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Sí estamos preparados para una House of Cards sin Kevin Spacey

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Netfix acaba de sacar un breve pero jugoso adelanto de lo que nos espera en la sexta y última temporada de House of Cards, con Robin Wright como Reina absoluta del show. Esta circunstancia ha generado malestar en muchos fans, quienes aseguran incluso sin haber visto aún la temporadaque sin Kevin Spacey "no hay House of Cards". Pero yo vengo a defender precisamente lo contrario: la marcha de Kevin Spacey es lo mejor que ha podido pasarle a la serie.

Netflix lo tiene claro...


Creo que todos estaremos de acuerdo en que la revelación de que Kevin Spacey es escoria ha llegado en el mejor momento. De haber sucedido hace varias temporadas, siendo honestos, el golpe para la narrativa habría sido demasiado fuerte, y probablemente habría debido cancelarse la serie. Pero la caída en desgracia de Spacey llegó, como tanto se ha comentado durante los últimos meses, cuando el personaje de Robin Wright comenzaba a tener un peso decisivo y miraba a la cámara con ese poderosísimo "mi turn", como desafiándonos, tentándonos, prometiendo que House of Cards iba a llegar al siguiente nivel.

Pero lo cierto es que, dejando al margen esa "poesía" que se ha dado entre ficción y realidad, hay que afrontar otra cuestión: el personaje de Kevin Spacey estaba deslucido. Lejos quedaron las primeras temporadas en que fascinaba. La interpretación de Spacey era magnífica –es incuestionable su talento–, pero su personaje ya no brillaba como antes. La última temporada tuvo tramas repetitivas; adolecía de ese ingenio, de esos secundarios molones y de esos desafíos que hicieron la serie genial en sus comienzos. Y si fue salvable en su conjunto fue precisamente por el personaje de Robin Wright, pues Claire ha demostrado ser mucho más compleja e interesante que su marido al tener, de hecho, sentimientos con los que lidiar: Frank, en ocasiones, de tan duro que es, parece una caricatura.

Netflix no tiene dudas: nos dice así de "chula" que una de sus series míticas PUEDE sobrevivir sin su protagonista.

House of Cards estaba de capa caída. De haberse mantenido Spacey en el elenco, probablemente esta temporada habría tenido como trama central la batalla entre esos dos tiburones que son Frank y Claire. Y no negaré que la relación de los Underwood era uno de los puntos fuertes de la serie, pero incluso la dinámica de su matrimonio estaba ya demasiado masticada. Porque ya sabemos que Frank siempre mantuvo a Claire a su sombra, a pesar de ser la única persona que realmente respeta en el mundo. Porque es ambicioso, frío, narcisista. Y nunca llegaremos a saber hasta dónde habría llevado al matrimonio Underwood esa "batalla final", pero algo me dice que no habría sido tan fabulosa como cabría imaginar pues, como digo, los Underwood ya han pasado por varios "roces" a lo largo de la serie, y no tenía pinta de que fueran a contar algo que no supiéramos.

Lo estimulante de que Spacey se vaya al carajo es que abre un nuevo universo de posibilidades para la serie. House of Cards necesitaba renovarse con urgencia. Hacía tiempo que había perdido el interés en Frank, siempre tan plano y redundante, mientras que Claire lo iba ganando a pasos agigantados. ¿Será una temporada buena? No creo que peor que la anterior, eso desde ya os lo digo. ¿Echaré de menos la relación de Claire y Frank? Probablemente. Pero ya no me ilusionaba como antes, por lo que no es una gran pérdida. La serie tiene la oportunidad de volver a "molar", deslumbrar, asombrar, contar algo nuevo. Y con Claire al volante, sin ese lastre que era Frank, todo puede pasar. Porque ha sido ella quien nunca ha dejado de fascinarme.

Estoy convencido de que Claire podrá despedir la serie como merece: a estas alturas, ella se había convertido en el auténtico pilar imprescindible de House of Cards. Y es hora de que brille con luz propia.


Isidro López (@Drolope)


Crítica del 8x10 "The Lost and the Plunderers" de The Walking Dead: Rick no lo pilla

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Ya sabemos que esta temporada de The Walking Dead está escrita con el orto, y probablemente nada la salve a estas alturas. Pero no todo en la vida puede ser rajar, y también tenemos que resaltar los aciertos moderados que tienen los guionistas de vez en cuando. "The Lost and the Plunderers", siguiente capítulo tras la gran pérdida del 8x09 "Honor", profundiza en el dolor de Rick y Michonne y marca un punto de inflexión en la guerra pedorra.

¡Spoilers a partir de aquí!

No se puede ir de chulico por la vida.

El décimo episodio en lo que llevamos de temporada tiene una particularidad, si es que puede llamarse así. La estructura es esencialmente la misma –narrar los puntos de vista de un gran popurrí de personajes–, pero los guionistas han decidido que el nombre de cada personaje protagonista apareciese antes de contar su historia. Y ya está. Ni siquiera ha sido una forma demasiado diferente de contar las cosas, pues solo han añadido, literalmente, el nombre en pantalla de seis personajes y jugado un poco con los tiempos y el orden en que desvelar información. Y todavía estarán esperando que lo flipemos o algo.

Me está costando emocionarme con The Walking Dead esta temporada. Las tramas han estado muy mal escritas, de forma que resulta difícil conectar emocionalmente con los personajes. Aaron y Enid están juntos viviendo una aventura ridícula (imagina que maten a tu abuela y y tú le digas a los asesinos "ok, bye"), y yo solo puedo preguntarme... ¿por qué Enid no ha compartido con Caaaarrrrl ninguna escena antes de su despedida? Con lo que me gustaba esa pareja.. ¿por qué seguir matando a extras random en lugar de dar buenas tramas a los protagonistas?Game of Thrones sí entiende bien que es fundamental que los personajes sean carismáticos y estén avanzando continuamente, sin olvidarse arbitrariamente de sus relaciones.


Pero si este episodio ha sido salvable ha sido fundamentalmente por la trama de Jadis. Se asienta sobre los mismos problemas de siempre: no conocimos bien su "mundo aparte" ni su relación con sus compañeros, por lo que resultaba difícil emocionarse, de nuevo, ante la muerte de randoms, pero incluso así The Walking Dead logró algunos momentos de auténtica angustia y tensión dejando al descubierto de forma tan cruda la humanidad de Jadis, que imploró a Rick que simplemente "la dejara salir" de ese infierno en el que quedó atrapada, rodeada de los cadáveres de su familia. 

La frialdad con que Rick trató a Jadis hizo reflexionar a Michonne. ¿No era eso, precisamente, contra lo que Caaaarrrl les prevenía? Rick no puede entender a su hijo. Siente que han llegado demasiado lejos y que la guerra no puede parar, y así se lo hace saber a Negan. El cual fue otro de los puntos fuertes del episodio, por cierto, pues también quedó patente la humanidad de Negan e intención de salvar al mayor número de personas posible. Realmente, a su propia y retorcida manera, se considera un "Salvador", alguien necesario que pone orden en un rebaño de idiotas. Toda esta cuestión –además de la deslealtad de Simon–, resulta estimulante y arroja algo de interés sobre un episodio que, aunque sin pena ni gloria, cumple. Aunque solo sea porque Jeffrey Dean Morgan se come la pantalla.


"Todo es tu culpa, Rick".

¿Ha sido la muerte de Caaaarrrrl en vano? ¿Rick nunca llegará a entender lo que quería decirle su hijo? ¿Que cada vida cuenta? Habrá que ver dónde quieren llegar los guionistas con todo esto, aunque no hay duda de que está siendo un viaje que deja mucho que desear...


Isidro López (@Drolope)

Crítica Del 1x06 "No Matter The Cost" De The Resident: No Seconds Chances For Everyone

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Una semana más, gracias a The Resident, nos sumergimos en el sistema hospitalario estadounidense para conocerlo un poco más a fondo y sacar a relucir la corrupción y la avaricia que campan por sus anchas. Si queréis saber mis impresiones sobre el episodio, no dudéis en seguir leyendo.

La próxima vez Wilmot se queda sin mano
Después del anterior episodio, donde tuvimos una gran ración de quirófanos, esta vez nos hemos mantenido fuera de ellos y la serie nos ha llevado por el lado más humano de la medicina de la mano de Conrad. Nigel es un bailarín de ballet que lleva muchos años con un dolor crónico en el estómago pero que, tras una larga lista de pruebas, los doctores no han dado con la causa. En un primer momento, como dice él mismo, parece que tiene síntomas de malnutrición y eso podría llevar a pensar que sufre algún trastorno alimenticio, pero no es el caso. Nigel está desesperado, como lo estaría cualquier de nosotros, así que Conrad le dice que le dé veinticuatro horas para averiguar qué le ocurre, cosa a la que el paciente accede, pero se niega a que le pinchen y le hagan más pruebas porque no puede más. Durante el proceso de investigación, los jefes de varios departamentos aparecen en la habitación de Nigel y parece que se están rifando el diagnóstico, algo que me parece alucinante –¡¿QUÉ COJONES, EN SERIO?!– y totalmente despreciable. Tengo la sensación de que, cuanto más arriba estás en la escalera de poder, menos escrúpulos tienes y más oportunista e hipócrita eres. ¿Os imagináis que estáis sufriendo y os viene un grupo de médicos, que supuestamente tienen que ser serios, y tu habitación se convierte en una lonja, donde tú eres el pescado que se pelean por conseguir? Yo no sé si esto tiene un ápice de realidad –no digo ni que sea real directamente, sino que lo sea un poco–, pero si lo tiene, se me caería la puta cara de vergüenza. El Dr. Wilmot–que no sabemos si estará durante más episodios– es el responsable de Conrad, su jefe directo, y son ellos dos los encargados de generar los momentos de mayor tensión del episodio. Aunque el Dr. Wilmot tenga parte de razón al decir que Conrad sólo ve su manera como forma de hacer las cosas, realmente Hawkins se lleva la “victoria” en esta primera contienda: no va a hacerle más pruebas cuando no tiene los resultados de las anteriores; cuando los tenga contemplará qué nuevas pruebas realizarle. Wilmot da la sensación de muchos de los jefazos y jefecillos que hay por el Chastain: a mí me importan tres narices las pacientes, yo vengo aquí a mandar pruebas y a cobrar como un señor. Por eso la labor de Conrad en este episodio me ha gustado mucho. Tras las convulsiones que sufre Nigel por una medida que ha implantado el Dr. Wilmot, Conrad se le enfrenta con un enfado más que comprensible, diciéndole en la cara que, como los apéndices en el cuerpo humano, algunos doctores no sirven para nada y que la nueva prueba que quiere hacerle al paciente es algo que este mismo no quiere, que le escuche. Y eso es precisamente lo que Hawkins hace con su paciente. Se lo lleva para sacarlo de la vista de Wilmot –sí, un método drástico y con el que no estoy de acuerdo, pero parece ser la única manera de que un paciente se rebele–, y le pide que le cuente su historial médico. No es hasta una historia que, aparentemente, puede resultar completamente inocente, cuando Conrad da con ello, síndrome del ligamento arcuato medio, algo de lo que no había oído hablar en mi vida, o al menos que yo recuerde. Con una prueba específica, Nigel por fin puede encontrarse sin dolor en más de una década, y creo que no hay mejor recompensa que ver a un paciente totalmente agradecido y aliviado ante tal hecho. A pesar del final feliz, la guerra entre el Dr. Wilmot y el Dr. Hawkins todavía no ha acabado. Cuando el primero se lo encuentra, no duda en decirle que esta actitud le va a llevar a acabar con un paciente y que, cuando eso pase, habrá una larga lista de personas esperando a joderle la carrera. Sin embargo, Conrad no se achanta y arremete duramente al amenazarle con pegarle si no le suelta del brazo. Últimamente, Conrad tiene que verse las caras con un montón de gente y no le va a dar la vida para tanto.

¿Anhelando algo, caballeros?
En el terreno personal, este episodio también lo ha tenido bastante movidito. Si la semana pasada ya vimos que su padre estaba en la ciudad, en esta le ha tocado “desayunar” con él. Si sabíamos que Conrad odiaba a su padre, ahora conocemos que llevan sin hablarse una década y que él se fía bastante poco de su progenitor. Parece que Marshall quiere una nueva oportunidad con su hijo, pero lo conoce bastante poco, y diría que aparecer sin avisar no es buena idea si realmente quieres ganarte su cariño y confianza. De todas formas, Conrad no quiere ni a su padre ni a su dinero en su vida, sobre todo un dinero que viene de la avaricia y de aprovecharse de las desventuras de los pacientes. Con lo último que le dice el hijo al padre en ese momento, creo que se entiende mucho mejor la guerra de Conrad contra la corrupción del hospital: está luchando contra los métodos de su propio padre, contra él una y otra vez. Sin embargo, no se puede negar que la oferta de Marshall es bastante jugosa, un caramelo muy atractivo. Quiere abrir un pequeño hospital privado y quiere que, tras terminar este año como residente, Conrad lo dirija, que instruya a los doctores como ya lo está haciendo, pero desde una mejor posición y sin el lío de la burocracia entremedias. Personalmente, no veo a Conrad dirigiendo un hospital. No por falta de experiencia o porque no se lo merezca, sino porque le veo en la batalla del día a día luchando por sus pacientes. La respuesta más acorde, según lo que conocemos de Conrad, sería una negativa, pero nos puede sorprender, a mí la primera. Por otra parte, antes de encontrarse con su padre, vio cómo Nic y Jude se iban juntos en el coche de éste. Pues bien, Conrad los ha vuelto a pillar, esta vez hablando en un plan más de amigos que de colegas de hospital. Esto ha saltado las alarmas de Hawkins y ha hecho que esté enfadado con Jude y con todo el mundo –hasta Hunter se ha dado cuenta–. Es ya al final del episodio cuando tenemos un poco más de información sobre el tema. Al decirle él a Nic que ese hombre era su padre, ella le pide que se abra, que hable, pero Hawkins no quiere–y como ya dije, no se puede forzar a nadie a ello–. Sin embargo, sí que se abre con otro tema, el que les compete a ambos, y parece que Conrad está a punto de tomar una decisión: dejar de luchar por Nic después de que esta le dijese varias veces que lo suyo había terminado por completo. Parecía que le hacía falta algo así en todas las narices para plantearse seriamente pasar página. En resumidas cuentas, AQUÍ VA A HABER DRAMA. ¿De verdad me creo que entre estos no va a pasar nada? NO. En algún momento, alguien se va a dar cuenta de que echa de menos al otro y tendremos jolgorio. Al menos es lo que me imagino.

Al menos Devon no está
tan ciego como Conrad
Siguiendo con Nic, la Dra. Hunter la relevó del cargo de sus pacientes, por lo que Nevin no tiene forma de echarle un ojo a Lily, hasta que ve que Devon está asistiéndola.Nic le cuenta al Dr. Pravesh sus sospechas de que Hunter está estafando a la aseguradora al tratar de más a sus pacientes. Aquí me surge una duda: las técnicas de Lane son, en muchas ocasiones, experimentales, y los seguros son muy reacios a aceptar estos tratamientos. Entonces, me pregunto: ¿está estafando a las aseguradoras o también lo está haciendo con los pacientes en cierta forma cuando las aseguradoras no acceden a los tratamientos? Es decir, sí, les puede ayudar a superar el cáncer, pero, a su vez, está matando sus cuentas corrientes. Además, hablamos de una clínica privada, que cuesta todo mucho más dinero. Devon, a partir de este momento, va a estar más cauteloso con lo que pase con Lily, teniendo en cuenta que las dosis son mucho más altas que en cualquier programa que ya utiliza una mayor cantidad de dosis de por sí. Por eso, cuando ve que la propia paciente empieza a tener dudas sobre el trasplante de médula ósea, Devon es el primero que decide pedir un análisis completo de sangre de Lily. Los resultados son demoledores, sus riñones están empezando a fallar y nadie se había dado cuenta de ello. Al saber esto, la Dra. Hunter se hace la loca y empieza a hacerle un poco la pelota a Pravesh. En un primero momento pensé que se lo iba a creer, pero la segunda conversación que tiene con Nic revela que no y que tienen que hacer algo con Hunter porque, si hubiese seguido hacia adelante el trasplante, Lily tenía todas las papeletas para morir.

♥ I FEEL BLESSED ♥
Este sexto episodio empezó con Mina, a quien la estaban intentando robar. Ella, sin dudar, ha decido ir a defenderse y ha llevado al ladrón al hospital para que le traten. Como ya se podía intuir, el chaval estaba colocado y ganador, algo que parece ser lo normal. Mina me encanta, aunque de vez en cuando tenga alguna cosa que haga al personaje patinar un poco –como aquella carrera de pacientes para conseguir el alta–. Pero me fascina que, si ella se hace una herida, se la cose ella sola; que la atracan, se defiende sin pensárselo dos veces; que le tocan las narices más de la cuenta, no le tiembla el pulso para mandarlos a la mierda. Ay, hay que quererla. Gracias a ella y a Nic, han convencido a los padres del chico de que le den una nueva oportunidad y que realmente se aseguren de que se rehabilita. Debido a este momento, hemos conocido una cosa nueva: la hermana de Nic era alcohólica y ahora lleva un año sobria. Durante el episodio hemos podido ver que Mina llegaba tarde a algo. Su gran secreto es que se dedica a tratar a sus vecinos del bloque de pisos en su apartamento y que tiene un arsenal de medicinas para fliparlo–cosa que ha hecho Nic y que me ha representado bastante (“Estás llena de sorpresas”, y ni que lo digas)–. Nic, que es como la madre de todos, por así decirlo, le ha dicho que tenga mucho cuidado, dado que podría perder su licencia y su visa, y que deje de hacerlo, pero Mina ya sabe lo primero y no tiene intención de lo segundo. La historia del tío de la Dra. Okafor trae otro tema a la palestra, la clausura de clínicas locales de los grandes hospitales porque no obtienen grandes beneficios. Esto deja a mucha gente que no tiene recursos sin tratamientos médicos. Creo que lo mejor de esta escena es ver la interacción entre estas dos mujeres, la sorpresa de Nic y esa risa honesta de Mina por la que, personalmente, me siento bendecida. Mina Okafor puede verse como una mujer ruda, parca en palabras y distante con la gente pero, en el fondo, tiene un gran sentimiento de la justicia, quiere lo mejor para sus pacientes y es consciente de que su fuerte no son las personas, pero si puede ayudarlas mediante su técnica y su profesionalidad, no va a dudar en hacerlo.

"Le voy a hacer una oferta
que no podrá rechazar"
Por último, el Dr. Bell se ha dedicado más a la burocracia más que a otra cosa–y mejor. Gracias al cielo–. Claire Thorpe, la directora del hospital, le pide que intente captar–como si esto fuese una secta– al Dr. Edmund Carver, un reputado cirujano que le podría venir muy bien a Bell en su equipo, según ELLA. A él no le hace anda de gracia porque, claro, como su equipo es una pequeña mafia que lo que hace es cubrirle las catástrofes que crea en el quirófano, meter a otro jugador es muy arriesgado. Sin embargo, para no levantar sospechas delante de Claire, le sigue el juego y queda con Carver–menuda sorpresa al ver a El Griego de The Wire por aquí convertido en doctor–. Parece que en un primer momento a Bell le cae bien, pero se tuerce cuando le pregunta por su tasa de errores quirúrgicos y complicaciones, lo cual trae de cabeza a Conrad y cía. Lo que quiere Carver es completa transparencia sobre esos números, hacer un seguimiento de los mismos y terminar con las mafias que se dan en los quirófanos. Francamente, aquí el amigo Edmund me cae bien, tiene un objetivo que me parece estupendo, más dirigido al beneficio del paciente que al suyo propio, lo cual es de agradecer –es como un soplo de aire fresco, sobre todo si viene por parte de doctores consagrados–. Sin embargo, Carver no va a terminar en el Chastain. Aparte de que es un señor al que habría que pagarle mucha pasta, eso de la transparencia, hacer públicos esos números que tanto persigue, los pleitos que tiene el hospital y simplemente la forma del Dr. Bell de vender todo el asunto, se nota que Carver no va a pisar más el hospital.

En general, el episodio me ha gustado muchísimo. Los 43 minutos se me quedan, como cada semana, muy cortos y, con tanta información interesante, más todavía. Me pregunto cómo será el trato hacia Conrad ahora que tanto Claire como Randolph saben que es hijo de Marshall –me encanta que, en un primer momento, se queden alucinando–. Por cierto, menuda cagada del padre, así de claro. Tu hijo no quiere que se le vea contigo, ni que tampoco se le relacione, y va él y suelta la bomba. La madre que lo parió. Por otro lado, parece ser que lo de Mina con los vestidos es un hobby y, mirad, me encanta. Es una forma de crear algo de la nada –con un resultado fantástico– y le sirve como práctica para coser y mejorar su técnica, aunque el soporte en el que lo hace no tiene nada que ver con el que luego se encuentra en su trabajo. La verdad es que tengo mucha curiosidad por ver por dónde va a seguir la serie, cómo la visita de su padre va a resonar en Conrad y cómo va a actuar a partir de ahora que parece que ya no va a intentarlo más con Nic. También tengo ganas de cómo el Dr. Bell y la Dra. Hunter van a intentar seguir saliéndose con la suya cuando cada vez cometen más errores y no todo se puede exculpar con “ha sido un accidente”.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿También tenéis curiosidad por saber por dónde van a ir los tiros? Los comentarios son todos vuestros.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Si no había tenido suficiente con el trato condescendiente de la Dra. Hunter a Nic en el anterior episodio, lo han vuelto a hacer con Wilmot y esa palmadita en el hombro a Conrad. Me rechinan los dientes y todo.
P.D.D: Entre lo de Mina pidiéndole perdón a Nic por juzgarla y ese “Eso significa que puedo convertirme en “mejor amiga” con Conrad, ¿no?” me ha matado. Le estoy cogiendo mucho cariño a este personaje. Me mola.
P.D.D.D: Irving mostrándose como todo un admirador de Carver ha sido muy gracioso. Al igual que el momento en el que Bell le dice a Conrad que no la líe, éste le responde que la bronca no es con él, sino con Wilmot, y va al otro y le vuelve a soltar lo mismo.


Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Fight like a woman: ocho personajes feministas por el Día de la Mujer Trabajadora

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Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer y este año va a ser mucho más reivindicativo que nunca. Tras los casos de acoso sexual por parte de varios sinvergüenzas -es lo más suave que se nos pasa por la cabeza- que han salido en los últimos meses, la lucha feminista está más en auge que nunca. Si ya estábamos cansadas de las desigualdades salariales, de oportunidades, del acoso sexual, de la violencia que sufrimos día sí y día también, y un largo etcétera que nos tendría hasta mañana, ahora nos tiene completamente hartas. Por eso, a través de algo que nos gusta muchísimo que son las series de televisión, las escritoras que pertenecemos a este blog, con la colaboración de Aina, queremos destacar a un grupo de mujeres que nos inspiran a cambiar el mundo, a ser mejores, a gritar para reclamar lo que nos mereces y, sobre todo, a seguir luchando por nuestros derechos.


Stella Gibson (por Doralicia)


¿Es Stella Gibson uno de los iconos feministas más importantes en las series de televisión de los últimos tiempos? Probablemente sí. Sus frases reflexionando sobre el papel que se le confiere a la mujer en la sociedad patriarcal en la que vivimos y su reivindicación como trabajadora en ese mundo de predominancia masculina en el que arrasa y supera con creces en muchas ocasiones a sus compañeros hombres pasarán a la historia de la televisión. Las series necesitan más personajes como Stella que demuestren que la mujer puede llegar a donde se lo proponga y que se pueden poner límites a esta insensatez de sistema en el que nos ha tocado nacer.

Lynette Scavo (por Victoria)


Si buscas en el diccionario "mujer trabajadora", te saldrá una foto de Lynette Scavo. Lynette ha sido la ídola de las madres durante años, ¿y cómo no iba a serlo? Es eficiente, inteligente y siempre tiene razón. Se pega ocho temporadas trabajando como una loca, ocupándose constantemente de sus mil hijos y del inútil de su marido y siendo la única en la casa que se ocupa de todo el sistema de cuidados. Lynette representa a miles y miles de mujeres hoy en día. ¡Viva Lynette! Pero os voy a ser sincera, no seais Lynette, recibid cuidados, no dediquéis vuestra vida a ningún hombre, y si algún día llegamos a un sistema más o menos feminista, no tendréis que serlo.

Roberta Warren (por Aina)


Una de las protagonistas de la serie Z Nation. Roberta, al igual que los demás, perdió a todos aquellos a los que quería cuando el apocalipsis zombi comenzó. Sin embargo, no dejó que eso la hundiera y siguió trabajando para ayudar a los demás y para sobrevivir. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de mantener unido -y, sobre todo, vivo- al grupo de supervivientes que lidera. Machete en mano y sin andarse con tonterías, Roberta nos muestra a una mujer fuerte y decidida, a una líder que hará lo que sea por cumplir su misión y proteger a los que le importan.

Jane Gloriana Villanueva (por Irene)


Jane se ha criado en un matriarcado liderado por su abuela y su madre, las cuales le enseñaron a ser una mujer autosuficiente, independiente, valiente, con confianza en sí misma y que ellas serán su red de apoyo durante toda la vida. Eso, junto con la inteligencia y pasión que desborda, Jane quiere dedicarse a la escritura de novelas románticas, un sueño por el que lucha cada día incansablemente. Sin embargo, no está interesada en escribir personajes femeninos clichés, sino complejos, fuertes, como lo son sus mentoras. Por otra parte, se lleva muy bien con Petra, con quien ha tenido algunas rencillas en el pasado pero, realmente, no son enemigas, sino aliadas y amigas que se apoyan y se ayudan mutuamente. Ellas dos han aprendido que, entre mujeres, no tiene que haber barreras, sino lazos de unión que les permitan seguir creciendo juntas.

Leslie Knope (por Doralicia)


Leslie Knope nos ha enseñado que las mujeres pueden tener grandes sueños y que solo hace falta perseverancia y entusiasmo para llegar lejos, incluso en un mundo como en la política, en el que, principalmente, son los hombres los que dominan. Desde el humor, ha sabido defender que las mujeres pueden ser ejemplos a seguir aunque, en muchas ocasiones se les deje de lado y se les ningunee. Ojalá Leslie Knope se convirtiera en presidenta del mundo, o que existieran políticas como ella.

Tasha "Taystee" Jefferson (por Victoria)


Taystee ha llevado todo el peso de la quinta temporada de OITNB y me parece importante mencionar a este tipo de mujer trabajadora que también existe pero está muchísimo más invisibilizada: una mujer negra y pobre. Taystee es ciertamente un ejemplo porque inicia una revolución por amistad, por sus derechos y por su propia vida, por existir, por no ser asesinada cualquier día en la cárcel por un hombre blanco que no la ve ni como una persona. Se une a sus compañeras y se alza contra un sistema que la oprime, no se me ocurre nada más feminista que eso.

Lagertha (por Aina)


¿Qué decir de Lagertha? Mujer vikinga, es una de las más fuertes y famosas escuderas e incluso entrena a otras mujeres para que peleen junto a ella. Ya desde el inicio de la serie pelea con varios hombres, demostrando su valor y su habilidad, para evitar que abusen de ella y de su hija. También llega a matar a uno de los suyos al descubrirlo violando a una mujer.  Además, ella misma decide divorciarse de su marido al descubrir la infidelidad de este. A pesar de su carácter bondadoso, no permite que intenten engañarla o traicionarla, y no duda en castigar a aquellos que conspiran contra ella o pretenden manipularla.

Willow Rosenberg (por Irene)


Uno de los mejores personajes que nos dio Buffy, The Vampire Slayer. Nos presentaron a Willow como una muchacha inteligente, tímida, con un gran corazón, una amiga de verdad, que te apoya incondicionalmente y te ayuda ya sea con los deberes del instituto, con las movidas con tu novio vampiro o luchando contra varios apocalipsis. Pero Willow tuvo una de las evoluciones más potentes que jamás he visto a lo largo de las siete temporadas. Se convirtió en una gran bruja con muchísimo poder, con una mayor confianza en sí misma, abrazando la luz en vez de la oscuridad, se descubrió a sí misma poco a poco y, gracias a ello, fuimos testigos de una de las relaciones homosexuales más bonitas y mejor tratadas de la televisión, la suya con Tara. 

¿Y tú, tienes algún personaje femenino que te parece un icono feminista y/o reivindicativo? Déjanoslo en los comentarios.


Doralicia (@doralais), Victoria (@_TheEastWind), Aina (@__tinuviel) e Irene (@MissSkarsgard)

Segunda Temporada De Santa Clarita Diet: La Familia Que Mata Unida, Jamás Será Vencida

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En su primera temporada, Santa Clarita Diet dio mucho de qué hablar sobre si era extremadamente asquerosa o no, sobre todo cuando es sólo una comedia de 30 minutos de duración. Pues bien, la serie de Netflix vuelve con su segunda temporada ahondando en los misterios que empezaron en su primera andadura y con más apetito que nunca. Una servidora ha tenido la oportunidad de verla entera y os cuento qué me ha parecido sin spoilers.

Mi cara con ciertas escenas gore
Al final de la primera temporada, veíamos cómo Sheila, interpretada por Drew Barrymore, empezaba a entrar en una fase de descomposición interesante que preocupaba de veras a la familia Hammond y a Eric, amigo de Abby. A esto se unía el gran misterio de cómo Sheila se había infectado y el reguero de cadáveres que estaban dejando ésta y Joel. Pues bien, ese reguero no hace más que aumentar y aumentar al mismo tiempo que lo hace el apetito de la “no muerta”. Sin embargo, en esta temporada se tratan temas muy interesantes. Por una parte, tenemos a Sheila intentando adaptarse a su nueva vida bajo esta nueva personalidad más decidida y atrevida que antes. Sinceramente, es lo que más me gusta de la serie porque no tiene pelos en la lengua, dice las cosas muy claritas –aunque eso también la pueda meter en problemas– y es bastante refrescante. El miedo que nos dar la muerte hace que nos paremos ante muchas cosas o que seamos más precavidos, pero, cuando ese miedo desaparece, ya no hay nada que nos impida hacer todo lo que queramos. Esta “nueva vida” también está afectando a la dinámica familiar. ¿Realmente Sheila puede ser peligrosa para sus seres queridos?¿Deberían tomar medidas para controlarla? Aunque pueda parecer en un primer momento que sí, uno de los temas más recurrentes de la serie es la familia y el amor que une a los miembros de la misma. Por una parte, tenemos a los padres, una pareja que sigue teniendo mucho amor y pasión dentro de su relación y que, además, se han convertido en partners in crime.Joelha sabido muy bien cómo encajar las “buenas nuevas” y no para de improvisar, junto con su mujer, el próximo movimiento, pero sí que es cierto que echa de menos los viejos tiempos cuando todo era normal y simple. A pesar de eso, la breve muerte de su mujer en la primera temporada ha hecho que se dé cuenta lo mucho que la quiere y la necesita, por lo que estaría totalmente dispuesto a sacrificarse e ir a la cárcel el día en que los pillen. Por otra parte, tenemos la relación de los padres y su hija, Abby. Desde el primer momento, Abby ha sido consciente de todo el asunto y lo ha llevado como ha podido –es una adolescente y su mundo ya es un caos; lo está llevando genial si lo pensáis bien–. Pero, al contrario que en la primera temporada, esta vez Abby ha ido un poco más por libre y sus padres han preferido no cargar sobre sus hombros algunas cosas que no le corresponden. Esto ha permitido que conozcamos la en el instituto, que tenga algún tipo de relación social más allá de sus padres y Eric, aunque ha sido éste su mayor apoyo. Como dije el año pasado, la evolución de Sheila es la más palpable y lo que atrae más la atención de todos los personajes, pero esta vez le ha tocado a Abby, quien va a sorprender, aunque sin perder su esencia. Otro asunto que concierne a la pareja principal es el dilema moral y la pregunta “¿A lo mejor estás matando a demasiada gente, cariño?”. Mirando el lado positivo, Sheila sólo quiere matar a gente mala que realmente se lo merezca y así tener una sociedad mejor. Al menos eso es alimentarse con cabeza, y de ella.

Abby is done with this shit
Ya en aquella review que escribí sobre la primera temporada, dije que Santa Clarita Dietera “una mamarrachada muy apetecible” y que, como tal, no había que tomársela muy en serio. Sigo pensando lo mismo y, por eso, creo que esta temporada me ha gustado un poco más que la anterior al haberle cogido el gustillo tanto a la trama tan liviana que tiene como a las actuaciones de los actores. Mientras que en la primera temporada no soportaba a Timothy Olyphant, en esta segunda me ha gustado y bastante. A lo mejor me ha pillado de mejor humor o lo he visto con otros ojos –oíd, nunca se sabe. Cada serie tiene su momento y su estado de ánimo, esto es muy subjetivo–, pero su vis cómica me ha ganado. Además, al ser una serie tan exagerada, los gestos de Tymothy–ese levantamiento de cejas, los gestos con las manos– casan muy bien con todos los momentos WTF?! que hay durante los episodios. Liv Hewson sigue haciendo un papelón y es muy fácil querer a Abby. Me parece un buen personaje y su amistad con Eric me parece verdadera, honesta y creíble. Pero, para mí, quien se sigue saliendo es Drew Barrymore. Tengo especial debilidad por ella, tengo que admitirlo, pero Drew sabe perfectamente lo que está haciendo en esta serie y lo está disfrutando. Sabe que aquí hay que hacer el mamarracho, abalanzarse sobre gente, comerse cosas asquerosas que lleven a los espectadores casi al borde de la náusea –esto depende más de cada uno y su sensibilidad estomacal–, sentirse muy libre diciendo cualquier barbaridad y exagerar. Drew se lo debe de pasar teta grabando y yo viéndola a ella también. A lo mejor no es reírme a carcajada limpia en mi casa, pero los 30 minutos de los episodios se me pasan volando y la serie ni os cuento. El problema que le veo a Santa Clarita Diet, siendo completamente sincera, es que es olvidable, como muchas series de Netflix que consumimos y que, un año después, no nos acordamos de lo que hemos visto. Las vemos, las disfrutamos, pero tampoco es que se vayan a quedar retenidas en la memoria durante mucho tiempo. Es la parte negativa de la ligereza de esta serie.

La segunda temporada tiene alguna sorpresa que otra, con nuevas caras que seguramente os suenen de otras series, y vamos averiguando poco a poco de dónde sale este virus que convierte a la gente en “no muerta”. Volvemos a tener diez episodios de media hora cada uno excepto la season finale, que son 35–igual de ligeros, no os preocupéis–. Si os gustó la primera temporada, esta segunda la devoraréis en una tarde. Si tenéis dudas, preguntadle a vuestro estómago. Sé que a muchas personas les preocupa este tema porque pueden ser más sensibles en este aspecto. Tiene alguna escena un poco gore–atentos al primer episodio de la temporada, hay una escena genialísima–, pero siempre podéis optar por cerrar los ojos o pensar que los órganos de las víctimas están hechos de golosina –es muy posible que así sea, como pasó en cierta escena de la primera temporada de Game Of Thrones– y a ver si no os da tanto asco. Ahí sois vosotros quienes tenéis que decidir.


La segunda temporada de Santa Clarita Diet se estrena mundialmente 
el 23 de marzo


Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x07 "The Elopement" De The Resident: "You Just Got Smoothed"

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Poco a poco, la narrativa de The Resident se va formando y cada vez nos vamos encariñando más con los personajes. En el episodio de esta semana se vislumbran algunos cambios que pueden ser muy interesantes de cara a la segunda mitad de la temporada. Si queréis conocer mis impresiones, no dudéis en seguir leyendo.

No me he podido resistir a hacer este gif
Uno de los casos de esta semana ha tenido que ver con la famosa ala VIP del Chastain. El Dr. Spalding Massero, también conocido como el Dr. Smooth –fan total del nombre– es, lo que podríamos llamar, el doctor de las estrellas y trae a un jugador de béisbol hiperreconocido, Bobby Singer–alguien ha estado viendo Supernatural, ¿verdad, amigos?–, a quien, en un primer momento, pensaba que se le estaba hinchando el pene a niveles estratosféricos, pero no, sólo era el muslo –¡Mierda! Viendo lo capullo que es lo hubiese llamado una “obra del karma”–. La prioridad es conocer qué le pasa a nuestro baboso amigo Bobby para que pueda volver a jugar lo antes posible y no perderse la World Series, que es lo más importante, más que la salud –nunca entenderé esto. ¿Se nota que los deportes no son lo mío, no?–. Conrad y Devon se ponen manos a la obra para averiguar qué le pasa, no sin tener algún bache en el camino. El primero de todos ha sido esa táctica no tan sutil de pedirle el teléfono a Nic para mandar camisetas y gorras a los niños del hospital pero, en realidad, ha servido para enviarle una foto de su pene que nadie, repito, NADIE, le había pedido. Ante esto, Conrad ha ido raudo y veloz a encararse con Bobby y decirle que eso es acoso sexual. Por una parte, me parece bien que Hawkins sepa este dato importante –cosa que todos, hombres del planeta, deberíais saber–, pero también estoy de acuerdo con lo que le dice Nic: nosotras podemos defendernos solas y encarar a un tipo ante su comportamiento tan asqueroso. Entiendo que, para Conrad, Nic es alguien a quien quiere mucho y no le gusta que le pasen este tipo de cosas, pero debería dejarle a ella lidiar con sus asuntos, y esto entra dentro de esa categoría. Además, ese gesto ha hecho que no pueda volver a tratar pacientes del Dr. Smooth, lo cual es una putada cuando eres médico. El segundo bache ha sido el propio paciente, el cual es un chulo de pelotas que no quiere hacer caso a los médicos o, al menos, a Conrad. Esto ha llevado que tenga un embolia pulmonar que ha puesto en peligro su vida. “Tenemos que tratar a todos, desde a sexistas hasta nazis”, le dice el Dr. Wilmot, pero la respuesta de Hawkins me ha encantado: “Sí, y podemos seguir tratándolos, pero no está escrito que los pacientes tengan permitido mandarles fotos de sus penes a las enfermeras”. ¡Boom, ese es mi chico! Quien no parece tener muy claro esto es el Dr. Bell, que sigue dando un ascazo allá por donde va. Piensa que a Nic no le hubiese pasado esto si no le hubiese dado su teléfono. Vamos, que volvemos a culpabilizar a la víctima, que es algo que se suele hacer y es completamente erróneo. Ella dio su teléfono con un propósito y, si veis bien la escena, se lo da con ciertas reticencias, pero lo hace por los niños del ala pediátrica para que tengan cosas guays. El otro ha sido quien se ha pasado ese propósito por el forro del contenido de la imagen que le ha mandado. Podemos decir que, con este comentario, Randolph es un machista de cuidado, y más bien tenerlo lejos, gracias. Finalmente, Bobby es diagnosticado con el síndrome de May-Thurner y le tendrá esta temporada y gran parte de la siguiente fuera de juego. Sinceramente, ver al Dr. Pravesh teniendo que lidiar con el Dr. Smooth en la sala de conferencias me ha parecido graciosísimo, además de estar todo aderezado con los gestos de Conrad –no sé si os habéis dado cuenta, pero la gestualidad de Matt Czuchry me parece simplemente maravillosa, menudas caras que pone a veces–. Además, Devon ha demostrado ser un fanboy de Bobby, lo cual me parece especialmente adorable. Sobre Massero, sólo decir que es un gilipollas –sí, con todas las letras–, un oportunista y un cobarde, en el sentido de que pasa de contar las malas noticias para que tengan buen recuerdo de él y seguir coleccionando clientes VIP como si fuesen Pokémons. Sobre Bobby, creo que tiene un problema con el sexo; ya que no puede jugar, se va a dedicar a tirarse a todo lo que se mueva, lo cual me parece patético, pero bueno. Al menos Nic se ha quedado a gusto enfrentándole–yo también–, con toda la tranquilidad del mundo, y ha obtenido una disculpa. Ay, qué orgullosa estoy de mi enfermera favorita.

¡POR FIN!
Una de las cosas que nos recalca The Resident cada semana es que los pacientes son lo que más debería de importar, no el dinero de los procedimientos. Esta semana lo han vuelto a dejar claro a través del caso de Darryl Phillips. Su diagnóstico es cáncer de pulmón en estadio IV, lo que significa que es terminal. Darryl deja bien claro desde el principio que no quiere ningún tipo de tratamiento, que se quiere ir a casa a pasar sus últimos meses lo mejor que pueda junto a su mujer. Ya vemos que Mary no está de acuerdo con su marido y que preferiría el tratamiento. Sin embargo, da igual lo que le diga Conrad al paciente, tiene bien claro lo que quiere, le guste a quien le guste. El problema viene de parte de la Dra. Hunter, y el resto de la pandilla de Oncología, quien insiste incesantemente con que se tiene que someter a quimioterapia, pasando por encima de los deseos de Darryl. No me extraña absolutamente nada que Hawkins se pille un cabreo de agárrate y no te menees, porque es lo mismo que cualquier persona decente haría. Darryl termina cediendo por algo conocido como la “sumisión a la autoridad”. Ante una persona de una autoridad reconocida como es un doctor, además de especializado en un área, se tiende a pensar que esa persona sabe mejor lo que quieres que tú mismo, sobre todo en algo que no eres muy ducho, por lo que terminas cediendo y que se haga lo que la persona autoritaria diga. Darryl, durante el proceso, no se muestra muy seguro del todo, al igual que Conrad, al que no le está gustando ni un pelo lo que hace Lane. Tampoco le está gustando la actitud de su “brother” Jude, quien se ha presentado como voluntario para hacerle la biopsia a Darryl. Si ya teníamos la relación amistosa entre Jude y Nic que no le hacía mucha gracia, ahora Hawkins se está tomando esto nuevo como algo personal, como una especie de traición. Puedo comprenderlo, pero creo que Jude solamente está haciendo su trabajo y aquí lo personal está interfiriendo innecesariamente. También me parece que Conrad pensaba que el Dr. Silva era más de su estilo, una persona que no duda en luchar por las injusticias que en el hospital y contra la corrupción que habita en él. Sin embargo, se ve que no. Durante la biopsia, Jude la caga y le provoca un neumotórax al paciente, por lo que tendría que estar otras dos semanas recuperándose. Esta es la ocasión perfecta para que Lane siga con su plan y le empiece a meter quimio hasta por las orejas, lo cual me parece peligroso teniendo en cuenta que el paciente no tiene su salud al cien por cien para enfrentarse a un tratamiento tan agresivo. Volviendo a Jude un segundo, parece que esa cagada permite que Conrad entierre un poco el hacha de guerra con su amigo. En un momento de inseguridad y preocupación, Darryl empieza a preguntar cuestiones clave que, gracias a las respuestas honestas de Hawkins, le permiten tomar una decisión inamovible: abandona el hospital con ayuda de Conrad y Nic. Esta ha sido una de las escenas que más me ha gustado del episodio; he sentido verdadera satisfacción al que cómo Darryl no ha terminado por caer en las garras de la Dra. Hunter. Pero mi satisfacción ha subido a unos niveles impresionantes con ese “Cuéntamelo todo”. Llevaba algunas semanas pidiendo el milagro y por fin se ha producido. Después de lo que Contad ha sido testigo en este episodio, no puede seguir haciendo la vista gorda, por muy mentora suya que sea Hunter. Me espero un poco de drama porque es muy doloroso que el altar que le tienes puesto a una persona se venga abajo, pero, al mismo tiempo, pinta muy entretenido. Hemos llegado al ecuador de la temporada, así que ya era hora de dar este pequeño gran paso.

Priyah, no caigas en el estereotipo
de periodista que nos venden
siempre, por favor
Otro que va a dar un gran paso, aunque no se sabe cuándo, es Devoncon Priya, su novia. Parece ser que los 150 invitados a la boda sólo serían familia y aquí veo drama para sentarlos a todos sin que discutan. La que os ha caído, amigos. Un detalle que me gustaría destacar de esa escena es que él le dice a ella que no le importa que llegue tarde a su trabajo. ¡¿PERDONA?! Mira, Devon, eras muy cuqui hasta este momento, que me parece un poco patinazo. Si tu novia tiene que irse ya para no llegar tarde a su curro, te das una duchita de agua fría y te quitas el calentón, gracias. En otro orden de cosas, en el episodio anterior vimos cómo el Dr. Pravesh está dispuesto a desenmascarar a la Dra. Hunter con la ayuda de Nic. Para esto, ésta le dice que por qué no le dice a Lane que quiere realizar un proyecto de investigación centrado en su clínica. De esta forma obtendrían más datos. Lane lo rechaza por completo y Devon ve que su novia, que es periodista, podría ayudarle. Priyah estaba investigando un caso en el que una serie de personas enfermas de cáncer había contraído la enfermedad a través de agua tóxica. Devon le pregunta si alguno de los entrevistados es paciente de la Dra. Hunter. Priyah dice que no pero que buscará. Más tarde, le dice que ha encontrado a cuatro pacientes y que los intentará entrevistar. Devon, en esta ocasión, está un poco más callado de lo normal –¿algunas dudas? Sería lo normal al ver la que se puede montar–, a lo que Priyah le dice que respeta mucho su trabajo, pero que ella va a hacer el suyo si hay una historia que contar ahí. Devon termina diciéndole que vaya a por ello, así que pronto tendremos novedades en este aspecto. O al menos espero. Como dije antes, ya era el momento adecuado de tomar cartas en el asunto de Lane y que esta segunda parte de la temporada se vayan desenvolviendo las cosas.

 Ellas dos juntas hablando de sus cosas ♥
Si la Dra. Hunter puede tener los días contados, también los puede ir teniendo el Dr. Bell. Los temblores han vuelto, por lo que la amenaza de cagarla a lo grande en el quirófano también lo ha hecho. Sin embargo, en este episodio no le hemos visto operar, sino más bien hacer malabares con la burocracia. Por un lado, Claire ha dejado claro que el Chastain ya no está entre los cincuenta mejores hospitales del país y que eso debería cambiar de inmediato. ¿Cómo? Trabajando en lo único que no le gustaría a Bell, la transparencia. Parece que otros hospitales están abriéndose más en esos términos y Thorpe ya ha dicho que el Chastain va a seguir su estela, pero bajo sus propios términos. Hasta ahí todo bien, luego se ha ido viniendo abajo cuando algunos miembros de la junta directiva han empezado a pedir la cabeza de Mina por la cagada del episodio de hace dos semanas. Ahí, en ese momento, que Bell haya salido a defenderla me ha parecido lo mejor y le he apoyado, pero realmente tiene un motivo de peso para hacerlo: Mina es la única que sabe de su condición que podría ayudarle a que su carrera no se fuese a la mierda por completo. Por eso empieza un acercamiento con Mina, pero la Dra. Okafor no está muy por la labor. Mina no perdona que Randolph la tirase a los pies del caballo para que ella se responsabilizase cuando fue una de sus víctimas en una situación de alta tensión como es una operación múltiple. Lo que más me gusta es que ella utiliza las mismas palabras que utilizó él para darle en toda la diana. Lo que termina de rematar a Bell ahí mismo es que Mina ha pedido permiso a la junta de residencias para trabajar junto a la Dra. Kays durante los próximos tres meses, por lo que no trabajaría más con Bell. ¿Otro momento de derrota para Bell? Su conversación con Claire. Ahí noto claramente hostilidad. A Claire no le ha gustado nada de nada que Bell la desafiase en la junta directiva, por lo que, por el momento, Bell no va a tener ocasión de discutir con ella sobre todo el tema de la transparencia. Sin embargo, sabemos que el Dr. Randolph Bell no se da por vencido nunca, así que le va a seguir insistiendo a Mina para que vuelva a trabajar con él, esta vez con una operación muy delicada en un cliente VIP. A cambio, Bell le promete el oro y el moro: sus habilidades tendrán repercusión internacional y, a corto plazo, impresionará a aquellos que dudan de ella en la junta directiva. A pesar de todo eso, Mina lo vuelve a rechazar, pero Bell saca a relucir su título como Jefe de Cirugía para denegarlo. Durante todo este proceso, Okafor no acude a Conrad como solía hacerlo antes, sino que ha encontrado un apoyo más cercano, Nic. Si ya me gustó bastante verlas haciéndose amigas y hablando en el anterior episodio, su conversación en el ascensor me ha encantado. Gracias a la opinión sincera de Nic, Mina tiene una idea que, para mí, me parece brillante. La forma que tiene de quitarse de encima a Bell es yendo directamente a la junta directiva, por lo que les agradece cara a cara la segunda oportunidad que le han dado y de asistir a Bell en la cirugía importante del VIP. Lo mejor de todo es que Mina se muestra superhumilde y cándida sin que se note mucho que todo es un falserío total, siguiendo el ejemplo de las relaciones en las altas esfera de ese hospital. Esto provoca que Claire empiece a tener más cuidado con Bell y no ser tan amiguita suya, o al menos eso es lo que se ve en la última escena entre ellos dos, mucha más hostilidad, frialdad y a un Bell con el culo completamente al aire. Ay, cómo me gusta verte así, Randy, sin opciones y a punto de que te pillen
cagándola pero bien.

¿Me puedo quedar a vivir en este gif?
En cuanto a las relaciones personales, la semana pasada vimos que Conrad estaba preparado para pasar página en el tema de Nic. Es por eso por lo que ha decidido acostarse con Noni. El plot twist aquí es que ha sido realmente Noni quien ha utilizado a Hawkins para superar la ruptura con su ya exnovio, Tucker – yes, girl!–. Cosas como estas corren como la pólvora en un hospital, así que todo el mundo se entera del polvo random entre estos dos y se lo recuerdan a Conrad, por si se le había olvidado. Por si fuera poco, la lucha por ver quién la tiene más grande entre Conrad y Jude sigue en curso, ya sea por el nuevo interés que tiene el Dr. Silva en Nic o porque Hawkins se siente traicionado por su amigo. Tras el incidente entre Bobby y Conrad y la cagada de Silva con Darryl, Jude le dice a Nic que lo que ha hecho su exnovio ha sido por ella, porque la sigue queriendo y que ahora es ella quien tiene que decidir si también lo sigue haciendo. Ya les han recordado en este episodio que hacen una pareja muy mona. Habrá que ver si todo el asunto con la Dra. Hunter les une más o qué va a pasar entre los dos. Tengo mucha curiosidad.

En general, el episodio me ha gustado muchísimo y, cada semana que pasa, los 43 minutos que dura me saben a poco. ¡Necesito más! Este ha tenido de todo, mucho más movimiento, las tramas van avanzando y vemos cómo los personajes van progresando ante un sistema cada vez más corrupto y menos preocupado por los pacientes. Con el paso de los episodios me gusta mucho más la perspectiva desde la que cuentan la trama, una más cruda de la que solemos ver en los dramas médicos en emisión, más dura. Espero a partir de ahora que Priyah salga un poco más, que la veamos interactuar con más gente y ahondar en su relación con Devon. Tenemos dos tramas, la de Bell y la de Lane, que me parecen muy interesantes y esto se va animando más. Ojalá no decaiga en los siete episodios restantes que nos quedan de temporada.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido este episodio? ¿Os ha dejado con ganas de más? El apartado de comentarios está a vuestra disposición.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: ¿Os habéis dado cuenta de que sólo hay cuatro mujeres en la junta directiva de un total de doce personas? Inadmisible.
P.D.D: Por favor, más interacciones entre Nic y Mina. Quiero verlas tomándose unas copas o hablando hasta del tiempo, pero, por favor, quiero más.
P.D.D.D: Madre mía, qué pelota Claire con el tal Bobby. Tenía que hacer acto de aparición, que si no le daba un síncope. No me extraña que se lleve bien con Bell.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica del 8x11 "Dead or Alive" de The Walking Dead: Otra mierda de episodio

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Me estaba planteando escribir un titular para esta crítica más ingenioso, más sutil, pero luego pensé... ¿para qué? Si los guionistas de The Walking Dead no se han esforzado en construir una narrativa decente esta temporada, mucho menos me voy a esforzar yo en buscar eufemismos con los que calificar su mierda de escritura. Por tanto, y para darme un respiro, me voy a tomar la libertad de traeros una crítica que se sale de lo habitual, pues más que una 'crítica' es una lista de deseos y pensamientos aleatorios que me gustaría compartir con vosotros.

1 - Si tenemos que tragarnos este ñordo de temporada, ¿por qué no hacerlo con sexo e insultos?The Walking Dead ganaría mucho más si hubiese culos, tetas y rabos por todas partes y los personajes dijeran "FUCK YOU". Si nos van a matar de aburrimiento y de estupidez, al menos que lo hagan con algo de folleteo y groserías de por medio.

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FUCK. Dilo: FUUUUCK.

2 -¿Os imagináis qué pasaría si los personajes estuvieran bien escritos y dijeran cosas de interés? ¿Si las tramas no fueran un refrito de lo ya visto en temporadas pasadas? ¿Que quizá esta serie no se habría convertido en un truño moruño, a lo mejor?

3 - Cuando me puse a ver The Walking Dead nadie me informó de que tendría que tragarme las aventuras y desventuras de un cura que lo flipa demasiado. En cierto sentido, sus inconsistentes vaivenes emocionales nos recuerdan a Rick: ahora soy malo, ahora bueno, ahora no creo, ahora sí... el caso es que los guionistas han pensado que sería buena idea dedicar un episodio a Gabriel creyendo que "Dios les guía" para luego descubrir que "lol no". Porque Dios les ha olvidado. ¿Quién iba a decirlo en la octava temporada de un drama sobre un Apocalipsis zombi, imbécil?

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JAJAJA este gif es mejor que todo este episodio.

4 - Tiene gracia, pero siempre me fijo en la extra pelirroja del grupo de Alexandria. ¿Os habéis fijado en ella vosotros también? Qué bien mantener pelazo en medio de un Apocalisis zombi. Solo por eso ya me cae mejor que casi todos los protagonistas. Lo cual, si os soy sincero, tampoco es nada demasiado meritorio porque casi todos me importan un rábano.

5 -¿Quién mierda pensó que sería buena idea que MORGAN, que aburre a los MUERTOS, sería un "traspaso" estrella de The Walking Dead a su spin-off, Fear The Walking Dead?¿Quieren que se vuelva una serie incluso peor de lo que ya es? ¿Nos odian? ¿Es eso, verdad?

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JAJAJAJJAJAJA

6 - Menuda tontería el drama de Tara y Dwight. Debería haberle metido una bala en la cabeza desde el primer minuto y punto en boca ya. Ni buenismos ni hostias. Que me encantaba Denise. Basura de serie, por cierto, por cargarse siempre a los que de verdad molan.

7 -¿Os imagináis lo rabiando que estarán las heteros de Oceanside? Por fin tienen un hombre bastante guapo en el campamento... pero es gay xddddd. Y a todo esto, que Enid ya ha regresado a Hilltop sin ningún percance. Esto parece una de esas fraudulentas elipsis narrativas que tanto se criticaron en Game of Thrones. El mundo está en ruinas y salpicado de zombis, pero a veces viajan con la misma facilidad que Heidi por las verdes colinas de los Alpes. Ojalá estuviese yo allí, feliz como una perdiz, haciendo la croqueta desnudo por las laderas y comiendo queso en vez de viendo esta tontería de serie.

8 - Los planos de Negan y su bate ya aburren. Porque sí, pillamos la sutil metáfora de que el bate simboliza su pene, su virilidad, su poder... pero basta. A otra cosa ya, por favor. Si no es el rabo de verdad de Negan yo ya no quiero ver más el puñetero bate.

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Y ya está, creo que eso es todo. Si el próximo episodio mejora me molestaré en volver a hacer una crítica y análisis decentes. Un abrazote para todos, compañeros y compañeras de tortura.


Isidro López (@Drolope)

Cómo ir de más a menos, by The End of the F***ing World

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¡Hola, amigos! Estos primeros meses del año se han vuelto intensos para algunos de nosotros, con una cantidad de apuntes y cosas que hacer impensable, pero siempre intentamos sacar tiempo para ver algo interesante. A raíz de una clase de mi carrera, comencé a ver la serie que está volviendo loco a medio Twitter (que en verdad no entiendo el por qué, pero bueno, yo qué sé). Hoy hablamos de la nueva comedia de Netflix, The End of the F***ing World. ¡Comenzamos!

La nueva comedia original de Netflix, basada en la serie de cómics de Charles S. Forsman, está triunfando por todo el mundo gracias a su característico humor negro y a sus momentos surrealistas. Ya es una de las series con más éxito de la compañía y de hecho se está hablando de una posible segunda temporada. Por todos estos factores, la serie estaba poco a poco captando mi atención, hasta que finalmente, gracias a mi clase de Guión Audiovisual (gran asignatura, por cierto), tuve que empezar a visionarla. Y no sé si os va a gustar lo que tengo que decir.

Técnicamente, The End of the F***ing World es una de las mejores series de la actualidad. Ha conseguido enganchar a un gran número de seguidores, haciendo que los jóvenes de hoy en día puedan identificarse con personajes afines a ellos y con un humor negro que solo una serie de este estilo puede conseguir. Pero hasta ahí llega lo excelente de esta serie.

Hay un pilar fundamental en esta serie, que es lo que hace que pensemos que The End of the F***ing World es una serie diferente y que hace que nos enganche: los personajes principales. James y Alyssa representan una generación de jóvenes insatisfechos con su vida y con su futuro, que no tienen esperanza en que su existencia vaya a mejorar. Ese es el principal punto fuerte de la serie, algo sin el cuál la serie se desmoronaría.

Estos personajes principales hacen que veamos esta serie de una manera distinta. Nos olvidamos de lo que es lo "normal" y entramos en un mundo donde vemos sangre de la manera más ordinaria y no nos resulta extraño ver cómo el protagonista asesina animales sin ningún tipo de pena, porque en la vida de estos protagonistas esto es algo normal. Es algo muy característico de este mundo: desde el primer momento te mete en ese mundo salvaje en el que viven los protagonistas que es la vida normal para una persona sin el mismo pensamiento que los demás, la vida de un marginado.

El último punto positivo que tiene la serie original de Netflix es su sensibilidad artística y su gran maestría a la hora de crear planos excelentes y que se te queden en la memoria. Una fotografía exquisita y una manera de contar historias que hacía mucho tiempo que no veíamos en una serie de adolescentes. Bravo.

Y aquí terminan las cosas buenas que tiene la serie de Jonathan Entwistle. Prepárense, cojan sus palomitas y siéntense, porque los haters de la serie se van a dar un festín que ni el de Bella y La bella y la bestia.

Como he dicho anteriormente, me parece que la magia de esta serie radica en la gran conexión que tienen los dos personajes protagonistas y en como se complementan a pesar de tener dos personalidades distintas. A raíz de eso, creo que el gran fallo de la serie (y necesario por otra parte) es el momento en el que James y Alyssa se separan. A partir de ahí, tenemos uno/dos capítulos soporíferos, que solo nos cuentan las aventuras que viven en solitario y que pierde gran parte de su fuerza narrativa. Un fallo, pero como bien he dicho, necesario.

A partir de ese momento, la serie se convierte en todo un drama, haciendo quedar a Dinastía como una mierdecilla (que lo es pero bueno, vosotros me entendéis). Toda la comedia negra que había conseguido en los primeros capítulos se queda en nada frente al drama constante de la segunda parte de la temporada, en la que entra en acción el padre de la protagonista y hace que me comience a aburrir como una soberana ostra (y son capítulos de 25 minutos, no deberían de aburrirme).

El interés por la serie va a menos, llegando a un final completamente planeado para una segunda temporada. Me encanta cuando los guionistas se hacen los remolones en plan "mmmm bueno, no sé si vamos a darle una segunda temporada, solo le hemos dejado un final abierto como una casa porque nos parecía lo más correcto".


Lo siento, amiga. No te creo. Espero que en una segunda temporada vuelvan a ese humor negro tan característico que tenía en los dos/tres primeros episodios y se dejen de dramas familiares y amorosos.

Conclusión: The End of the F***ing World es una serie que comienza muy bien, tanto en el aspecto narrativo como técnico, con grandes interpretaciones y que te engancha con un humor negro fabuloso, pero se desinfla muy fácilmente si alguno de los dos actores protagonistas falta. Habrá que esperar a la segunda temporada para ver qué sucede finalmente con la historia de James y Alyssa.

Y esto ha sido todo por hoy. Hacía mucho tiempo que no escribía un artículo, por desgracia las circunstancias de la vida y el trabajo han hecho que no tenga mucho tiempo para ver series, pero tranquilidad, dentro de poco habrá más artículos. Mientras tanto, ¿qué pensáis de The End of the F***ing World? ¿pensáis que es una de las series revelación del año? ¿o pensáis que ha sido la serie más sobrevalorada de estos últimos meses?



La segunda temporada de Jessica Jones la salva el carisma de su protagonista

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Mucho se ha hablado, y no precisamente bonito, de la segunda temporada de Jessica Jones. Tras una primera temporada fascinante y rompedora, que nos trajo una "antiheroína" que realmente se salía del molde, Jessica Jones ha regresado con un arco argumental más "convencional": enfrentar a Jessica a sus orígenes, como nos contaba Irene Galindo, nos ha terminado dando una temporada correcta, pero no tan original ni brillante. No creo que haya sido mala –decir eso sería demasiado–, pero sí creo que le ha faltado mucha chicha. De no ser por Jessica, probablemente habríamos olvidado todo lo sucedido a los cinco segundos.


Lo primero que tengo que resaltar, porque me ha llamado mucho la atención, es lo poco que han invertido en efectos especiales. Normalmente no suelo fijarme en esas cosas, pero en ocasiones chirriaba esa falta de "espectacularidad" a la que nos tienen acostumbrados los mundos de los superhéroes. Basta mencionar el momento en que la pecera del acuario se rompe y cortan inmediatamente el episodio –para no gastarse un duro en destrozos–, o la huida de prisión de la madre de Jessica, que también es interrumpida rápidamente y queda "a la imaginación" del espectador. No ha habido ninguna secuencia de acción ni artística esmerada. Y esto no sería un problema si la narrativa hubiera sido lo suficientemente apasionante... pero no ha sido el caso.

Me encanta la Jessy. Me DESVIVO por ella. Los superhéroes me suelen importar un carajo, pero ella ha sido una de las pocas que ha logrado despertar mi interés. El concepto es totalmente genial: una mujer sarcástica y borracha que parece una sátira de los superhéroes tradicionales. Krysten Ritter es la Jessica perfecta, pues funciona muy bien en las escenas cómicas al mismo tiempo que hace creíble toda la humanidad y dolor que se esconden tras ella. Es por eso que toda ella, todo su carisma, hacen que la temporada valga la pena. No hay un capítulo aburrido o tedioso. Todos son correctos. Y quizá ese sea el problema... porque no hay uno solo que llegue a resultar fascinante.

Mala cosa si uno de los mejores episodios es un viaje de la nostalgia... dirigido, por cierto, por Jennifer Lynch, hija de David Lynch, con mucha experiencia tras las cámaras de series. También dirigió el estupendo 6x02 "JSS" de The Walking Dead.

No voy a dar la lata con el "mimimi ichi di minis i Divid Tinnint", pero... mirad, un poco sí. El conflicto de la primera temporada fue, como decía, totalmente rompedor. Y no hablemos de la química de Tennant y Rytter. Esta temporada, sin embargo, el conflicto ha sido más clásico. Enfrentar a la heroína a sus enigmáticos orígenes y a traumas familiares. Y no digo que no haya dejado momentos buenos –en particular, que Jessica "despertara" y dejara de idealizar su pasado–, pero lo cierto es que esta trama está mucho más manida en el mundo de los superhéroes. Todos sabíamos por dónde irían los tiros, y cómo terminaría el asunto. La escena final con Jessica abriéndose, aceptando que necesita amar y ser amada, fue muy tierna, pero el viaje hasta ese punto no fue todo lo estimulante que debería haber sido.

Los secundarios tampoco han sido nada del otro mundo. Trish y Malcolm son un "pos vale" como una catedral, y Jeri, aunque espléndida y magnética como siempre, ha tenido una trama que reafirmaba su "soy mala porque mi coño lo disfruta" que tampoco me ha terminado de encantar. Al igual que con la historia de la madre de Jessica, sabía desde el principio por dónde querían llevar las cosas, y no me acababa de interesar. No estaba sorprendido ni "flipando" como lo estuve la primera temporada, porque han sido tramas convencionales que se quedaban demasiado pequeñas para el potencial de una serie como Jessica Jones. Si al menos se les hubiera dado una vuelta de tuerca, o hubieran sido llevadas con más ingenio o creatividad... pero ha faltado chicha por todas partes.

La relación de Jessica con el latino, por cierto, me pareció muy tierna y me gustó, pero incluso eso olía a "cliché" por todas partes. ¿Lo mejor? El momento "cerveza, enchilada". Puta ama.

Me ha encantado, como decía, todo lo relacionado con Jessica. Su viaje emocional, sus crisis existenciales al tener que asesinar de nuevo, y esa resolución final maravillosa de que ella, al poder controlarse, es mucho más fuerte que Killgrave y su madre. Todo eso CHAPÓ porque ella es estupenda y una absoluta bendición como personaje. Pero cuando hablamos del resto de la temporada, y me refiero al universo de secundarios, a la villana... siento que no han estado a la altura de ella. Esto no es un problema grave: la protagonista funciona, y eso es lo importante. Pero los guionistas deberán trabajar en una tercera temporada mucho más inspirada e ingeniosa si quieren volver a deslumbrar como antes.


Isidro López (@Drolope)

Crítica del 8x12 "The Key" de The Walking Dead: ¡¡Este episodio ha estado bien!!

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Ya hemos ido comentando a lo largo de las críticas lo infumable que está siendo esta temporada de The Walking Dead; tanto, que muchos decís en la sección de comentarios que no pensáis seguirla más allá de esta temporada. Y no os culpo. Pero lo cierto es que, entre tantos episodios mediocres, cuando uno es decente destaca como una farola en la noche. "The Key" sigue sin ser nada que salve la temporada, pero es intensito, molón y aceptable. Vamos a analizarlo –aunque manteniendo ese enfoque mamarracho que, según me decís, os gustó en la crítica anterior–:

Lo mejor que hizo Rick en toda la temporada ha sido quemar el bate de las narices.

En The Walking Dead parece que pasan cosas. Y digo parece, porque en realidad todo es una ilusión. La estructura de la narración, aunque cambie de protagonista y suceso, siempre es la misma esencialmente. Hay un personaje sufriendo, diciendo que hay que rendirse a la oscuridad –en este caso, Enid–, mientras que otro le rebate y le dice que deberían ser buenos y hacer algo más que solo sobrevivir –aka Michonne–. La tipa rarita de la furgoneta (¡aunque menudas risas con ella!) era solo una excusa para seguir haciendo girar esta cansina rueda de la reflexión moral que, más que a la iluminación, nos lleva al tedio, a la vergüenza ajena y a la desesperación.

Pienso que todo iría mejor si se centrasen en menos personajes, pero los desarrollaran bien. Es insufrible que los personajes vayan y vengan y se centren en ellos cuando les apetece, sin saber cuándo volveremos a verlos, y sean meras marionetas de la trama reflexivo-coñazo de turno. Mucho más interesante sería centrarnos en Rick y un puñado más en lugar de seguir a estos grandes ejércitos de randoms que no podrían darnos más igual. Porque The Walking Dead ha perdido el factor sorpresa. ¿Recordáis cuando Lori murió al tercer episodio de empezar una temporada?¿O las muertes inesperadas de Beth o Tyreese? Ahora, mientras veíamos luchar a Rick y Negan, sabíamos que nada pasaría porque la narrativa los está conduciendo a la "batalla final" y aún no pueden morir.



Saber que Negan es inmortal y tiene más vidas que un gato no es demasiado estimulante. Se puede ser hábil y fuerte, pero esto es pasarse.

¿Pero por qué digo que el episodio ha sido molón? Para empezar, porque no me he dormido como con el anterior. Ha habido persecuciones de coches, movida en una fábrica abandonada llena de zombis y una traición ya abiertamente consumada de Simon, que The Walking Dead parece estar perfilando como el verdadero villano de la temporada. ¿Todo esto me emociona? Pues no, la verdad es que no, pero al menos el episodio tuvo muy buen ritmo y pasamos un buen rato con la señora de la furgoneta que ya mencionaba. Todo sigue siendo una mierda, pero al menos ha habido explosiones y tonterías y lo hemos pasado menos mal que de costumbre.

Os voy a contar cómo habría hecho yo las cosas:

1 - Para empezar, habría escrito a Negan de forma más consistente. Habría hecho un episodio centrado en sus esposas, cuya perspectiva The Walking Dead está pidiendo conocer a gritos. Menos ñordo-cura (que me das igual, Gabriel, IGUAL), y más saber qué sienten las mujeres que más próximas están a él, siendo repetidamente violadas y tratadas como objetos. A partir de ahí me habría aproximado a la figura de Negan. ¿Quién es él? ¿Quién era? ¿Por qué actúa así? Muchas preguntas aún sin respuesta. El carisma de Jeffrey Dean Morgan es enorme y reclamaba un personaje mejor escrito y mejor desarrollado. Una cosa es mantener cierta intriga, y otra no dar nada.

Lo siento, no me gusta criticarte, de verdad que tienes mucho carisma y eres un gran actor, pero las cosas como son.

2 - Luego habría quemado trama muchísimo más rápido. Todo lo sucedido esta temporada ha sido un torpedeo petardo. Esta guerra es estúpida, no tiene sentido que se prolongue tanto en el tiempo. Y, en cualquier caso, habría profundizado más en la perspectiva de los Salvadores para que realmente nos importaran y no fueran solo "gente inocente random a tener en cuenta". Menuda tontería de narrativa.

3 - Luego probablemente me habría inventado un romance entre Negan y Rick. Jajaja. Que ya me da igual todo. Habrían tenido hate-sex super ardiente y luego Michonne se habría enterado y habría puesto una cara tremenda... en fin, las risas. Y pensaréis: qué locura. Bueno. Ahora mismo Rick y Negan están luchando eternamente sin hacerse un rasguño, más dialéctica que físicamente, y haciendo bromas de penes. ¿Creéis que la realidad es mejor que mi idea? Lo dudo. La realidad es un zurullo, yo solo la mejoro con sexo gay.

NEGAN QUIERE A RICK DE ACTIVO.

4 - Más tarde toda esta guerra pedorra habría sido interrumpida porque habría llegado un ejército de Corea del Norte a conquistarles. GIRO DE LA TRAMA. Todos los randoms morirían y Negan y Rick deberían unirse para combatirlo. Como resultado sobrevivirían solo el puñado de personajes que aún nos importan y deberían irse a empezar de nuevo. ¿Tal vez estudiar la búsqueda de una cura? ¿Más sexo gay? Y plantear una trama seria sobre el aborto, porque no es creíble que a Maggie ni siquiera se le pase por la cabeza. ¿Tú querrías tener un crío sola en esas condiciones? Pues claro que no. Lo que siempre faltó también fue centrarse bien en Maggie, en su dolor, en su drama, no pintarla como un faro abstracto de luz y esperanza y fuerza y liderazgo. Muéstranos sus dudas, su dolor. Que es humana. Coño.

Y ya está. Creo que eso es todo por hoy. Me encantaría leer cualquier cosa que os apetezca, ya sabéis que siempre sois bienvenidos y bienvenidas a expresaros. Un abrazote.


Isidro López (@Drolope)

Crítica Del 1x08 "Family Affair" De The Resident: Fathers And Mothers, Sons And Daughters

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El nuevo drama médico de FOX, The Resident, sigue avanzando en sus tramas y nos desvela algunos nuevos detalles de sus personajes, los cuales se vuelven más y más interesantes, como en el episodio de esta semana. Si queréis conocer mis impresiones al respecto, no dudéis en seguir leyendo.

A todos nos gusta una reunión familiar
En este octavo episodio, el Chastain se ha vestido con sus mejores ropas para albergar una gala benéfica y así conseguir fondos, que parece que es lo único que importa en este maldito hospital, mientras los residentes están trabajando como si no hubiese un mañana. Por supuesto, hemos podido ver al Dr. Bell y a la Dra. Hunter besando algunos culos para que caiga un poco de dinerito y vaya a parar a comprar cafeteras de capuccinos en el ala VIP–gracias, Conrad, por esa información–. Esperemos que parte de lo recaudado vaya a Urgencias que, como vimos unos episodios atrás, había sufrido algunos recortes y, durante la gala, se han notado. También está por allí la Dra. Okafor que, como bien dice ella, figura más para dar a entender que es porque la diversidad importa y que el Chastain es como una hermanita de la caridad con residentes con visa que para otra cosa. De verdad, que alguien le haga una estatua a Mina porque no nos la merecemos, menuda diosa nos ha caído del cielo. Cada día me gusta más que no tenga filtro y diga las cosas como son, es refrescante viendo cómo es la situación en el hospital, llena de hipocresía por doquier. Mientras la peña se está poniendo de canapés, de sushi y champán hasta el culo, una sin techo entra en la sala ante la cara de asco e incertidumbre–pero más de asco, para qué negarlo– de los presentes. Hasta allívan raudos y veloces Conrad y Nic, que estaban viendo cómo Mina pedía ayuda con su mirada de “¿Qué mierdas hago aquí si yo quiero currar?”. Nuestra amiga Jane Doe parece que se queja de que tiene algo en los oídos, unas aparentes voces, y termina por desplomarse en el suelo. Cómo no, Randolph haciendo todo el paripé. Tío, ese gestito de limpiarte las manos como si la pobre fuese chusma te ha quedado TAN bien. Este señor cada día me repugna más. En un primer momento todo apunta a una enfermedad mental, además de una infección de oído, heridas superficiales y poco más, pero el caso se pone cada vez más interesante con algunos detalles, como que no tiene ni drogas ni alcohol en sangre, que le han echado de otro hospital y que está mentalmente estable. El primer impulso de los mandamases es llevarla a algún lugar donde no enturbie la vista tan preciosa del hotel –qué rabia todo–, pero al final el Dr. Bell termina sugiriendo que se llame al Atlanta General, hospital del que la han echado, con la amenaza de que, si no recogen a su paciente, terminarán filtrándolo a la prensa. A la pobre se le termina colapsando un pulmón –no sabía que ver a Conrad intubando a una persona podría resultar tan sexy pero SÍ– y Mina lo arregla. Al echar un vistazo al pulmón temen que pueda ser desde un cáncer a cualquier cosa, pues no pinta nada bien. Mientras tanto, Mina también se da cuenta de una cosa: nuestra desconocida tiene un bolso carísimo con un nombre, Sara Ravenscroft, quien resultar ser la verdadera identidad de Jane Doe. Los Ravenscroft son gente de pasta –filantrópicos, para más señas– de Savannah y Sara decidió pasar de sus padres para dedicarse al mundo artístico. Si ya saber que una indigente realmente es una tía forrada de pasta puede resultar un shock, que parezca que sus padres reniegan de ella porque “es esquizofrénica paranoide” me parece otro. Entiendo que la situación pueda llegar a ser muy frustrante porque, personalmente, no puede hacer mucho, pero por un hijo se debería llegar hasta el fin del mundo para que no le pase nada. Entre tanto, Conrad le cuenta a Bell quién es en realidad la desconocida. Me encanta la conversación entre estos dos, el tono que usa Conrad, llevando a Bell justo a donde quiere y haciendo que parezca que sea a él a quien se le ocurre la idea de rechazar al Atlanta General y poner a Sara en el ala VIP. Desde que Sara es quien es, la actitud de Randolph da un giro de 180 grados. Por la “chusma” ni se preocupa, pero dale un ricachón y el tío pierde el culo al instante. Por eso, cuando los padres de Sara llegan al hospital y Conrad y Nic necesitan más tiempo para averiguar qué le ocurre a la paciente, Randolph intenta darles más, como mucho una hora. Finalmente, con los síntomas que tiene, Conrad y Nic dan con el diagnóstico: granulomatosis de Wegener, una rara enfermedad autoinmune curable que le provoca pequeñas lesiones en todos los órganos, incluido el cerebro. Cómo no, los padres se fustigan preguntándose si Sara los perdonará. ¿Qué queréis que os diga? Que personalmente me los creo poco pero, bueno, parece que todo termina saliendo bien, a pesar de que Sara tenga el miedo en el cuerpo de que vayan a internarla. Yo también hubiese reaccionado así. La pobre ha debido de pasarlo supermal. La escena final del episodio me mata totalmente. Bell acercándose a la habitación de Sara con claras intenciones de pedirle a sus padres que apoquinen un poco, Conrad y Nic, que lo tienen supercalado, diciéndole que a lo mejor no es buen momento, y el otro soltando que “no todo gira en torno al dinero” y que esperará “unos días”. ¡JA! Ni Conrad se lo cree (“Volverá antes de la comida”). Ay, Randolph, que ya nos conocemos.

Padres sólo hay unos
Por otra parte, tenemos a otro paciente, Channing, que ha atravesado una puerta de cristal y algunos pequeños trozos han ido a parar a su ojo izquierdo. Gracias a Channing tenemos de vuelta a Irving, que en el anterior episodio no le vimos y, personalmente, le eché un poco de menos. Nuestro paciente es un escort masculino, detalle que llama bastante la atención a Irving y a Devon, a quien Conrad ha terminado llamando porque Urgencias estaba desbordada. Como se puede comprobar, a Channing se le da bien hablar con la gente, como pasa con la paciente a la que intenta calmar o como con Devon. En este episodio, hemos podido conocer un poco más a Pravesh a través de sus padres, una pareja de inmigrantes hindúes que se han sacrificado para que su hijo pudiese tener una carrera en el mundo de la medicina. La cena entre Devon, Priya y los padres de él se puede calificar como tensa de pelotas. A Priya le gustan sus padres, pero da la sensación de que a ellos no les gusta ella, o si lo hacen no lo parece, pues son cortantes con ella por el tema de la boda. Ellos quieren mantener el número de invitados en 150 y que sea una boda íntima y pequeña, mientras que los padres de Devon quieren optar por algo mucho más grande. Si a esto se le añade que los padres de Priya son de clase alta y que ellos no conocen a los Devon, la cosa es todavía más tensa. El conflicto que hay aquí es muy simple: dos personas de familias de clases diferentes se enamoran y temen que, por lo que han sufrido sus padres debido al clasismo, no puedan casarseo algo vaya mal. Sin embargo, se ve perfectamente a través de Priya que la decisión de casarse es de los dos, de ella y de Devon, no de los padres de ninguno, y que si no les hace gracia, los progenitores se tendrán que aguantar. Pero no se pueden borrar las heridas del pasado, los juicios de la gente por ser de diferentes estatus y los miramientos por encima del hombro. Channing, en este caso, resumen muy bien qué significa el sistema de castas en la India y cómo afecta a las personas que están en los diferentes estratos. Por su parte, Devon se avergüenza un poco de los problemas con el dinero y el orgullo de su padre como, por ejemplo, se ve durante la cena y con el tema de la boda. Channing, ya recuperado después de una operación de urgencia, da con la clave de todo el asunto: Devon también tiene sus propios problemas con el dinero y el orgullo, ya que teme que su familia “no dé la talla” frente a la de Priya. También ha visto cómo su padre ha sufrido muchas humillaciones por ser inmigrante, pero, en realidad, es una persona que ha salido adelante con mucho esfuerzo, valentía y sacrificio, y parece que el resto de la gente no tiene eso en cuenta cuando le ve. La conversación entre padres e hijo ha sido preciosa: él reconociendo lo orgulloso que está de ellos, que quieren que finalmente conozcan a los de Priya y que la boda honrará las tradiciones de ambas partes. No obstante, creo que los padres tienen parte de culpa de que Devon tenga también esos problemas que comparte con su padre, pues me aventuraría a decir que éste se los ha pasado a su hijo con su comportamiento. Está muy bien educar a los hijos dentro de la preocupación por el dinero o de su cuidado, que no gasten en exceso pero que se den un capricho de vez en cuando, pero no tan al extremo de contar los centavos de todo o querer fardar de estar empapelado en dólares. Creo que no está de más ver que los padres tienen sus fallos como todos, no que estén en un pedestal perenne.

♥ LA QUIERO MUCHO ♥
Como decía antes, Mina es una diosa que nos ha caído del cielo y parece que alguien más también se ha dado cuenta de ello. Micah, un viejo conocido nuestro del segundo episodio, está coladito por la Dra. Okafor, que pasa de tener citas como yo de comer mierda. Con la excusa de la revisión al mes del trasplante, Micah se pasa un poco con las peticiones del oyente y pide que Mina le examine la cicatriz, que parece que la tiene un poco irritada. Por su lado, Mina sabe perfectamente de qué va todo esto y se medio niega, pero por no hacerle el feo al chaval, pues cumple porque es toda una profesional. Sin embargo, Micah se inventa una excusa de mierda–nivel de Mariló Montero cuando dijo que cuando te trasplantan un órgano, también lo hacen con parte del alma de esa persona. Madre mía, Mariló, qué perlas nos diste y qué poco te echo de menos– para tomar un café con Mina. Como se le acaba el turno pronto y le cae bien, decide picar, pero ella se toma una pequeña revancha al seguirle el juego y descubrir la mierda de excusa que ha puesto. Me encanta que Okafor sea sincera y directa desde el minuto uno: “Me gustas. Creo que eres un buen hombre, pero no salgo con pacientes. Estoy enfocada en mi carrera y lo demás es una distracción innecesaria. No puedo darte lo que pides”. Yo lo digo desde ya: Micah, eres un cuqui pero MUY PESADO. No para de insistirle y llamar su atención para ver si cambia de opinión. No sé hacia dónde irá esto, pero shippeomás a Mina con Nic que con Micah. Al menos Nevin entiende el idioma y cuándo tiene que parar, que este chaval parece que no.

Mirando al tendido
Hablando de Nic y Conrad, por el momento siguen como amigos, la cosa va lenta –¿a lo mejor lo dejan para la season finale o tendremos movimiento en esta área un poco antes?–, pero verles sin menos tensiones y trabajando juntos como un equipo, algo que también vimos, más o menos, la semana pasada, les sienta estupendamente. Se conocen, saben cómo trabajan y se complementan bastante bien. Si lo de entre estos dos no saliese bien, también me gustaría verles como amigos, estaría contenta con la decisión. Sin embargo, la mayoría estamos esperando a que se den cuenta de que realmente se quieren, que quieren estar juntos y se den otra oportunidad. Por ahora, os animo a disfrutar de esta etapa como amigos y, sobre todo, de reconexión, que les hace bastante falta.

En general, otro episodio que me ha gustado y ya vamos ocho así. Sigue resultándome tremendamente interesante, sacando enfermedades y síndromes que no tenía ni idea de que existían, con estos personajes en los que vamos profundizando y conociendo más y más, y con un ritmo trepidante. The Resident me tiene comiendo de su mano –lo digo abiertamente por si no se había notado nada– y estoy encantada. Me deja con ganas de más cada semana y, en el momento en el que estamos con tanta oferta de series, eso me parece todo un logro. Para mí, va por buen camino –las audiencias han mejorado esta semana– y espero de verdad que renueve. Creo que se lo merece de veras –crucemos los dedos, por favor–.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Os está gustando la temporada? ¿Echáis algo de menos? Dejádmelo en los comentarios.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Mina con el vestido amarillo se me va a quedar grabado a fuego en la mente. Wakanda forever!
P.D.D: Mina diciendo lo del bolso y Conrad con ese “¿Cómo sabes tú eso?” me da a entender que Okafor sigue siendo estando llena de sorpresas para todo el mundo. ME ENCANTA.
P.D.D.D: El momento en el que Conrad conoce a los padres de Devon ha sido supermono, pero que haya tenido el detalle de mentirle a Randolph sobre quiénes eran para que no los echase me ha parecido increíble.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica del 8x13 "Do Not Send Us Astray" de The Walking Dead: El nabo de Michonne

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El nuevo episodio de The Walking Dead nos ha traído los diálogos de mierda y las memeces de siemprepero, afortunadamente, ha sido bastante mejor de lo habitual. Yo ya estoy bastante harto de la serie y no creo que ello tenga solución posible a estas alturas, pero ha sido un gustazo ver unas cuantas escenas muy potentes entre los cinco grandes pilares de la serie –Rick, Michonne, Daryl, Carol y Maggie–, además del momentazo del episodio que ha involucrado un nabo, para variar. Pero no el de Rick ni el de Negan... ¡sino el de Michonne!

Porque sí, amigos: Michonne le ha guardado un nabo a Rick. Imagina que llevas ocho temporadas en una serie y tu gran motivación para seguir adelante es proteger a tu hijo. Imagina entonces que muere por salvar a un random tras un desarrollo pobremente escrito y que tu novia intenta darte algo de consuelo con un nabo. Un nabo que ha robado del huerto y reservado especialmente para ti, su churri. Un nabo que esconde tras de sí muchísimo amor, un detalle cargado de cariño y significado. ¿Y quizá una metáfora sexual? ¿Una alegoría de un pene? No saltemos a conclusiones precipitadas y analicemos la escena.

Pa' nabo tú, pa' nabo yo, Nabo War.

Realmente no sabemos de dónde ha obtenido Michonne ese nabo. Sabemos que en Hilltop se dedican a la agricultura, pero también que están atravesando una escasez grave de alimentos en este momento. Todo parece indicar que Michonne ha hecho un gran esfuerzo para hacer llegar ese nabo a Rick. Sería gracioso pensar que lo ha robado como apuntaba antes aunque, conociendo el espíritu noble de Michonne, lo más probable es que lo haya apartado de su propia ración de comida para dárselo a Rick. ¿No es eso hermoso?


Pero no debemos quedarnos en la literalidad del nabo. Debemos ir más allá y reflexionar acerca del significado que los guionistas querían otorgarle a esta escena. Es preciso tratar de acercarnos a esas mentes prodigiosas de la sala de guionistas, al momento exacto en que pensaron que sería buena idea escribir para Michonne la línea de diálogo"te he guardado un nabo". Ese nabo, más incluso que un elemento falocéntrico, posible queja silenciosa de Michonne por la falta de sexo, es en realidad un intento de la maestra de las katanas por hacer olvidar a su novio la muerte de su hijo. Carrlrlrlrl está muerto, Rick, pero te he guardado un nabo.

Es hermoso. Realmente bello. Esta escena de belleza sobrecogedora demuestra con tan pocas palabras la impotencia de Michonne, que no ha podido salvar a Carlrlrlrl, pero sí a ese nabo. Así trata ella de penetrar –jeje, ¿lo pilláis?– el bloqueo emocional de Rick. Michonne solo quiere que Rick deje de estar más frío que un frigopie y se siente con ella a llorar y comerse un nabo. Ese nabo es el arma de Michonne, un recurso que nos habla de mucho más. Una vez más, por tanto, me rindo ante la brillantez de los guionistas, porque me desarma su capacidad para emocionar.

Algunos pensamientos y apuntes random sobre el episodio para finalizar:

1 - Maggie es, de lejos, el mejor personaje que tiene ahora mismo The Walking Dead. La fuerza interpretativa de Lauren Cohan al decir "Maggie Rhee" me desarmaba completamente, y esto lo digo sin una pizca de sarcasmo. Su "thank you" a Rick fue hermosísimo y uno de los momentos más tiernos e íntimos del episodio, por no hablar de que resultó muy interesante ver a Maggie planteándose hasta qué punto actúa más por proteger a los demás que por la mera venganza. ¿Qué sería de la serie sin ella y Carol?

YAS QUEEN.

2 - El capítulo, como digo, ha sido bastante aceptable. Una masacre zombi en mitad de la noche y ver a Daryl disparando desde la moto han sido momentazos molones. El gran problema es que la serie sigue con demasiados personajes, dando minutos en pantalla a absolutos extras y desconocidos, y pretende que nos importe. ¿Cómo va a emocionarnos que Carol mate a su ex-ligue, si tan siquiera presenciamos su relación? Ojalá la serie se centrase, como dije en críticas anteriores, en solo un puñado de personajes bien escritos en lugar de este batiburrillo mierder.

3 -¿Tara va a morir? ¿O la flecha que la alcanzó es de Dwight y, por tanto, no está infectada? Me gustaría que me importase más, pero lo cierto es que Tara siempre ha sido un personaje con un gran potencial desaprovechado, sin demasiada fuerza. De su rabia por la muerte de Denise pasamos al "Dwight me salvó la vida y ha cambiado, lo cual acepto porque yo estuve hace tiempo también en un bando equivocado". Con The Walking Deadúltimamente siento que los cambios, los "vaivenes emocionales" de los personajes, si preferís llamarlos así, son pobremente explicados y un poco forzados. No me creo que su rabia se haya ido así como así. Les falta gracia, ingenio y una profundización realmente sólida y consistente en los personajes. Pero y qué no les falta, es la pregunta a estas alturas...

Y ya está, eso es todo. Un abrazote.


Isidro López (@Drolope)

Crítica Del 1x09 "Lost Love" De The Resident: The Treatment For Shitty Days Is Puppies

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Mientras que la semana pasada tuvimos cena de gala recaudatoria en el Chastain, esta semana The Resident se vuelve a meter de lleno en la medicina para traernos un episodio lleno de cosas bastante interesantes, con grandes descubrimientos y amigos de cuatro patas. Si queréis conocer mis impresiones, no dudéis en seguir leyendo.

Quiero abrazar a los dos fuertemente
En este noveno episodio algunas cosas han pegado un acelerónque puede sentarle muy bien a la trama. Una de las afectadas ha sido Lily, a quien conocemos desde el episodio piloto. Después del por casi trasplante de médula ósea que se la podría haber llevado a la tumba y que, gracias a Devon, no se realizó, Lily está cada vez peor; la última dosis de quimio ha sido tan fuerte, que pensaba que se moría y le ha dado un ataque de pánico. En una palabra, está aterrorizada y no me extraña en absoluto. La Dra. Hunter ya ha dado demasiadas señales de que los deseos de los pacientes se los pasa por el arco del triunfo y que hace lo que le da la gana, sobre todo en su clínica, donde es dueña y señora del cortijo y allí no hay quien la tosa. Lily ha decidido acudir a Nic y a Conrad para que le aconsejen qué hacer porque ya no puede más. Nic le ha dicho que la va a remitir a otra oncóloga, la Dra. Osder, y que esta repase todo su historial médico para ver si el tratamiento es el mejor o se lo cambia. La presencia de Lily en el Chastain motiva a que Nic y Conrad vayan pensando qué pueden hacer con Lane. Desde que Pravesh le preguntó si podía hacer un proyecto de investigación sobre su clínica, Hunter tampoco se fía de él, así que le toca a Conrad hacer el paripé ante ella para mantenerla como “amiga” y que no sospeche de él. Toda la conversación me parece brillante, más que por el diálogo, por el juego al que estos dos están jugando y me da que ambos son muy conscientes de ello, al menos Conrad sí que lo es. Hawkins va de “pobrecito que soy, perdóname porque me he metido en tu terreno y no debería haberlo hecho”, se hace el niño bueno. Por su parte, Lane tira de la carta de “es muy difícil para mí ver cómo mis pacientes se debilitan y pueden morir”, además de fustigarse por el “error” –en su caso no me parece un error, sino más bien que la pillaron con el carrito del helado y no pudo hacer lo que quería– que tuvo con Lily. Las lágrimas han sido un toque estupendo, el victimismo la sienta estupendamente, pero Conrad no se lo traga–esos cambios de cara de Matt me han parecido buenísimos–. Como ya vimos hace un par de semanas, Devon había animado a Priya que investigase a la Dra. Hunter y hablase con sus pacientes. En esa misma reviewcomentaba que me gustaría que ella interactuase con más gente y parece que me han escuchado, dado que hemos visto cómo Priya ha conocido a Conrad y a Nic. La periodista les cuenta que ha hablado con quince personas y que todas la dicen lo mismo: “La Dra. Hunter me salvó la vida”. Sin embargo, las altas dosis tienen sus efectos como daño cardíaco, infertilidad, una menor densidad ósea, pérdida de todos los dientes. Según Conrad, eso es algo normal de la quimio, pero lo que no es normal es que cuatro pacientes tengan remisión total de cánceres considerados como incurables. Este último dato dificulta mucho las cosas porque la gente podría no pensar en las consecuencias de esas altas dosis, el trasfondo que hay para llegar a la cura, si existe esa cura en verdad. Por su parte, Lane recibe la llamada de la Dra. Osder para contarle la situación y que necesita el historial médico de Lily desde que la diagnosticaron. Esta comete el error de contarle que Nic ha sido quien ha tenido la idea de la segunda opinión. Si ya la situación está tensa, el deterioro de la condición de Lily lleva todo un poco más allá. Hipotensa, con vómitos y la presión arterial por los suelos, Lily tiene más un pie en la tumba que en este mundo, desgraciadamente. Además, Hunter pasa por allí y, sinceramente, no pienso que sea para mejor –posteriormente se confirman mis sospechas–. Como se puede ver, Hunter se está quedando sola–Devon prefiere no seguir sus órdenes– y hace una jugada bastante aceptable: volver a meter a Nic dentro del cuidado de sus pacientes. Sin embargo, esta jugada podría haber sido maestra si Nevin fuese ciega, sorda o imbécil perdida –lo cual no es en absoluto–, así que llega tarde si pretendía conseguir algo. Quien podría sacar beneficio de este arreglo es Nic para indagar más sobre el asunto. Tengo curiosidad por dónde podrían ir los tiros con todo esto. A pesar de que la condición de Lily ha mejorado momentáneamente y que el cachorro –Cookie, eres una monada– le anima, la Dra. Hunter vuelve a estar por ahí acechando y mandándole a Nic que le ponga a la paciente una dosis exagerada de potasio, cosa que no le hace mucha gracia a la enfermera. Sin embargo, decide seguir las indicaciones de la oncóloga. Lo turbio de ese momento es la visita de Lane a Lily cuando está durmiendo. ¿Se trata de una despedida porque tanta cantidad de potasio se la va a cargar? A Conrad le pasó algo muy similar –pero sin ser adrede– con una paciente, como ya dijo en el piloto. Esta pregunta se termina de responder cuando vemos que la paciente empieza a empeorar rápidamente y Conrad se la encuentra con el pulso muy débil y en taquicardia. La escena me resulta devastadora, te deja totalmente por los suelos, sobre todo al ver a un Conrad desesperado, que no se da por vencido, pero que sabe que no puede hacer nada. Esto nos lleva a esa última escena, con Hawkins sentado en el suelo, destrozado y llorando, con el cachorro al lado. Con esta estampa quiero pensar que vamos a ver otra cara de él, a lo mejor más cañero con Hunter. Ya se habló en los comentarios de estas reviews de la posible muerte de Lily, que podría darse en la season finale o que podría ser el detonante del cambio de Conrad hacia Lane. Creo que no andábamos mal encaminados del todo: Lily ha terminado muriendo, faltan cinco episodios para el final de temporada y, aunque Hawkins ya no ve de la misma manera a su mentora, ahora podría ir con todas sus fuerzas. Espero que sigamos con esto en el próximo episodio porque se ha quedado interesantísimo.

Once años después y sigue tan guapo, ¿verdad?
En este episodio, el centro lo ha ocupado Conrad sin ninguna duda. No sólo ha tenido que lidiar con todo el tema de Lily, sino también con una visita de su pasado, Catherine, una antigua novia que fue, además, su prometida hace una década. Claro, la cara de Nic cuando se entera de esto es todo un poema y no podía ser menos. Nevin tiene la sensación de que hay una parte del que fue su novio que no conoce y, si tenemos en cuenta que este se abre poquísimo, pues la sorpresa es morrocotuda. Catherine pide que la lleven al Chastain porque sufre de un dolor abdominal agudo y, ¿quién mejor que Conrad para averiguar el porqué? La razón es que tiene una obstrucción intestinal que se agrava con el embarazo del que se acaba de enterar. Este último dato traslada la opción de una operación al último puesto de la lista, pero su condición empeora y tienen que llevarla a quirófano, con tan mala suerte que quien está de guardia es el Dr. Bell. Teniendo al Dr. Muerte al cargo de la operación del primer amor de tu vida, no me extraña nada que Conrad se tomase la gran licencia de ir a hablar con él ante el asombro de su interlocutor, aunque me parece sobrepasarse un poco, si os soy sincera. Hawkins le dice que ha llamado a Jude para que realice la operación, Bell no se lo toma muy bien pero se retira, no sin antes recordarle que “le debe una”. Cada día me cae peor Bell; ahora mismo le ha caído del cielo un puto milagro que ni él mismo se está creyendo. Así que, en realidad, no es que Conrad le deba una, es que él le debe una al otro. Pero, claro, no puede decir eso, que para él sería rebajarse. Me encanta el comentario de “he hecho miles de procedimientos como este”. Y yo digo: “Claro, ¿y con ese temblor cuántos, pedazo de listo?”.  Ay, Señor, lo que hay que aguantar… Si creíamos que la operación iba a ir viento en popa a toda vela, ha sido un FAIL tremendo. Cuando Jude y Mina se ponen manos a la obra, ven que el abdomen está lleno de sangre y que la muchacha está a punto de palmarla porque no saben de dónde viene. La tensión de la situación empieza a subir y se puede ver perfectamente cuando acompañamos a Conrad durante todo ese momento, que decide salir corriendo del quirófano para ver las últimas pruebas y da con el problema: tiene un embarazo ectópico que ha reventado y otro en una trompa de Falopioque es el viable. Finalmente, la operación sale bien y Hawkins puede respirar tranquilo, por el momento.

♫ If you liked it, then you should
have put a ring on it ♫
Gracias a la visita de Catherine hemos sabido que, cuando estuvieron juntos, se fugaron a El Paso, que aquello propició una broca del quince entre Conrad y su padre con puñetazo de por medio, lo que le llevó a meterse en el ejército, y que terminó su compromiso con ella durante el ensayo de la cena. Vamos, un cuadro todo. Una de las escenas más llamativas es la conversación entre Catherine y Nic. Para la primera, Conrad ha cambiado una barbaridad: antes era un potro salvaje, un rebelde, y emocionalmente distante. Sin embargo, a Nic no le suena que haya cambiado tanto porque lo que le está contando no es nada nuevo.  La parte de ser gentil, responsable y más adulto la enfermera lo achaca a que es porque la exnovia es su paciente. Pero el detalle del anillo es lo más destacable. Como Nic, no sabíamos que pertenecía a la madre de Hawkins, una persona a la que quería mucho, por lo que es un gesto muy importante. Por eso Nic le pregunta cuándo le dio el anillo su madre y por qué no le dijo que era de ella. Es uno de los pocos momentos en los que podemos ver a Conrad abriéndose, lo que se siente como un verdadero milagro. Me da la sensación de que aquí nuestro amigo no habla de sus sentimientos, más que porque no lo necesite, porque tiene un gran dolor dentro y la raíz principal puede ser la muerte de su madre. Eso desembocó en que no tenía conexión con su padre, que se sintió utilizado, que no podía hablar con él porque su padre podría pensar que “eso es de débiles” –ya sabéis, esa paternidad tóxica y errónea que se ha inculcado de padres a hijos desde el principio de los tiempos–, en no poder abrirse porque no sabe en quién confiar, etc. Cada episodio que pasa los personajes se me tornan más interesantes; son grandes enigmas que me gustaría ir descubriendo poco a poco. Si seguimos con la vida sentimental de Conrad, hace unos episodios dijo que iba a intentar mover página con el tema de Nic, y parece que está seguro de eso por el comentario que le hace a Jude: “Dos mujeres me dejaron por la misma razón. Te mereces a Nic. Tú puedes darle lo que yo no”. ¿Realmente estamos ante el final de CoNic –al parecer este es el nombre oficial del ship– o es sólo una forma de añadir más drama al asunto? Me inclino más por lo segundo y, ¿a quién no le gusta el drama? Esto añade un poco más de hypepara cuando se vuelvan a juntar, porque espero que vuelvan.

De la sonrisilla al
"me acaban de joder vivo"
Otro que tiene un drama es el Dr. Bell. En este episodio el karma le ha dado de lleno y yo no puedo estar más contenta –¿soy una mala persona o es que este señor hace tantas cosas mal que alguna tiene que tener una consecuencia cósmica?–. Por un lado, le hemos visto en su antigua casa–ese cartel de “vendido” le delata–, con cuatro muebles, algunas cajas y más vacía que otra cosa. Por otro, le hemos visto firmar su divorcio, a lo que él llama “un robo a mano armada”, por lo que nos da a entender que va a tener que pagarle un pastizal a su exmujer. A otro que le va a tener que pagar un pastizal va a ser a su abogado, que le debe ya tres meses. Me pregunto si Randolph se está quedando sin pasta, porque le veo preocupado. ¿Y en la cima de esta lista de catastróficas desdichas? Claire, la directora del hospital, sigue empecinada con mejorar la transparencia del Chastain y, para eso, ha estado investigando y ha visto que no hacen un buen trabajo monitorizando sus propios errores. Los médicos se escudan en “posibles complicaciones” y al 21% de ellos les parece bien esconder esos errores –FLIPO–. Así que ha decidido ver quiénes son los médicos que tienen un mayor porcentaje de errores y echarlos, además de poner cámaras en cada uno de los quirófanos para que no se le escape nada. ¿La respuesta de Bell? Un primer plano precioso de su cara totalmente desencajada. Por eso, cuando tiene que llevar a cabo la operación de Catherine, a nuestro “amigo” Randolph le tiembla más el pulso que de costumbre y está cagadito de miedo. Así que sí, Randolph, definitivamente eres tú quien le debe una muy grande a Conrad por haber llamado a Jude y no dejarte operar a su exnovia. Con estas nuevas medidas de vigilancia, me pregunto cómo va a ser la vida del Dr. Bell de ahora en adelante. Se le acaban de complicar las cosas muchísimo y puede que le destapen todo el chiringo pronto. Tengo ganas de ver cómo intenta explicarse y le sale mal.

En general, este episodio me ha gustado mucho dado que hemos profundizado en Conrad, que me parece un personaje muy interesante; seguimos cerrando el cerco alrededor de Lane y Randolph, con este último teniendo al karma completamente en contra; la muerte de Lily ha sido el golpe final; y todo esto aderezado con algunas frasazas de Mina –la he echado un poco de menos pero cada vez que salía me sabía a gloria– y cachorros haciendo las delicias de todo el hospital pero, en particular, del ala pediátrica. Nos faltan todavía cinco episodios para poder hacer un balance completo y justo de toda la temporada, pero me atrevería a decir que este noveno ha sido uno de los más importantes. El acelerón del que hablaba al principio se nota aquí y me parece que está bien metido. Había que ir poco a poco para poner las cosas en su sitio, darle tiempo a los personajes y a las tramas para que creciesen, además de que nosotros fuésemos empatizando con todo, para llegar a este punto. Conocemos a Lily, sentimos que su muerte es una putada y podemos empezar a imaginarnos cuál puede ser el efecto de tan devastadora despedida entre el personal del Chastain. Pero eso será en el próximo episodio que se emite en dos semanas.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido lo que habéis visto? ¿Os esperabais la muerte de Lily, o que Conrad hubiese estado comprometido? ¿Vosotros también queréis una avalancha de cachorritos como yo?

¡Hasta dentro de un par de semanas!

P.D: Los niños entrando en pánico al desaparecer Cookie me ha parecido adorable y, al mismo tiempo, me he visto ahí cuidando de ellos y he querido hacer una ligadura de trompas.
P.D.D: El momento “He perdido un kilo. Eso es por el pie, Chad” me ha dejado en el suelo descojonándome.
P.D.D.D: Devon, tío, pero, ¿cómo te olvidas del cumpleaños de tu prometida? Ponte una alarma en el móvil o algo. No hay cachorrito que no pueda solucionar este desaguisado.
P.D.D.D.D: Es una pena que los Emmys vayan a pasar de The Resident totalmente, porque con la interpretación de Matt que nos ha dado esta semana podría tener el episodio perfecto para presentarlo e intentar ganarse una nominación. Me sigue doliendo que se quedase a las puertas de ello con lo que hizo en la sexta temporada de The Good Wife.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Chris Carter silencia a Scully en la época del #MeToo

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Mucho se ha hablado, y no precisamente bonito, desde que el "final" definitivo de The X Files fuera emitido hace unos días. Lo mejor que leeréis al respecto es este análisis de El Cadillac Negro, escrito con ojo crítico pero desde el cariño más sincero y emotivo. Porque el bodrio que ha sido esta despedida no debe hacernos dejar de lado todo lo que ha supuesto The X Files: este estudio revela que Dana Scully ha inspirado a un número nada desdeñable de mujeres a convertirse en científicas y médicos desde los 90, lo que nos da una idea de la importancia de la buena representación y del hito que ha marcado nuestra agente favorita. Y es precisamente por esto por lo que resulta tan hiriente que Chris Carter haya tratado de esta forma a su creación. Las acusaciones están servidas... ¿Chris Carter está celoso del poder e influencia de Gillian Anderson?

Este maravilloso artículo de The Mary Sue apunta con buenos argumentos a esa supuesta envidia que Chris Carter profesaría a Gillian y su personaje, que cuenta con más poder e influencia que la propia serie. Solo eso explicaría que Scully fuera relegada durante el final a ese papel tan ridículo y forzado, esperando preocupada en casa mientras Mulder se iba fuera a vivir aventuras. Unas aventuras, por cierto, que esta temporada han estado salpicadas de violencia gratuita, asesinatos en masa de Mulder a soldados (???) e interminables persecuciones en coche. Parece que Chris Carter ha querido transformar a The X Files en 24 o algo por el estilo, convirtiendo a la serie por momentos en una "americanada" impersonal y tediosa.

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Mulder, a diferencia de Scully, sí obtiene su "recompensa", su catarsis.

Chris Carter no ha entendido el movimiento #MeToo ni ha sabido adaptar a Scully a los nuevos tiempos. Mulder se reafirma como el gran héroe de la serie mientras ella sigue siendo la "gran compañera", "la única", pero aún al margen. La mujer al lado del hombre. Es especialmente representativo que Chris Carter censurase el momento en que Skinner revela a Scully quién es el padre biológico de William, privándonos de conocer su reacción ante esa violación. Dudo que lo haya hecho con esa intención, pero resulta de un mal gusto insoportable que la silenciara en estos tiempos del #MeToo y no dedicase ni unos minutos a explicar esa evolución de pensamiento que la llevó a despreciar al que había sido su hijo durante los últimos años. Si la escena final "cuela" es porque Gillian Anderson es una actriz excepcional, pero dudo que ella –madre de tres hijos creyese sus propias palabras.

La temporada en general ha estado salpicada de misoginia, desde ese patético momento en que Scully se "raya" por ser demasiado mayor hasta el 11x08 "Familiar", tan aplaudido por muchos fans, pero que en realidad consistía en una "bruja moderna" intentando maldecir a la amante de su marido (¡que no al marido!) y liándola parda al perder el control de la magia negra. "Porque las brujas existen, Scully". Y yo sintiéndome exhausto de esa dinámica escéptica/creyente que siempre lleva a Mulder a tener razón, por muy disparatadas que sean sus teorías. Pero mejor no hablemos de la forma en que han destrozado a un personaje tan querido como Reyes, convertida en una pelele en manos del Fumador. Incluso el personaje de Barbara Hershey tuvo una muerte estúpida y patética, silenciosa como la de Reyes.

¿Qué fue de la amistad de Monica y Scully? ¿Por qué no han compartido una sola escena o pensamiento hacia la otra? Difícilmente esta temporada pasa el Test de Bechdel.

Es triste ver a una serie tan querida e importante perderse de esta manera. Porque la temporada ha tenido grandes momentos, escenas íntimas entre Mulder y Scully que han cortado la respiración, pero la trama general y el tratamiento al personaje de Scully han sido esperpénticos. De puto miedo. Chris Carter la ha cagado a lo grande, monumentalmente. Ahora solo queda retener la sensación mágica que nos dejó la escena final, ese abrazo entre Mulder y Scully, y procurar obviar lo demás. Queda imaginar un futuro luminoso para ellos, y también para Gillian Anderson, a la que espero volver a ver trabajando con personas realmente válidas. 

Pero, a pesar de todo, muchísimas gracias. Ha sido una experiencia increíble pasar de nuevo el rato con Mulder y Scully. Él y ella son mucho más que este cagarro de escritura. Son una inspiración, y ni el final más pésimo del mundo podría borrar eso. 


Isidro López (@Drolope)

Paquita Salas reaviva el mamarrachismo español

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Lo que Aquí no hay quien viva nos quitó el día que finalizó nos lo devuelve hoy Paquita Salas, una serrie tan divertida como sensible. Esta maravillosa creación de los famosos Javis lo tiene todo y es por eso que en tan solo cinco capítulos de veinte minutos ha sido capaz de conquistar al mundo entero. Paquita Salas es justo lo que este país necesitaba para reavivar el mamarracheo.


Paquita Salas es una serie tan de señora española que dudo mucho que ningún otro país pudiera hacer algo parecido. Y es que, por mucho que Netflix la haya traducido y la esté distribuyendo por todo el mundo, no se puede desvincular Paquita Salas con la cultura popular española: todas las referencias al cine, al mundo rural, incluso a la historia, pero sobre todo la misma manera de expresarse de los personajes. Paquita Salas nos hace gracia porque hemos oído más de una vez sus comentarios o por lo menos son lo suficientemente cercanos a lo que nosotros vivimos cada día.

La verdad es que tenemos este humor tan mamarracho y tan natural inmerso en nuestra propia cultura y no lo estábamos aprovechando como es debido. No hablo de ese humor machista, misógino y homófobo que tiene por costumbre utilizar mediaset en sus series más recientes, no, pa' fuera lo malo. Esto no es mediaset, esto es gente joven, gente joven gay, dandole mil vueltas A la que se avecina o cualquier mierda de esas con la mitad de presupuesto. Efectivamente, Paquita Salas nos demuestra que se puede ser divertido sin ofender a nadie.

Y es que a Paquita todos le quieren y todos le buscan. En otras palabras, Paquita es buena gente. Por mucho que esté anticuada y por mucho que sea una chapuzas, Paquita siempre hace lo posible por aquellos a su alrededor. Siempre pone esperanza en la gente. Creo que la segunda vez que ves la serie es cuando dejas un poco más atrás las risas (aunque, por su puesto, sigan estando ahí) y te das cuenta del peso emocional de la serie. Paquitas Salas es una serie preciosa, llena de relaciones personales complejas en las que cada parte apuesta más o menos, pero eso no quita nunca ni el amor ni los buenos deseos hacia el otro.

Otra cosa que se puede destacar de Paquita Salas es su gran carga femenina. La serie está llena de mujeres con voz propia, sentimientos, ambiciones y sobre todo carga humorística (lo que es difícilisimo de encontrar). El único hombre del cast principal es Brays Efe, es gay e interpreta a una mujer. Y ¿por qué han cogido a un hombre para hacer de Paquita Salas? os preguntaréis. Bien, pues porque Brays Efe es Paquita Salas. No es solo que muchísima parte de su trabajo caiga en la improvisación, sino que además es así en la vida real aparezca donde aparezca. Y porque no es lo mismo quién interprete a una mujer sea un hombre no hetero, que no le beneficia la masculinidad, que uno que sí lo es. 



En definitiva, ved Paquita Salas, porque es maravillosa, porque os vais a reír y emocionar al mismo tiempo y porque así llegaréis a tiempo a cuando estrenen la segunda temporada en Netflix dentro de nada.

¿Y vosotras le daréis una oportunidad a Paquita? ¿se la habéis dado ya? ¿qué os ha parecido? 




 Victoria (@_TheEastWind)

Crítica Del 1x10 "Haunted" De The Resident: Live Forward, Forgive Yourself

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Después de un hiato de tres semanas –demasiado tiempo para mi gusto–, The Resident ha vuelto para enseñarnos las consecuencias de lo ocurrido en el último episodio y las posibles novedades para esta recta final de temporada. Si queréis saber lo que me ha parecido, no dudéis en seguir leyendo.

Creo que se le ha podido
encender la bombilla
Por si se nos había olvidado en todo este tiempo que existía un ala VIP en el Chastain, en este décimo episodio nos lo han vuelto a recordar. Como ya sabíamos desde hace unos cuantos capítulos, un pez gordo de los negocios chino iba a venir como paciente y, por fin, le hemos conocido. Ted Zhou se nos ha presentado como un señor que vive a un guardaespaldas pegado, extremadamente supersticioso y puntilloso con casi todo. Las enfermeras estaban tan hasta los ovarios de él que han tenido que llamar a Nic –se ha quedado atónita con esa decisión– para que le controlase. Menos mal que Nevin ha sabido, a través de una mezcla perfecta entre la mano dura, la dulzura y el ingenio, controlar a este señor y, por supuesto, sus miedos ante una cirugía de gran envergadura como la suya. Ante tal paciente, no podía ser otro que el Dr. Bell quien estuviese al cargo de la operación, una opción que ya sabemos que es arriesgada de pelotas. Sin embargo, parece ser que el colega de profesión que le recomendó a su “amigo” la benzodiacepina ha descubierto el pastel–aunque, ¿había que ser muy listo para saber que Randolph hablaba de sí mismo? ¿Quién no ha puesto la excusa del “amigo” para hablar de uno mismo alguna vez?– y tiene la solución para los temblores de Bell, la misma que ha servido para los suyos propios. Ese simple y llano comentario, que podría pasar desapercibido, me hace pensar que toda la trama de Bell, en realidad, es sólo la punta de un gran iceberg donde los jefazos de los diferentes departamentos se agarran a sus puestos como un clavo ardiendo e intentan todos los remedios habidos y por haber para ocultar ciertos síntomas de enfermedades, trastornos o lo que se ponga por medio que pueden llegar a ser un grave problema para el paciente. Vamos, que desenmascarar a Bell sería la excusa perfecta para desenmascarar una red de chanchullos del resto de médicos bastante hardcore. Como se ve durante la operación, el residente le dice a Bell que si no va a unir las pequeñas venas hepáticas, a lo que este responde que no con bastante altanería y diciéndole que la operación está saliendo sin problemas. No voy a negar que una parte de mí se ha descojonado viva cuando, al estar el paciente en reanimación, este ha empezado a sangrar por la boca. La altanería de Bell por casi le cuesta un cliente VIP y, a su vez, a Jude parece que le va a costar su puesto de trabajo. El Dr. Silva y la Dra. Okafor han arreglado el desastre, pero Bell también se ha salido con la suya al encontrar una masa que no había sido visto antes y que ha extirpado. La verdad es que la escena en el quirófano me ha parecido tensa de narices y un poco frustrante. Me ha encantado que Jude le cante las cuarenta a Randolph y que le ponga en su sitio, pero me jode una barbaridad que, por miedo a perder su trabajo, se haya bajado los pantalones de esa forma –y más que se lo haya dicho Mina, que es otra que desafía a Bell–, y que Randolph, por su parte, se haya apuntado un tanto por lo de la masa –cosa que tenía que haber comprado antes y no ha hecho–. Aunque Randolph Bell haya tenido un día de mierda, como le dice a Lane –otra que tal baila, amigas y amigos–, realmente no ha sido tan así dado que ha salido impune de una situación que le podría haber llevado al despido directo. Realmente me pregunto si el tema de las cámaras en los quirófanos va a servir para algo o no, sobre todo si tenemos en cuenta que la operación y la bronca entre los dos cirujanos ha sido grabado en vídeo. Ya hemos visto cómo Claire, la directora del hospital, se ha dado cuenta del fallo de Bell. Esto podría llevarnos a que Claire pierda por completo toda su confianza en Randolph y empiece a investigarle –cosa que está tardando demasiado en hacer– y que se dé cuenta de que el estar metida en su despacho durante tanto tiempo le lleva a perder tacto con la realidad que se vive en los diferentes departamentos del hospital. Mientras que en el campo de batalla todos saben de qué pie cojea Bell, en las altas esferas ni se lo huelen y lo siguen teniendo en un altar. También lo tienen en un altar sus pacientes, como Zhou, que le ha regalado un reloj de veinticuatro putos quilates. Te cagas en las bragas, de verdad. Menos mal que tiene pensado venderlo porque no tiene ni un duro. Ojalá el karma actúe pronto y se quede arruinado, sin reputación, sin trabajo y más solo que la una.

♥ AY, QUÉ MOMENTO MÁS BONITO ♥
Mientras teníamos un paciente VIP que me daba más igual que otra cosa, por otro lado, teníamos a Eileen Jacoby, antigua profesora de Conrad que dice que ve fantasmas de pacientes suyos que han muerto. Hawkins no se cree ni por un momento que Jacoby tenga algún trastorno o enfermedad mental, por lo que busca incesantemente una razón física para las alucinaciones, primero ver si era una encefalitis y, segundo, una deficiencia de vitamina B12. Ninguna de ellas. En este caso, Conrad considera que puede tratarse de una depresión. Eileen fue una pionera, se arriesgó con muchos pacientes, salvando a algunos y perdiendo a otros, y ahora que está retirada, que no tiene un camino claro en su vida, el peso de esas muertes no está haciéndole ningún bien, sólo pensar de más y castigarse por todo ello. La verdad es que me gusta que hablen de la depresión, aunque lo han hecho un poco por encima, para mi gusto. La depresión es una enfermedad que, como dice Conrad, es tan poderosa, tan jodida, tan machacante y tan actual, de la que se habla tan poco y que la sufre tantísima gente, que creo que deberíamos hablar más de ella de manera clara, desmitificarla, animar a la gente a que pida ayuda. No hay que ignorarla, al igual que no lo haríamos si nos doliese una pierna, un brazo, el estómago o el corazón. La “solución”–y lo pongo entre comillas porque no creo que sea así como tal– que plantea Conrad es a través de Mina, gran fan de la Dra. Jacoby–ver a Okafor comportarse como toda una fan ha alegrado mi corazón y creo que nada puede quitarme esta felicidad inmensa que siento. Ay, la quiero TANTO–, quien le pide ayuda. Creo que el sentirse útil, ver el impacto que tiene en gente joven como Mina, que haya servido de inspiración, que sea una heroína para mujeres estudiantes de Medicina, ha hecho que Eileen se dé un pequeño respiro, que se perdone por las equivocaciones del pasado y vea que quiere retomar el camino de la enseñanza. Como digo, no me parece la solución, sino algo más bien poético y que queda muy bien. La depresión es mejor que sea tratada a través de un psicólogo, con ayuda de medicación, si es necesaria, y terapia.

Están en la más absoluta mierda
El ver esa preocupación de un exalumno por la que era su profesora no ha sido la única cosa buena que ha aportado la visita de Eileen, sino también ese consejo de ella a Conrad al final del episodio: “Perdonarnos a nosotros mismos”. Cómo no, la muerte de Lily ha sido la gran sombra que ha merodeado durante todo el episodio. Hemos visto cómo todos están bastante en la mierda: Conrad dedicándose a salir a correr y llevarlo casi al extremo, con esguince incluido y su cabezonería guiándole por el camino; Nic culpándose por haberse ido a casa en vez de quedarse a vigilarla; y Devon preguntándose por qué narices Lane iba a estar de acuerdo con hacerle la autopsia al cuerpo de Lily. Todos se sienten culpables porque han llegado demasiado tarde en su investigación a la Dra. Hunter, pero ya nos olíamos que esta muerte, desafortunadamente, iba a pasar tarde o temprano. No me tomo este suceso como el final de la investigación ni muchísimo menos, sino como el empujón necesario para sacar toda la mierda que está ocultando Lane y poner el foco sobre ello. Lily es una víctima que ha pagado las consecuencias de una persona que cree ser un dios –aquí la lista la completa Bell y, a veces, aunque me duela, Conrad, aunque éste lo hace más por salvar la vida de una persona que por llenarse las arcas–. Ahora va a tocar enfrentarse a la investigación pertinente junto con la autopsia y ver en quién va a recaer la culpa, cosa que me huelo que será para Nic. La Dra. Hunter va a irse de rositas seguramente. Volviendo a los sentimientos de culpa, esa conversación entre Devon y Conrad me ha dolido bastante y me ha parecido, incluso, un poco fuera de lugar. Si ya Hawkins se sentía mal, va el otro y pone el dedo en la llaga. No creo que Conrad no quiera que Devon le trate el tobillo porque sea un mal doctor, simplemente porque tiene mucho orgullo y lo que le ha soltado es más para que le deje en paz y hacerle rabiar que porque lo piense en serio. Ir a Conrad a decirle que tú has sido mejor doctor para Lily que él, que tú la salvaste y él la ha perdido, que tú creíste a Nic y él no, además de decir que él está pasando del dolor del resto, me parece tremendamente duro y hostil. Conrad no sabe manejar sus sentimientos, creo que ha quedado claramente demostrado; no sabe manejar el dolor que está sintiendo y, por ende, tampoco sabe manejar el dolor del resto, así que no se mete ahí. Prefiere trabajar, machacarse y tratar de salir adelante, aunque, como vemos posteriormente, se está empezando a hundir. No sé, me ha parecido que lo que ha hecho Pravesh ahí ha sido una tremenda guarrería. Me parece muy bien que siga manteniendo esa especie de promesa de “si estás haciendo algo mal te lo voy a decir”, pero, coño, hay maneras y maneras, y aquí no hacía faltar joder más al que está hundido.

HELL YES!
Sin embargo, el tener días malos parece unir a la gente. Ya desde el anterior episodio vislumbré algo de lo que ha pasado en este. Esa invitación inocente de Lane a Randolph para ir a cenar juntos no sólo me pareció una excusa fantástica para que Hunter se cubra las espaldas por la muerte apresurada de Lily, sino también un salto en la amistad que tiene con Bell. Esta vez, el compartir penas, que él confiese que está pelado, el tomar unas copas e insinuarse un poquito ha hecho que el ambiente que había de “estos dos van a follar” al final se vaya a producir. Por ahora hemos visto cómo se besan, pero de ahí a que se lo monten en el escritorio de él hay dos pasos literales. Como ya os digo, no me sorprende nada. Es más, tengo teoría y todo –a mí, que a veces me da por pensar qué haría yo en esta serie como guionista–. El comentario de Lane diciendo que Claire es una inepta y que debería haber un médico como director del Chastain, además de este “sorprendente” beso, me lleva a pensar que estos dos se van a aliar sexual y profesionalmente–son amigos, el siguiente paso es follamigos o lo que surja, y se respetan como profesionales, la base está ahí– y van a intentar que Bell se postule como director del Chastain. De esta manera, Bell dejaría de operar–lo que sería una alegría para todos– pero no se iría por la puerta de atrás, sino que subiría de nivel y podría manejar el hospital como le diese la gana. Además, le haría bastantes concesiones a Lane dado que es su aliada y follamiga. Vamos, que serían la pareja de villanos por excelencia. El plot-twist vendría por parte de Lane, que terminaría echando a Bell de su puesto como director para autoproclamarse directora del hospital, además de también tener su propia clínica. Esto se podría denominar como “le acaba de tocar la lotería”. ¿Qué os parece? Yo lo estoy viendo, y mi puesto como guionista en The Residenttambién –que alguien me contrate, por favor–. Por otra parte, ya llevábamos algunos episodios pidiendo algo de acción entre Nic y Conrad. Después de que Jude les haya dejado vía libre, tanto porque se va como porque Nic tiene pena y dolor –como la bikina –por la muerte de Lily y parece que la solución es los abdominales de Conrad…, digo, el pene de Conrad…, perdón, Conrad en general y en su máxima gloria. Así que, como ya digo, los días de mierda unen a la gente, sentirse como una también, y esto ha hecho que, POR FIN, haya acción entre Conrad y Nic. Entre el “dame el botiquín”, “te pongo hielo en el tobillo”, “mira qué desastre te estás haciendo por no ir en el patinete ese tan chulo que te ha conseguido Devon” –#ConradMotorizado–, “me siento fatal por no haberte hecho caso antes”, pues los cuerpos se van juntando y pasa lo que pasa, y como para decirle que no a Conrad, ¿sabes? Así que sí, amigas y amigos, SE HAN ACOSTADO y creo que ha habido hasta fuegos artificiales. Pero se han acabado pronto al ver esa última escena de Conrad en la que se le aparece Lily. Me da a mí que esto se ha puesto un poquito oscuro así de repente y no voy a negar que me parece interesante el camino por el que puede ir ahora. Habrá que irlo viendo en los episodios que nos quedan, que son muy pocos.

En general, el episodio ha estado bastante bien y, como recta final de la temporada, pinta muy interesante, sobre todo con ciertas posibles alianzas de por medio, viejas llamas que vuelven a reavivarse –¿realmente lo de Nic y Conrad se apagó alguna vez? Porque ya digo que no–, salidas del hospital como la de Jude y las decisiones que puede tomar Claire tras lo visto con Bell. Nos quedan cuatro episodios más y FOX todavía no ha dicho nada de renovarla –te rogamos, óyenos, FOX de mi vida y de mi corazón–. Ojalá la renueven porque es uno de los dramas médicos en emisión que merece mucho la pena ver. La pena es que poca gente hable de The Resident porque tiene a cierta parte de la comunidad médica que trina por lo que está contando. ¿Será porque está tocando puntos sensibles que sería mejor no tocar?

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Contentos con lo que ha pasado entre Nic y Conrad? ¿Estáis de acuerdo con mi teoría sobre Lane y Randolph o tenéis vosotros alguna también en mente? El apartado de comentarios es todo vuestro.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: El guardaespaldas del paciente VIP en la sala de operaciones me ha parecido hilarante.
P.D.D: Conrad ensangrentado es lo último que me faltaba ver en esta serie. Ojalá la renueven, por Dios.
P.D.D.D: MUY FAN del patinete. Estoy por pedirme uno para navidad.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x11 "And the Nurses Get Screwed" De The Resident: And The Villains Get Empowered

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Si la semana pasada ya veíamos movimientos muy interesantes de cara al tramo final de temporada, en este nuevo episodio, The Resident ha sufrido algunos cambios que pueden, o no, verse un poco apresurados, aunque son bien recibidos. Si queréis conocer qué me ha parecido lo ocurrido, no dudéis en seguir leyendo.

Qué bofetada tiene en toda la cara
Una chispa y un poco de oxígeno. Eso es todo lo necesario para liarda pardísima en un quirófano o, más bien, para que el Dr. Bell la siga liando como ninguno –tú di que sí, tío. Una más tampoco importa, ¿no?–. El paciente, TJ, se ha quedado con parte del cuello quemado y lleno de ampollas, todo para que, a ti, querido/a espectador/a, se te revuelvan un pelín las tripas y te duela absolutamente todo. TJ me ha dado un poco de pena, pero, posteriormente, se ha ganado mi amor eterno. Gracias al apoyo de Conrad, al final ha abierto su canal de Youtube–o NetTube, como lo llaman en el mundo de The Resident– y lo ha hecho por la puerta grande: mofándose de su desgracia mediante un rap y dejando al Dr. Bell a la altura del túnel del metro. Me ha parecido brillante, ingenioso, y me alegra bastante ver que a Randolph le vayan mal las cosas. No sé si es porque yo soy una mala persona o porque me encanta que a las personas malas les ocurren cosas terribles. Siguiendo con Bell, en este episodio ha visto cómo los cimientos se le empezaban a mover un poquito más. Como ya dije en la review anterior, Claire tenía la opción de empezar a abrir los ojos y enterarse de lo que estaba pasando en el hospital, investigar a su doctor estrella y que saliese a flote la posibilidad de despedirle. Thorpe se ha enfrentado a él y ha querido ir más allá, con conversaciones con la Dra. Kays y con la Dra. Okafor, mucho más reveladora esta última que le ha permitido enterarse de la mafia que tiene montada aquí el colega, y utilizando por fin las dichosas cámaras en los quirófanos. Tengo la sensación de que Claire ha tardado demasiado en reaccionar, pero al menos iba por buen camino en este episodio. La investigación por su cuenta le había llevado a que la junta del hospital tuviese una reunión de emergencia con el Dr. Bell en la palestra, liderada por una Claire más que decidida a traer justicia antes sus continuos y numerosos fallos. Sin embargo, como ya vimos en el anterior episodio y hemos podido volver a ver en este, Bell y Hunter están compinchados, tanto dentro como fuera del trabajo, y han terminado dándole la vuelta totalmente a la reunión. Thorpe iba ganando hasta que Hunter se ha levantado de repente, ha abierto la puerta y ha entrado el anestesista para explicar la causa del incendio, material quirúrgico anticuado. Esto, añadido al vídeo viral de nuestro amigo TJ, ha sido la estocada final hacia Claire, que ha terminado de patitas en la calle y con un nuevo rey en el trono, Randolph Bell. Sinceramente, este movimiento, aunque es bien recibido, me ha parecido un poco apresurado y lo hubiese dejado para el siguiente capítulo. Mientras que para algunas tramas hemos tardado un poco en avanzar, ésta la noto descabalada en velocidad. Creo que por un episodio más en el que viésemos a Lane y a Randolph planear su movimiento o hablar un poco más sobre ello –ya sé que hay una escena en la que hablan, pero me sabe a poco–, no me hubiese pesado, no hubiese estorbado. Pero, también es verdad que no sé cómo tienen planeada la temporada y qué pasará en los tres episodios restantes. Creo que cuando vea la temporada al completo podré juzgar mejor si este movimiento es tan apresurado como lo siento ahora o la velocidad tan rápida está bien metida. Una cosa que me ronda por la cabeza sobre esta trama es el ligero cambio en Mina respecto a Randolph. Okafor siempre ha sido una crítica de Bell, pero últimamente está un pelín permisiva con él y no sé de dónde viene esto. Sí es verdad que sigue pasando bastante de él cuando no están en el quirófano juntos, que incluso la ha dado un toque sobre el tema del incendio y ella se ha mostrado impertérrita, pero no noto ese fuego rabioso que antes había cuando le tenía delante. ¿Es posible que haya aprendido que Bell se va a salir con la suya pase lo que pase, o que si quiere mantener su puesto tiene que bajar la cabeza? No sé, es una sensación extraña que tengo de que algo aquí ha cambiado.

En vez de a la caja, me podría
coger a mí en brazos
Un asunto pendiente que dejamos la pasada semana fue la muerte de Lily y la investigación que se abría por ello. Ahora la familia, que no se le ha visto el pelo en los once episodios que llevamos de serie, ha demandado al hospital por homicidio por negligencia, y el nombre de Nic está en la demanda, cosa que no me resulta una sorpresa. Lo que sí me parece sorprendente es que el tal Joshua Williams lleve el manejo de todo esto. Para los que sois fans de Grey’s Anatomy, la cara de este señor os sonará por montar la matanza de Texas en el Seattle Grace allá por el final de la sexta temporada, por lo que todo esto me hace un poco de gracia porque de este señor no me fiaría un pelo. Dicho esto, Nic ya ve por dónde pueden ir los tiros: ella siendo el chivo expiatorio al que van a ir a parar todas las culpas. No se puede decir que Nevin no ha luchado por sí misma durante toda la investigación. Ha dejado caer que la Dra. Hunter se estaba pasando con las dosis de quimio, que se pasaba por el arco del triunfo la opinión de Lily, que esta estaba asustada… El discurso final de Nic ha sido potente y creo que define muy bien al personaje: una profesional que se preocupa por sus pacientes y se deja la piel para que estén en las mejores condiciones posibles durante su estancia en el hospital. Por otro lado, la causa de la muerte de Lily se ha esclarecido y finalmente ha sido una sobredosis de potasio, cosa que no me ha pillado para nada de sorpresa tampoco. Fue lo mismo que le pasó a aquella niña que Conrad perdió y que le contó a Devon allá por el episodio piloto. Realmente la dosis estaba bien puesta, aunque un poco alta, también es cierto, para la condición de Lily. El problema radica en el suministro de la dosis, cosa que puso bien Nic pero que, posteriormente, alteró Lane cuando se fue ella. Esa es la escena que nos falta por completar y que, en algún momento tendrá que salir. O no. Mientras que la entrevista de Nic ha sido bastante sufrida de ver –casi nadie estaba en su equipo–, la de Lane ha sido terriblemente dolorosa, dado que se ha dedicado a echar a Nic a los leones sin ningún tipo de miramiento. Era completamente esperable, pero eso no quiere decir que sea menos fuerte de ver. Mientras tanto, Nic ha pedido ayuda a Conrad y a Devon para reunir pruebas y poder llevar algo a la investigación, algo que se ha quedado más en un deseo que en un hecho, pues no han encontrado absolutamente nada. Esto me hace pensar que, si toda la información está en los servidores de la clínica, TJ debería de volver y echar una mano, que ya ha hackeado la base de datos del hospital y la de una clínica no deberá de ser tan difícil. El final de todo esto ha sido el imaginable: Nic con sus cosas en una caja de cartón yéndose para su casa, aunque en muy buena compañía.

El amor puede curar
hasta los tobillos torcidos
Una de las mejores cosas que hemos podido ver de este episodio es la parte personal de algunos de los doctores. Por un lado, tenemos a Bell y a Hunter que, obviamente, se han acostado y están juntos. Ya lo damos por oficial. Ahora se alzan como gran pareja de villanos que harán y desharán lo que quieran en el hospital. Vamos, que se puede convertir en un zafarrancho total. En cuanto a estos dos y su trama, estoy indecisa sobre lo que se podría hacer. Hay dos caminos: explorar la relación de estos dos y ver qué hacen con el hospital durante un tiempo, lo cual le daría todo lo que queda de temporada y parte de la siguiente; o ir a por el plot-twist que comenté la semana pasada, que Lane se la juegue a Bell, le derroque y se quede ella como directora del hospital. Son dos opciones muy apetitosas, pero si vamos por la segunda de cabeza sería quemar un cartucho muy rápido. Estaría bien si vemos cómo se desarrolla la relación de ambos doctores en esta nueva situación para que, después, la traición duela más. Lo que pasa es que me preocupa un poco el movimiento tan rápido que han hecho en este episodio, pasar del anterior que era un comentario “inocente” que no caía en saco roto a este y llevarlo a cabo. Por otro lado, tenemos a Conrad y a Nic. La semana pasada vimos cómo se terminaban acostando y, por el momento, están en una incipiente ¿relación? Parece que están juntos, apoyándose el uno al otro, y las dosis de pareja que han dado esta semana me han encantado. Es posible que el despido de Nic cree cierta tensión entre ellos, ya que a ella le va a afectar seguramente –sería lo normal–. Por el momento no espero un camino de rosas entre estos dos. Con este shipse ha venido a sufrir y estoy preparada.

Irving y sus apuestas con las enfermeras
Por último, Devon esta semana ha caído en la categoría de “me importa bastante poco lo que hagas y me resultas un relleno para el episodio más que otra cosa”.Sí, ha tenido su primera ronda en Urgencias, un sitio difícil y con el que hay que armarse mucho de paciencia, pero, en vez de ponerle algún reto de verdad, simplemente le han tenido paseando por ahí, de paciente en paciente, pavoneándose de lo bueno que es y mostrando que el título de Harvard sirve para algo. Si quiero a alguien pavoneándose de lo bueno que es ya tengo a Conrad, que además tiene cierto punto de humor.

En general, el episodio ha sido de lo más entretenido y han avanzado con algunas tramas. No obstante, sigo preocupada por la rapidez de las mismas. Me da la sensación de que vuelven los problemas con la velocidad de desarrollo de las historias y culpo a que sea la recta final de la temporada. Hemos tardado muchísimo tiempo en que Bell se sienta de verdad amenazado mínimamente con perder su trabajo, en que las bases se le desestabilicen, y ahora meten el acelerón con el plan de Bell y Hunter que parece que ocurre de la noche a la mañana. Como ya he dicho antes, faltan todavía tres episodios, pueden pasar muchas cosas y algunas pueden sorprendernos. El problema que percibo, totalmente personal, es que una parte de mí está pensando en que no van a renovar la serie y no quiero quedarme con la intriga del qué pasará si no hay una segunda temporada y, al mismo tiempo, si la renuevan, tengo miedo de que quemen cartuchos tan rápido que no tengan algo pensado para esa hipotética segunda temporada. FOX, desde aquí te lo pido: DINOS SI VAS A RENOVARLA. Mis nervios te lo agradecerán.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Os están gustando las diferentes tramas? ¿Os ha sorprendido ver a Bell en esa silla? ¿Qué pensáis que puede pasar en los tres episodios que nos quedan? La sección de comentarios es toda vuestra.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Lane mirando a Conrad y a Nic al principio del episodio me ha parecido muy villana Disney, la verdad.
P.D.D: A pesar de que a Claire le importan las vidas de sus pacientes, también es bastante hipócrita cuando quiere, sobre todo con todo el tema de la imagen del hospital. A causa del vídeo viral, ahora van a buscar a alguien para quedar bien y así enterrar lo que ha ocurrido. Anda que ya te vale….



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica Del 1x12 "Rude Awakenings And The Raptor" De The Resident: An Icarus On The Roof

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Después de un episodio que se hizo más previsible de la cuenta, The Resident nos ha regalado una nueva entrega con varias cosas novedosas y con un giro un poco turbio y oscuro, lo cual agradezco desde aquí. Si queréis saber qué ha pasado y mis impresiones al respecto, no dudéis en seguir leyendo.

Esto es hacer una entrada, hombre ya
Unos episodios atrás conocíamos a Bradley, famoso por quedarse dormido en mitad de una operación y liarda parda. No obstante, voy a pasar eso por alto para ir a lo importante: Bradley es un residente al que parece que están matando a turnos de 30 horas (o más) y al que, desde aquel terrible y desafortunado accidente, le tienen chupando banquillo. Entre eso y que ya vimos cómo Bradley volvía a aparecer en nuestras vidas en el episodio anterior –así, sutilmente–, ya se podía intuir que iba a ser el protagonista de este duodécimo episodio. Aquí nuestro amigo está bajo los efectos del cansancio sumado a los de la cafeína a porrillo que tienen las bebidas energéticas. Vamos, como cualquier estudiante preparándose la Selectividad –un saludo a todos y todas desde aquí–. El caso es que la cosa no se queda ahí. Cuando Bell está dando su primer discurso como director del hospital ante la junta directiva, lo que podría parecer como un primer síntoma del nuevo medicamento para los temblores –una mayor reacción ante la luz, o que empieza a ver cosas– se torna en que, en realidad, hay un tío a punto de caer del cielo a su mesa. Ese tío es Bradley, inconsciente y con una barra de metal incrustada en su pecho. Esto es lo que llamo una “reunión para recordar”. El equipo médico del Chastain –o séase, Conrad, Mina y Devon, con colaboración casual de Irving– se pone manos a la obra para diagnosticar a Bradley y poder salvarle. Desde el minuto uno, no sólo se preocupan por la condición médica de su compañero, sino también se preguntan por las razones que hay detrás de que haya pasado esto. Devon está convencido de que no se ha tirado, sino que se ha caído, pero Mina no está del todo segura y se acuerda de cuando ella estuvo apartada de la cirugía, aunque fuese sólo un día, y se quería morir. ¿Bradley habría podido intentar suicidarse? Para Bell, la respuesta es clara: sí.El momento en el que está ensayando ante Hunter el discurso que va a pronunciar me ha dado bastante asco. ¿Es posible que este señor me caiga peor? Sí. ¿Y ella? También –de ella hablaré más adelante–. Bell no tiene planeado que el seguro le pague ni un centavo a Bradley, y estoy segura que va a trabajar bastante para que así sea. Como le dice Devon a Conrad, desgraciadamente suena mejor echarle la culpa a una enfermedad mental como la depresión que decir abiertamente que era un residente saturado por el trabajo y los turnos tan largos. Por otro lado, los padres de él han ido a verlo y esa ha sido una de las escenas más significativas del episodio. Ver cómo el padre y la madre tienen una visión diferente de su hijo. Sí, es posible que Bradley haya tenido que trabajar más que el resto –no me parece malo, ha llegado hasta ahí y se le veía contento–, pero compararlo con su hermana, una “doctora de nacimiento”, según su madre, me parece horrible. Creo que no se debería comparar a los hermanos. Cada hijo es distinto: tienen diferentes cualidades, habilidades, dificultades, problemas, etc., así que, ¿por qué dañar de esa forma a los hermanos? Luego se crean rivalidades absurdas, rencores, y en ocasiones se puede deber a este tipo de cosas que hacen los padres. Aquí estoy con el padre: habría que haberle dicho que están orgullosos de él. Eso insufla mucha energía y significa un mundo que tus padres te lo digan –no soy nadie para decir esto, pero, si tú, que me estás leyendo, eres padre o madre, te invito desde aquí que le digas a tu hijo/a lo orgulloso/a que estás de él/ella. Es importante que lo sepan–. Siguiendo con Bradley, su operación termina siendo un éxito, en gran parte por una nueva presencia en el Chastain, AJ Austin, un cirujano cardiotorácico que Bell quiere contratar. La escena de la operación, con esos movimientos de cámara, cómo se cambia de plano tan rápidamente, traslada muy bien esa sensación de apresura y de tensión que se está viviendo en el quirófano. Al parecer, Bradley sufre una hipertrofia ventricular que proviene, según el doctor Austin, de la combinación de cigarrillos, obesidad y una gran carga de estrés. Pero no es la única sorpresa que se guardaba nuestro amigo; también tenía anfetaminas en la sangre, además de metilfenidato en su taquilla–se utiliza como tratamiento para el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (sus siglas son TDAH)–. En definitiva, estimulantes para poder rendir esas 30 horas que dura el turno turno. Sin embargo, fue la cafeína de la bebida energética la que hizo que el corazón ya cascado de Bradley terminase por colapsar. Lo que no se esperaba nadie era esa última conversación entre Bradley, Conrad, Mina y Devon. Bradley no sabe lo que quiere, está bastante perdido, y ser doctor ha pasado de ser un sueño a una terrible pesadilla. Admite que el simple pensamiento de tirarse del tejado, de alejarse de toda la presión por la que estaba pasando, de la ansiedad, el agotamiento, el miedo a cagarla otra vez o convertirse en un fracaso, era como quitarse una gran carga de encima. Para el resto, no es comprensible, como dicen Devon y Mina, pero para él, lo mejor que puede hacer, es irse de allí, encontrar lo que le guste, lo que le apasione, y seguir por ese camino. Creo que la vía hasta convertirte en médico es exhausta de pelotas, hay que quererlo mucho, tener mucha fuerza durante el proceso, ánimo, y el objetivo siempre claro. Pero también es cierto que, cuando te dan de lado como hicieron con Bradley, por algo que no fue enteramente su culpa, sino que Bell lo empujó hasta más allá de sus límites –recordemos que cayó desplomado en el quirófano porque acababa de salir de otro turno de 30 horas, lo cual me parece inhumano aguantarlo–, puede afectar mucho psicológicamente, y llevaba seis semanas así. Aunque Bradley haya sido bastante random en esta serie –como el cirujano de Trauma, que ese, además, ha sido un poco tocapelotas, todo hay que decirlo–, siento mucho que se vaya. Me parece que es el caso de esa persona que va perdiendo la ilusión por su profesión con el paso del tiempo. A algunos les parecerá débil; a mí me parece una víctima más de un sistema voraz que, o te lo comes, o te come él a ti. En este caso, ha sido la segunda opción.

Mina está harta de estas mierdas
Como he dicho anteriormente, contamos con un nuevo jugador en el tablero, el Dr. AJ Austin. Bell quiere traerlo como sea al hospital y, para ello, ha decidido ir en su Porsche a un antro de mala muerte donde la tarta de manzana está bastante buena. Ya hemos visto en episodio anteriores cómo a las nuevas posibles incorporaciones se les hace un tour de lo más suculento por el Chastain, así que el Dr. Austin no iba a ser menos. Parece que la franqueza de Bell le anima a acceder a ese tour, el cual va a estar liderado por Mina, a quien le hace bastante poca gracia porque la han sacado de una operación para esto –ese “Mina, no te olvides de sonreír” me ha dado TANTO asco. UGH–. La “poca simpatía” de la Dra. Okafor le parece poco atractiva al Dr. Austin, pero, en el fondo, le encanta. Mina no tiene pelos en la lengua, no suele tener filtro, y eso es un soplo de aire fresco en un sitio donde besarse el culo es el deporte local. Además, sirve para conocer al personal, cosa que me parece inteligente. Pero lo que de verdad hace que AJ se levante de esa silla es el pene roto del paciente que Irving quería encasquetar a Devon. No os voy a negar que me he echado unas buenas risas con la conversación entre el paciente del pene roto, el señor Berman, Austin y Okafor, y no por la conversación per se, sino por las reacciones de Mina. Aunque no sé muy bien qué pensar sobre el Dr. Austin, una de las mejores cosas que ha “provocado” son las reacciones de Okafor, que son increíbles y que me hacen quererla todavía más. Creo que ella misma resumen muy bien lo bueno y lo malo de AJ: sus formas son horribles, así que es mejor que trate con pacientes inconscientes o dormidos, y lo mejor es su instinto, lo que sabe hacer, lo hace de maravilla–por ahora; aquí hay que ir con cuidado–. El tío va de medio chulo porque puede, pero tampoco quiero justificarlo todavía. Acaba de llegar –al parecer va a aceptar la oferta de Bell– y ha enseñado una cara oscura, como su conversación con Berman, al que advierte con que deje de hacer cosas estúpidas y se centre en sus gatos, y ha enseñado la cara del posible “genio” que puede ser. Por ahora, no me cae mal, pero tampoco es que me apetezca ponerle en un altar, cosa que sí que quiero hacer con Mina, que ha estado FABULOSA en este episodio. Lo que sí me preocupa es cómo se va a tomar que vaya a ser la mano derecha del Dr. Austin. Creo que puede aprender mucho de él, pero ella tampoco ha solicitado esta nueva situación. Iremos viendo en estos dos episodios que nos quedan.

Soy Nic y me acojono viva
Mientras Bell parece vivir su sueño, en el que no tiene un duro, pero, oye, voy con el Porsche al trabajo porque menuda polla tan grande que tengo –en serio, ¿os parece normal no tener dinero pero quedarse con un BMW y un Porsche, el cual no baja de los 91.000 dólares? Lo primero que haces es vender el Porsche, hijo mío. Cómo se nota que la masculinidad de Bell es un poco frágil, ¿eh?–, quien está viviendo el comienzo de una terrible pesadilla es Nic por culpa de la novia de Bell, la Dra. Lane Hunter. Enfrentamientos como el que ambas tienen en la cafetería, o posteriormente en los alrededores del hospital, son cosas que me dan la vida con esta serie. Nic se muestra valiente; Lane muestra su verdadera cara, que ya es bastante. Nevin está completamente decidida a desenmascarar a Hunter y, por lo que se da a entender en este episodio, hay mucha ropa que tender, desde el cambio de nombre hasta ese otro nuevo personaje que ha aparecido, Anthony Ewen. Lane Hunter era su mentora y los rumores de que sobremedicaba a los pacientes ya empezaban a correr por Nashville, pero él no los creyó –¿esto no os suena a Conrad?–. Pero, tras la muerte de un paciente por sobredosis de quimio, el hospital no hizo nada, ella se mudó y le ofreció un puesto en su clínica. Él empezó a preguntar y vio cómo sus turnos menguaban hasta que se lo quitó de encima. El consejo de Anthony a Nic de que huya de Hunter hace que se te hiela la sangre. El problema es que no queda ahí. Al parecer, Lane se está tomando esto bastante en serio, con cancelaciones de reuniones entremedias, que un coche con los cristales tintados encajone el coche de Nic, o que un tipo random y bastante creepy le lleve la compra cuando ella no ha pedido nada y le dé ese mensaje con doble sentido. Al final del episodio vemos cómo hay alguien haciéndoles fotos a ella y a Conrad. Vamos, que esto ha tomado un cariz bastante oscuro, a la vez que prometedor, de cara a una segunda temporada. Sinceramente, seguiría con las cosas tan oscuras en los dos episodios que nos quedan, desvelando que todo esto viene por parte de Lane, para luego en una segunda temporada –por favor, FOX, RENUEVA LA SERIE– solucionarlo, porque a Nic se le viene encima una tremenda. De esto a la cabeza de caballo de El Padrino hay una línea bastante fina. No me esperaba que Lane fuese tan, tan turbia, y pudiese ir por estos derroteros, así que celebro que me haya dejado sorprendida todo este asunto. Como comento, me parece prometedor, pero lo voy a pasar mal por Nic.

En general, este episodio ha estado mucho mejor que el anterior. Mientras que el otro fue bastante previsible–lo cual fue una pena–, este me ha sorprendido y para bien. Me sigue preocupando que la cadena pueda no renovar esta serie cuando me parece buena, es entretenida y trata temas muy interesantes, como el sistema médico estadounidense y su corrupción, el maltrato que hay hacia los médicos por los turnos tan largos y sus consecuencias, que el señor Dinero es el que manda hagas lo que hagas, o que hay cirujanos que no saben cuándo dejar el quirófano antes de causar una catástrofe. Y me preocupa porque se está avanzando con las tramas por caminos que estaría muy bien explorarlos y llegar hasta el fondo de ellos, pero que se podría interrumpir porque FOX no ve la buena serie que tiene. Los anuncios de las renovaciones, cancelaciones y nuevas series –los llamados Upfronts– de las cinco networks principales (ABC, NBC, FOX, CBS y The CW) comienzan el lunes 14 de mayo por la tarde en EEUU, justo unas horas antes de que se emita la season finalede The Resident. Deseo con todas mis fuerzas que, como regalo de despedida de la temporada, os pueda decir que han renovado la serie. Creo que se lo merece bastante.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido el Dr. Austin, os gusta o le dais un suspenso? ¿Y qué pensáis sobre todo el tema de Nic? Los comentarios son todos vuestros.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Ver a Conrad haciendo ejercicio en ropa interior era todo lo que necesitaba para ser un poco más feliz. Gracias a quien tuvo la idea.
P.D.D: Así que Conrad estuvo en Kandahar. Por alguna casualidad, ¿conocerá a Frank Castle y a Billy Russo? Sí, lo sé, vivo en un universo multifandom. Hago este tipo de conexiones. Blame me.
P.D.D.D: Me ha parecido graciosa la escena en la que Conrad y Devon se dan cuenta de qué bebida estaba tomando Bradley, no por el contenido en sí, sino porque hay un episodio en The Good Wife en el que se trata el tema de las bebidas energéticas y lo perjudiciales que pueden ser para la salud. Matt Czuchry estuvo en The Good Wife. El episodio es Red Team/Blue Team (4x14, para más señas). Sigo con las conexiones raras. Blame me again.



Irene Galindo (@MissSkarsgard)

Crítica de la primera mitad de la S10 de RuPaul's Drag Race: no tea no shade no pink lemonade

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Hacía tiempo que quería traer al blog mi reality preferido en la historia de los realities mamarrachos y brillantes: la incomparable RuPaul's Drag Race. Porque, ¿qué sentido tiene ver un reality de bailar, otro de coser, otro de actuar, otro de comedia (ni siquera estoy segura de que eso exista), pudiendo verlo todo a la vez y además hecho por maravillosas drag queens? No me voy más por las ramas y voy directa al salseo: mis opiniones sobre la temporada decima de RuPaul's Drag race. 

(¡Spoilers!)


Esta es la primera temporada que veo al día y la que más me ha costado comentar. Y no solo porque tenga los capítulos racionados a uno por semana, sino porque es extremadamente difícil encasillar a las queens. Me explico, en otras temporadas era sencillo saber quién iba a ser la ganadora, o por lo menos el top tres, por lo menos en el momento en el que te aprendías su nombre. En esta, todas tienen talento, no ha habido ni una sola peor que las demás, pero tampoco ha habido ninguna que destacara. Por eso, no ha sido hasta el capítulo siete, cuando ya solo quedan unas cuantas, cuando me he podido aclarar las ideas y decidir cuáles son mis preferidas:

1. Aquaria

 

Aquaria es una make-up artist, una instagramer y, en definitiva, una millennial. Con ventiún añitos, Aquaria es ahora mismo mi drag queen preferida en el programa, se está marcando lo que podríamos llamar "un Violet Chachki". Aquaria es capaz de elaborar looks que te hacen caerte al suelo veinte veces, nadie lo ha puesto en duda en ningún momento, pero más importante; Aquaria ha sido capaz en el capítulo siete "snatch game"de coger todas sus debilidades y convertirlas en algo divertido y además político, en un disfraz de Melania Trump. ¿Quién pensaría que una artista visual como es Aquaria sería capaz de ser más graciosa que queens que se dedican específicamente a la comedia? Este es el tipo de material que queremos ver en un programa como este y Aquaria nos lo ha dado.


2. Kameron Michaels

 

Kameron es la primera queen que veo con un cuerpo tan tonificado y no han faltado criticas hacia su "falta de feminidad", pero el drag no es parecer una mujer y punto. Ya no. El drag esexperimentación, locura, entrenimiento, marcar una diferencia, y sobre todo arte. Y no se puede decir que Kameron Michaels no nos haya dado eso y más con sus outfits y actuaciones.



3. Monèt Exchange

 

Monèt ha tenido sus puntos bajos en el programa, más caidas y más problemas para ser ella misma que la mayoría, no voy a decir que no esperara más de ella en algunas ocasiones, pero en el Snatch game ha resurgido por todo lo alto. Nos ha dado una maravillosa actuación de Angela Davis y sobre todo la ha hecho divertida. Además todas sabemos que si solo fuera por los lipsyncs, ganaría ella siempre. No espero menos de ella que seguir por este camino.



Y ahora llega el momento del drama...

Eureka vs The Vixen


Llevo media temporada creyendo que The Vixen se arrepentiría de sus errores, crecería como persona  y comenzaría a ser una persona súper amable con todo el mundo, especialmente con Eureka. Así que comprenderéis mi sorpresa cuando llevamos siete capítulos y lo único que ha hecho es ir a peor. Porque al principio podía entender que algunos comentarios de Eureka eran desacertados, no para explotar a los cinco segundos, pero desafortunados. Ahora The Vixen salta por Eureka sin sentido, simplemente porque "no soporta que siempre llame la atención". Pues te diré algo, Vixen, este concurso va de llamar la atención entre las demás queens y si no puedes hacerlo pa' casa.


La verdad es que no apostaba demasiado por Eureka en la temporada nueve y tampoco me entusiasmara que volviera en la décima, pero ahora mismo acaba de ganar dos challenges seguidos y se nota que lo está dando todo de sí misma. No me sorprendería que Eureka llegara a top tres, y a The Vixen no le doy ni un par de capítulos. 


Las queens que echaré de menos

 

Como he dicho, está siendo una temporada en la que es difícil resaltar, pero ninguna ha sobrado en ningun momento. No creo que haya habido en toda la historia de RuPaul's Drag Race una queen que haya sido eliminada en primer lugar tan íconica como Miss Vanjie. También se merecen un lugar especial en mi corazón: Juhua, otra a la que me hubiera gustado tener un poco más de tiempo; Dusty Ray Bottoms, a quien las exigencias de los jueces no sirvieron de mucho; Blair St. Clair, con un enorme talento pero demasiado disimulado para mi gusto; o Monique, que ha llegado a la mitad de temporada con menos dinero ni vestuario que ninguna de las otras. 




Estas son mis opiniones sobre la temporada más inesperada de RuPaul's Drag Race, ahora quiero saber las vuestras.




Victoria (@_TheEastWind)

Crítica Del 1x13 "Run, Doctor, Run" De The Resident: Everybody Has Dark Secrets

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Por penúltima semana, The Resident ha vuelto con un episodio lleno de sensiblería, nuevos movimientos en las tramas y alguna que otra pregunta sobre sus personajes. Si queréis saber qué ha pasado, no dudéis en seguir leyendo.

Siempre hay que mirar a los dos lados
Sí, he dicho sensiblería porque “vomitar y cagar arcoíris al mismo tiempo” sonaba demasiado gráfico. No sé si es que en este episodio se han juntado demasiadas historias para tocarnos un poco el corazoncito–la madre de un antiguo paciente, la hermana de Nic y la jefa/madre adoptiva de un montón de exconvictos– y a mí me ha producido hiperglucemia a los diez minutos–necesito una dosis de insulina ASAP para bajar todo esto–, o es que yo no estaba para estas cosas cuando he visto el episodio. Una de dos. Esto ya ha hecho que los casos no me interesen tanto, pero todo lo de alrededor sí. Por un lado, tenemos a la jefa/madre adoptiva, encarnada por la hermana de Luke Danes de Gilmore Girls–no voy a negar que las reuniones de gente que trabajó en la misma serie es algo que me apasiona y me hace dar saltitos cuan fan adolescente en un concierto de Justin Bieber–. En un primer momento, podríamos pensar que Claudia está loca, corriendo por ahí, escuchando voces y viendo cómo el hospital se convierte en una escena del videojuego Resident Evil. Sin embargo, tras las pruebas oportunas, se descarta cualquier enfermedad mental. Lo que no me esperaba es que fuese a ser atropellada por una ambulancia en la misma puerta del Chastain, aunque me parece un poco gracioso –y por estas cosas iré al infierno de cabeza–. ¿Nos podemos tomar esto como una especie de referencia a O’Malley de Grey’s Anatomy? Porque se podría sin problemas. Mientras operan a Claudia, con intervención del Dr. Bell porque, si no opera, se le debe de caer el pito o algo –estoy tan harta de este señor, de verdad. Tiene que meterse en todo–, uno de sus exconvictos adoptados, Félix, aparece dando el cante y, por mi parte, poniéndome bastante nerviosa. Entiendo que cuando alguien querido está en un hospital, ha sufrido un accidente o lo que sea, uno mismo esté nervioso, pero, coño, las formas son las formas. Esa chulería, ese poco respeto por Conrad, me ha hecho cancelarle nada más conocerle. Menos mal que, al ver a Claudia, aquí el amigo Félix se ha calmado un poco y ha empezado a comportarse como una persona normal. Al estar más perdidos que un pulpo en un garaje, Conrad decide aprovecharse de la cercanía que tienen los “hijos” adoptivos de Claudia con Devon para que éste les pregunte por sus hábitos, sitios que ha visitado, comidas favoritas, etc.–¿la cercanía es por el color de piel, verdad? Es en lo que he pensado–. Aquí es cuando ya parece que a Devon se le enciende la bombilla y da con el diagnóstico correcto: meningoencefalitis amebiana primaria, causada por la ameba Naegleria fowleri, también conocida como la “ameba comecerebros”. Este parásito fue noticia el pasado mes de febrero cuando un niño murió en Argentina debido a esta patología, así que podemos ver que The Resident no sólo está al tanto de la actualidad sociopolítica, sino también médica. Para intentar salvar a Claudia, el procedimiento tiene su tranquillo: tendrán que bajarle la temperatura corporal para debilitar a la ameba y administrarla miltefosina, cuyo chute cuesta 48.000 dólares y sólo la puede traer una persona desde Florida. Aunque en un primer momento Devon e Irving se las ven bastante canutas para pagar esa cantidad –el hospital no lo va a costear porque la paciente no está asegurada–, es el grupo de exconvictos quienes reúnen ese dinero de una forma bastante sospechosa, pero todo sea por salvarla. Finalmente, Claudia sobrevive y yo también, después de mi chute correspondiente de insulina para bajar todo este azúcar, a pesar de que ha sido bonito ver cómo su gente le agradece la ayuda que han recibido de ella con esa recaudación imprevista.

El momento de la verdad
Por otro lado, tenemos a York de vuelta, el hombre cuyo ¿hobbie? es meterse objetos de lo más variopintos por el culo. Esta vez no ha vuelto solo, sino con su madre, Yvonne, quien, dando un paseo, se cayó al suelo de repente. Además de la fractura correspondiente en la pierna, su válvula aórtica se ha calcificado y tiene que pasar por cirugía, cosa que a la paciente no le hace mucha gracia, dado que la anestesia general provocó que un amigo suyo ni reconociera a su familia. A Mina se le ocurre una solución: una operación con la paciente despierta y con anestesia en la región a operar, pero necesita a un supervisor, y ese va a ser el Dr. Austin, quien ya ha hecho de las suyas con Yvonne –cosa que a “Yorkie” no le ha hecho ninguna gracia, por cierto, y ha ido a quejarse a Bell–. Visto que el Dr. Austin es un bocazas y le pierden un poco las formas con los pacientes conscientes, Bell le dice a Okafor que arregle este problema. Así que Mina se dedica a hacerse pasar por la paciente para practicar el saber estar de AJ durante la operación. Esta ocasión nos brinda la oportunidad de conocer un poco más a Austin y, en mi caso, a que me empiece a caer un poco mal. Me da la sensación de que es otro como Bell y como Hunter: un médico muy bueno que se cree en posesión de la verdad absoluta y no hay quien le baje de la burra. Parece que quiere que Mina cambie sus maneras y que sean como las de él, para que así se convierta en la mejor cirujana. Si ya el ambiente en el quirófano era bastante tenso, tras la gran cagada de la enfermera Jess, es todavía peor. Mina prefiere darle un consejo a Jess y terminar con el momento “Tierra, trágame” por el que está pasando; AJ opta por darle una reprimenda delante de todos. Además de esto, se le junta que la paciente empieza a encontrarse mal y que Austin llama al cirujano random de Trauma –que ya no es tan random– para que Okafor vea que sus sentimientos pueden sacar lo mejor de ella durante su labor, lo cual me parece un arma de doble filo bastante peligrosa. Para mí, esos sentimientos pueden ir en dos caminos: uno, que sí te impliques más y termine bien, o que te impliques tanto que te ciegues y todo salga mal. En el caso de Okafor, opta por la frialdad y la templanza cuando opera, una situación más aséptica pero que le van bien a ella. Puedo comprender que lo que hace el Dr. Austin lo hace pensando en el bien de la Dra. Okafor, pero creo que se ha pasado bastante de la raya. Mina es como es, nos guste o no, y creo que es respetable cuando hace su trabajo de esa forma tan brillante, y obligarla en cierta manera a cambiarla para adoptar tus formas, porque las consideras mejores, me parece demasiado. Austin podría sacar lo mejor de Mina como mentor, pero, ¿como persona? No lo creo para nada ahora mismo. Me gusta que ella se haya plantado y no haya cedido ni un milímetro. Aquí cada uno tiene que elegir la actitud, tanto dentro como fuera del quirófano, que crea más conveniente, y nadie debería cuestionar eso.

¡Pillada!
Si ya la semana pasada veíamos cómo todo el tema de la investigación de Nic sobre Lane Hunter tomaba un giro bastante oscuro, esta semana ha ido a mucho más. El señor creepy con el coche de los cristales tintados continúa siguiendo a nuestra enfermera favorita a todos lados, lo cual el nivel de preocupación tanto de Nevin como de Conrad –y el nuestro propio– aumenta que da gusto. Sin embargo, ante tanta oscuridad, parece que hay una luz: Allie. La amiga de Nic, quien trabaja en la clínica de Hunter, decide, en un primer momento, no ayudar en la investigación, pero, tras pensárselo un poco, opta por implicarse dado que no podría vivir consigo misma si no le ayuda. Por esto ambas quedan antes de que todo el mundo llegue a la clínica, a las cuatro de la mañana. Mirad, a esa hora no están puestas ni las calles, así que como para quedar, ¿sabéis? Esto olía raro. Finalmente, todo este asunto es una trampa en la que Nic ha picado como una campeona y la han detenido por ello, lo cual se torna más interesante, y más negro, para el futuro de la enfermera. Además de la investigación, a Nic se le ha juntado el tema de su hermana. Un porrón de episodios atrás, ella hablaba sobre que tenía una hermana que había sido drogadicta, pero que estaba recuperándose y yendo por el buen camino. Pues ya no. Jessie ha recaído en su adicción por la oxicodina y Nic está dispuesta a hacer todo lo posible para ayudarla. Esto nos lleva a la visita más incómoda y tocapelotas que podía ocurrir: la mismísima Lane Hunter apareciendo ante la puerta de la habitación de Jessie diciendo que está “preocupada”–¡y una mierda preocupación!–. Hunter le ofrece su ayuda a Nic diciéndole que puede meter a su hermana en un programa de desintoxicación con un precio un poco elevado, pero que ella lo haría gratis. JÁ, no se lo cree nadie, y menos después de la llamada de Nic a Conrad y lo que pasa entre éste y la hermanísima. Me da a mí que Nic ha hecho algún trato con Lane, y espero que lo conozcamos en el próximo episodio, que es la season finale. No sólo tenemos este misterio entre manos, sino también ese “demonio” al que se hace referencia que tiene la enfermera, lo cual podría agravar la sentencia ante el delito que ha cometido. Sobre este “demonio”, no tengo ni idea de lo que puede ser y, es más, prefiero que la serie me sorprenda. Ojalá sea que Nic tenía una vida anterior en la que se llamaba Emily y estaba buscando venganza. No, tranquilos, es broma, pero la referencia sería cojonuda.

En general, el episodio ha estado bien, aunque tampoco es que me haya entusiasmado. Como ya he dicho, el abuso de la sensiblería ha matado un poco el capítulo de esta semana, pero, respecto a la trama de Nic, ha estado bastante bien. Las tramas se siguen moviendo de cara a la semana que viene, cuando veremos la season finale. Y, sí, digo season finaleporque THE RESIDENT HA SIDO RENOVADA POR UNA SEGUNDA TEMPORADA, así que tendremos más Conrad, Nic, Devon, Mina, Bell, Hunter y Chastain en general durante un año más. Qué os voy a decir, que estoy bastante contenta con la decisión, es más, estoy pletórica, porque creo que es una serie bastante buena –aunque peque a veces de meterse en algún cliché– que se merece otra temporada y es de las series que más disfruto ahora mismo, así que no me puedo quejar en absoluto. Como decía, nos queda la season finale y espero que nos quedemos con muchas ganas de la segunda temporada, que nos ofrezca alguna respuesta a las últimas preguntas que han surgido, que se revelen algunos misterios y que nos deje con algunas preguntas en el tintero. Tengo muchas ganas de ver cómo cierran y qué nuevas tramas se podrían abrir.

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué os ha parecido lo que ha pasado con Nic? ¿Os lo esperabais? ¿Y qué creéis que puede pasar la semana que viene? La sección de comentarios es toda vuestra.

¡Hasta la semana que viene!

P.D: Cuando he visto quién era Claudia, sólo podía pensar “¡Que alguien llame a Luke!”.
P.D.D: En este episodio, York se ha comportado como si tuviera metido algo de verdad en el culo. Está más dicharachero cuando va por una de sus visitas regulares. Al menos madre e hijo conocen sus cosas más íntimas.
P.D.D.D: Ha sido muy satisfactorio ver cómo el creepy se cagaba de miedo ante la visita sorpresa que le ha mandado Nic. ¡Toma de tu propia medicina, cabrón!
P.D.D.D.D: La visita de Bell a Conrad y Devon al final era para cargarse el momento precioso y alegre que estábamos viviendo todos, ¿no? Menudo aguafiestas. Pero me ha encantado la traducción de Conrad: “Ha dicho que eres increíble y que puede despedirte cuando quiera”..



Irene Galindo (@MissSkarsgard)
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