic se van juntos en el coche de él–triángulo amoroso a la vista. Con ese “Que empiece el juego” por parte de Jude en el tercer episodio, esto ya se olía desde lejos–, lo cual no le va a hacer ni puta gracia a Conrad, dado que sigue luchando por ella, por otro tenemos LA revelación. Aquel inversor random que se estaba interesando por el Chastain y a ver dónde podía destinar su dinero–“Yo apuesto por el caballo ganador”. Ya con eso me da un poco de repelús, para seros sincera– es en realidad el padre de Conrad. Esta es otra cosa que tampoco le va a hacer gracia y ya veremos cómo lidia con todo esto. Por lo que nos deja entrever el adelanto del siguiente episodio, personalmente me va a tener comiendo de su mano porque mi atención la tiene totalmente.

Pobre Devon. No gana para disgustos
Por último, en este nuevo capítulo de “¿Qué putada le podemos hacer hoy a Devon?” está el de sacar objetos del ano de York. El pobre ha servido más como recurso cómico para aliviar la tensión que se estaba construyendo que para otra cosa. También hemos visto cómo ha reaccionado ante la mala crítica que el paciente le ha hecho. Por la cara que ha puesto Conrad, me da que todos han pasado por lo mismo y esto era una especie de bautizo para el Dr. Pravesh. Un detalle que me ha llamado la atención es que, mientras que, en el anterior episodio, Devon había compartido quirófano con el Dr. Bell y había quedado aparentemente conquistado por él, ha sido con la conferencia centrada en el error de Mina lo que ha hecho que desaparezca cualquier simpatía que pudiese tener por el veterano doctor, lo cual me alegra bastante. Espero que se quiten a Randolph del medio en algún momento o la mala leche va a hacer que me explote una vena.

En general, el episodio me ha gustado bastante y este parón había aumentado mis ganas de ver el nuevo episodio. Como he dicho anteriormente, la concatenación de las escenas en los quirófanos me ha gustado una barbaridad y me ha tenido con los ojos pegados a lo que estaba pasando. Me ha resultado muy interesante la variedad de casos que nos han presentado y los pequeños pasos y revelaciones que nos van mostrando ayudan a que me guste mucho más la serie. Ha habido un detalle que me ha descolocado un poco –aunque para bien– y es que parece que Mina se dedica a coser y hacerse su propia ropa cuando no está en el hospital. ¿Realmente es un hobby o es un segundo trabajo porque no llega a fin de mes? Si es lo primero –eso parece más un piso pequeño que un taller de sastrería–, nunca hubiese pensado que tendría ese hobby pero, viendo el final del episodio, sólo puedo decir GO GIRL!–y “Wakanda forever”. Si habéis visto Black Panther, recordaros que Shaunette Renée Wilson forma parte de la Dora Milaje de 1992. Si no lo habéis hecho todavía, os aconsejo no parpadear porque a lo mejor os la perdéis–. Si es lo segundo, lo entendería perfectamente. El adelanto del nuevo episodio sólo ha hecho que mi hype aumente y no pueda esperar a que llegue.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿El parón le ha sentado bien o ha hecho que vuestro interés por la serie decaiga? Contadme en el apartado de comentarios.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: ¿Os habéis fijado en cómo se le hinchan las venas del cuello a Matt cuando parece que está enfadado? Es mi María Patiño particular, pero más guapo.
P.D.D: “¿Has puesto esta canción porque soy negra?”. Mira, tía, te como la cara.
P.D.D.D: Las radiografías con los objetos me han parecido LO MÁS. Me lo he tomado como una especie de juego a ver si acertaba qué eran los objetos.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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